Los pol¨ªticos y el f¨²tbol
El pasado 14 de enero los candidatos del PSPV a la alcald¨ªa de Valencia y a la presidencia de la Generalitat anunciaron conjuntamente una propuesta, a ejecutar en el caso de que ganaran las elecciones, en relaci¨®n con el estadio de Mestalla. En s¨ªntesis conten¨ªa lo siguiente:
- Recalificar el suelo de la actual manzana de Mestalla para permitir la construcci¨®n de viviendas. Una operaci¨®n urban¨ªstica que reportar¨ªa a la propiedad del Valencia CF, una sociedad an¨®nima de capital privado, unos beneficios estimados en 89 millones de euros.
- Construir un nuevo estadio (Gran Mestalla lo denominaron de acuerdo con su talante triunfalista) con capacidad para 67.000 espectadores, en unos terrenos municipales junto a la Av. de las Cortes Valencianas, al que a?adir¨ªan pista de atletismo, pabell¨®n cubierto y tres campos de f¨²tbol base. La financiaci¨®n se repartir¨ªa entre el Ayuntamiento, que aportar¨ªa el suelo y 9 millones de euros, el Valencia Club de F¨²tbol, con un m¨¢ximo de 24 millones de euros, y el resto, unos 40 millones, la Generalitat. No explicaron, o no se publicaron, los criterios a los que obedec¨ªa este reparto.
- Constituir una sociedad para compartir la propiedad y encargar la gesti¨®n a otra.
- Establecer que RTVV pague al Valencia CF el doble de lo que actualmente paga por los derechos de retrasmisi¨®n de los partidos.
La propuesta es probable que no se hubiera hecho p¨²blica si no se escucharan pr¨®ximas las elecciones municipales y auton¨®micas, y si el PP no se hubiera adelantado con una anterior al respecto. Muchas preguntas surgen al hilo de la misma.
En 1997, cuando se opt¨® por ampliar el actual estadio de Mestalla, un empecinamiento del Valencia CF que el Ayuntamiento no supo frenar, se escucharon voces sensatas abogando por construir un estadio de nueva planta en otro sitio. Me he tomado la molestia de consultar las hemerotecas. No se les hizo ni caso. Junto a la ilegalidad urban¨ªstica que supon¨ªa la ampliaci¨®n del vuelo del grader¨ªo sobre la v¨ªa p¨²blica, recurrida por los vecinos, se agregaban otros problemas, como el incremento del d¨¦ficit de aparcamientos y de accesibilidad de bomberos y ambulancias, los d¨ªas de partido, a determinados puntos pr¨®ximos al estadio en casos de urgencias. Cuestiones que aconsejaban la soluci¨®n a la que ahora parece que se apuntan todos. Entonces el PSPV se mantuvo bien callado y todos los partidos se plegaron a los deseos de ese poder f¨¢ctico que es el Valencia CF. Como consecuencia de aquella complicidad, nos encontramos ahora ante una sentencia del Tribunal Superior de Justicia que declara ilegal la ampliaci¨®n de Mestalla, lo que deber¨ªa conducir a demoler lo construido. Sin embargo, conocido el fallo judicial, falt¨® tiempo al pol¨ªtico de turno para asegurar que no se derribar¨ªa. Una actitud que me recuerda otro interesante contencioso, el del Teatro Romano de Sagunto, de cuya demolici¨®n ha hecho bandera el PP aferrado al argumento de que las sentencias judiciales est¨¢n para acatarlas y ejecutarlas. Excepto, por lo visto, cuando afecta a ese ente et¨¦reo y temible al que llaman la afici¨®n, tras el que se agazapan los intereses privados de los due?os del club. La coherencia no suele formar parte del patrimonio de los partidos pol¨ªticos.
La operaci¨®n urban¨ªstica de recalificaci¨®n de suelo se concreta en unos beneficios estimados de 89 millones de euros para el Valencia CF -sociedad an¨®nima de capital privado-, mientras s¨®lo se le reclaman 24, en la propuesta objeto de este art¨ªculo, como aportaci¨®n econ¨®mica para la construcci¨®n del nuevo estadio del que ser¨¢ el beneficiario por excelencia, convirtiendo a la Generalitat, es decir, a los bolsillos de todos los ciudadanos residentes entre Vinaroz y Orihuela, aficionados o no al f¨²tbol y creando agravios comparativos con otros clubs, en la principal financiera. Como si le sobraran recursos o no existieran d¨¦ficits en infraestructuras y equipamientos sociales prioritarios. Y el colmo, ?qui¨¦n es el candidato a la presidencia de la Generalitat, incluso en el caso de que llegara a presidente, para imponer doblar el precio de la retransmisi¨®n televisiva de los partidos del Valencia CF? ?C¨®mo vamos a creernos que el PSPV respetar¨¢ la independencia de Canal 9 si antes de ganar la elecciones est¨¢ anunciando su intromisi¨®n en asuntos propios de la gesti¨®n de la empresa? Imposible confiar en que sanee en su momento la econom¨ªa de RTVV con estos planteamientos. Guardar las formas es algo sano y necesario. Es obvio que no se ha hecho.
El PSPV se ha dejado arrastrar por el espejismo populista que envuelve al f¨²tbol y ha decidido rendirle pleites¨ªa preelectoral. La afici¨®n lo que quiere es que el Valencia sea campe¨®n en el actual estadio o en otro. Y no creo que este hecho les aporte o les quite ni un voto. Los ciudadanos no entendemos que se haya malgastado dinero en una ampliaci¨®n ilegal y ahora, para arreglar el entuerto, se organice un tinglado en el que los que obtiene un beneficio extraordinario son los accionistas del club. La construcci¨®n del nuevo estadio, sobre suelo municipal o no -y, en su caso, con la compensaci¨®n econ¨®mica que proceda-, puede pagarla el Valencia CF con los recursos obtenidos en la recalificaci¨®n urban¨ªstica.
Mar¨ªa Garc¨ªa-Lliber¨®s es escritora.
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