La perrera
Hace un par de semanas se aprob¨® el anteproyecto de reforma del C¨®digo Penal, por el que maltratar a los animales dom¨¦sticos ser¨¢ un delito. Esto es tan s¨®lo un primer paso, porque la defensa de los animales no puede limitarse tan s¨®lo a los dom¨¦sticos. Pero, de todos modos, es una buena noticia. Supongo que se ha hecho por electoralismo, como tantas otras medidas que ahora todo el mundo est¨¢ tomando a toda prisa, pero a m¨ª esto no me parece negativo, antes al contrario, forma parte de la gloria del sistema democr¨¢tico. Da gusto comprobar que, cuando se acercan las elecciones, los pol¨ªticos recuperan de golpe la conciencia de que son unos meros representantes del sentir ciudadano. Lo malo es que, pasadas las votaciones, a menudo vuelven a olvidarse de sus votantes.
Lo importante de esta reforma de la ley ser¨¢ ver c¨®mo se aplica y si existe una sensibilidad en pro de los animales. Lo cual, la verdad, me parece dudoso. Basta con citar el caso de Cantoblanco, la perrera municipal de Madrid. Dicen los empleados de Cantoblanco (entre los que habr¨¢, no lo dudo, estupendas personas) que hay una campa?a en contra de ellos en Internet y que les insultan. Pues lo siento, pero lamento todav¨ªa mucho m¨¢s lo mal que parece funcionar ese centro: tiene normas absurdas, como la de no poder llevarte m¨¢s de un animal, y horarios tan exiguos que dificultan la adopci¨®n. Hace un par de semanas, la Plataforma Animalista constat¨® que manten¨ªan a cachorros reci¨¦n nacidos encima de un suelo helado y que les daban un pienso que, al no tener a¨²n dientes, no pod¨ªan comer. Los de la PA sacaron a uno de los cachorros un jueves y hasta el lunes no pudieron rescatar a los dem¨¢s. Ya era tarde. Seg¨²n el informe del veterinario, los perritos llevaban cuatro d¨ªas sin comer nada, carec¨ªan de masa muscular hasta el punto de no poder ponerles una inyecci¨®n, padec¨ªan hipovolemia (al pinchar no les sal¨ªa sangre), hipotermia severa y desnutrici¨®n extrema. He visto fotos comparando al perro salvado el jueves con uno de los otros y son aterradoras: el segundo muestra un cuerpecillo roto y consumido tres veces m¨¢s peque?o que el de su hermano. Decir que eso indica una gesti¨®n lamentable y manifiestamente mejorable es un eufemismo.
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