El viaje de una morsa llamada 'Lolita'
Los artistas suizos Gerda Steiner y J?rg Lenzlinger presentan una instalaci¨®n sobre la biodiversidad
"Cuando esta morsa fue asesinada todav¨ªa hab¨ªa m¨¢s morsas vivas que coches". Los artistas suizos Gerda Steiner (1967) y J?rg Lenzlinger (1964) han llevado un busto de morsa disecado del Museo Nacional de Ciencias Naturales, de Madrid, a uno de los dos torreones de La Casa Encendida (Ronda de Valencia, 2, www.lacasaencendida.com) para crear la instalaci¨®n C¨®mo lleg¨® la morsa a Madrid. La morsa, procedente de Cabo Norte, estaba en el museo desde 1911, en que fue donada por Joaqu¨ªn Santos-Su¨¢rez, y all¨ª la encontraron los dos artistas y la pusieron el nombre de Lolita.
El viaje de Lolita desde el museo a La Casa Encendida se prolonga en una interpretaci¨®n art¨ªstica de Gerda Steiner y J?rg Lenzlinger, tras realizar otro lento viaje entre Almer¨ªa y Madrid, y en otros relatos de viajes imaginarios de la morsa por los escritores Rodrigo Fres¨¢n, Rosa Reg¨¢s, Pilar Campos y Pedro Molina Temboury, que aparecen en el cat¨¢logo de la exposici¨®n.
"La utilizaci¨®n de la morsa no es una provocaci¨®n art¨ªstica, sino que buscamos una conexi¨®n entre los elementos de la vida, con animales y plantas, y sus esp¨ªritus", declararon ayer los artistas en la presentaci¨®n de su instalaci¨®n C¨®mo lleg¨® la morsa a Madrid. Los dos autores trabajan con las relaciones entre la naturaleza viva y la muerta, en creaciones de espacios fuera de contexto. El carn¨ªvero pinn¨ªpedo, de cabeza peque?a y redonda, ojos diminutos y largos colmillos est¨¢ situado como en un altar, con pinturas murales de l¨ªquenes, hongos y musgo, rodeado de peceras de agua salada, guantes de mec¨¢nico y tiestos con orqu¨ªdeas y pitas que cuelgan del techo. En el suelo aparecen ramas de almendros y tres trampillas iluminadas llenas de objetos. Los vegetales crecen y el agua salada se convierte en estalactitas en los extremos de los guantes.
Los artistas han permanecido en Madrid desde navidades. Tras encontrar el motivo de su instalaci¨®n (la morsa), realizaron un viaje entre Almer¨ªa y Madrid, en un recorrido de trabajo con las gentes y los paisajes. Los materiales que se acumulan en la instalaci¨®n tienen las m¨¢s diversas procedencias, como los neum¨¢ticos de un coche, las plantas del "jard¨ªn de tortura" de El Ejido, del parque natural del Cabo de Gata-N¨ªjar y objetos de las tiendas chinas de Todo a un Euro. Los sonidos tambi¨¦n recogen el viaje desde el ?rtico hacia el Sur, junto con los coches de Madrid.
Los artistas han interpretado tres lugares de adoraci¨®n de la morsa, identificados con un conjunto de objetos dispares, donde todo adquiere sentido (una lata de mejillones recuerda la comida de moluscos y crust¨¢ceos de las morsas). Seg¨²n explican los artistas, en Hait¨ª la morsa es adorada por traer de vuelta a casa a familiares y amigos perdidos; en Bulgaria es adorada para prevenir el dolor de muelas, y en Marruecos se rinde culto para conseguir dinero y abundancia.
"Es una reflexi¨®n sobre la naturaleza adulterada", afirma Jos¨¦ Guirao, director de La Casa Encencida, de la Obra Social Caja Madrid. "Es un viaje imaginario", asegura la coordinadora de exposiciones, Roc¨ªo Gracia. "La morsa es un animal muy desconocido, que apenas se puede ver vivo, por lo que es posible crear historias y fantas¨ªas", declaran los artistas. "Cuando la vimos en el museo nos enamoranos de ella, y nos ped¨ªa que la liberar¨¢mos. Decidimos entonces sacarla del museo e inventar historias para que tuviera ra¨ªces y una historia propia. Es tambi¨¦n la celebraci¨®n de la riqueza y la biodiversidad en el mundo". Los dos artistas suizos van a participar en la pr¨®xima Bienal de Venecia con una instalaci¨®n en una iglesia.
Con esta instalaci¨®n, La Casa Encendida participa del programa de Suiza en la feria de Arco como pa¨ªs invitado. Tambi¨¦n presentar¨¢ Eight, un v¨ªdeo de Teresa Hubbard y Alexander Birchler, sobre la l¨®gica narrativa del cine.
Babelia
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