El IAE o c¨®mo quedar bien a costa de los ayuntamientos
No he a?adido, para no hacer el t¨ªtulo m¨¢s largo, lo que me parece fundamental: que ello se produce sin beneficiar globalmente a los contribuyentes, ni a la econom¨ªa del pa¨ªs en cuanto a competitividad.
Pero veamos por qu¨¦. En la reciente reforma de la Ley de Financiaci¨®n de las Haciendas Locales, el Gobierno ha suprimido el Impuesto de Actividades Econ¨®micas (IAE) para quienes facturen menos de un mill¨®n de euros anual, que seg¨²n sus datos conllevar¨ªa que el 92% de los contribuyentes actuales dejar¨¢n de pagarlo. Como es sabido este impuesto se cobraba por los ayuntamientos, que en su conjunto dejar¨¢n de ingresar alrededor de 1.800 millones de euros, indispensables para financiar los servicios que prestan. A cambio los ciudadanos no ahorrar¨¢n mucho puesto que el IAE era deducible del Impuesto de Sociedades o el de Renta, impuestos que cobra el Estado que se ahorrar¨¢ la deducci¨®n.
Tambi¨¦n el nuevo sistema de financiaci¨®n local establece para los ayuntamientos una participaci¨®n en los tributos del Estado. Pero como parece claro, el Gobierno necesitar¨¢ m¨¢s recursos para financiar a los ayuntamientos, salvo que deje de prestar alg¨²n servicio de los que ¨¦l presta actualmente, lo cual, como ya hemos visto en el caso del salvamento mar¨ªtimo del Prestige, resulta muy caro para todos ahorrar en servicios p¨²blicos.
?C¨®mo se ha resuelto el problema? Sencillamente pagaremos "todos" m¨¢s impuestos y no precisamente en funci¨®n de nuestra capacidad adquisitiva.
Por un lado, la Ley Reguladora de las Haciendas Locales, antes de su reforma, supon¨ªa una racionalizaci¨®n del sistema tributario local que, seg¨²n su pre¨¢mbulo, "estaba integrado por una larga lista de tasas y contribuciones especiales y un conjunto de hasta diez figuras impositivas distintas, desconectadas entre s¨ª y carentes de una justificaci¨®n com¨²n", que hoy, a tenor de los nuevos inventos presupuestarios del Sr. Rato (en cada presupuesto inventa nuevas tasas a cu¨¢l m¨¢s ocurrente e injustificada), han pasado a ser patrimonio del Gobierno con el mismo sinsentido y descoordinaci¨®n y con un car¨¢cter claramente inflacionario.
Por otro lado, para obtener m¨¢s recursos con que compensar el desaparecido IAE, aunque se aduzcan otras razones de modernizaci¨®n que pueden ser m¨¢s o menos reales, el Gobierno, fuera de la Ley de Haciendas Locales, ha regulado el catastro inmobiliario. ?ste sirve para describir y valorar los bienes inmuebles r¨²sticos, urbanos y una nueva categor¨ªa de bienes inmuebles, "los de caracter¨ªsticas especiales", que son fundamentalmente los destinados a la producci¨®n de energ¨ªa de cualquier tipo, incluso los saltos de agua; las autopistas, los puertos y aeropuertos.
Parece bastante evidente la intenci¨®n del Gobierno: al suprimir el IAE no hace sino trasladar esa carga al Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) que se rige por el nuevo catastro aprobado y que aparecer¨¢ ante los ciudadanos como una subida de impuestos de su ayuntamiento (puesto que el IBI lo cobran los ayuntamientos), mientras que el gobierno del PP en cambio no hace m¨¢s que rebajarlos, aunque el causante de la subida en realidad haya sido ¨¦l.
Una segunda consecuencia, esta vez m¨¢s grave que el simple enga?o, es que los productores de energ¨ªa y los concesionarios de autopistas, as¨ª como los rectores de puertos y aeropuertos, trasladar¨¢n r¨¢pidamente el aumento de impuestos al consumidor y el ahorro de la supresi¨®n del IAE pasar¨¢ a encarecer los costes de producci¨®n y a hacernos menos competitivos, dado que pagaremos m¨¢s cara la energ¨ªa, ya de por s¨ª bastante cara e ineficaz en Espa?a, puesto que les venimos pagando ingentes cantidades de dinero p¨²blico a las empresas el¨¦ctricas para adaptarse a la competencia y no son capaces de suministrar electricidad regularmente; y encareceremos el transporte en una sociedad a la que todav¨ªa le queda mucho por invertir en infraestructuras para estar equiparado a nuestros socios europeos.
Adem¨¢s, el hipot¨¦tico beneficio electoral de la operaci¨®n, parece haberles ocultado que las peque?as y medianas empresas puede que no intenten crecer o reduzcan su dimensi¨®n, o bien se dividan en varias empresas para no verse afectados por el Impuesto de Actividades Econ¨®micas (intentando no llegar al mill¨®n de euros) y ello nos lleve a mantener una estructura de distribuci¨®n ineficaz e inflacionista, que tambi¨¦n es lo que menos necesitamos en la actual coyuntura de inflaci¨®n descontrolada que nos hace perder competitividad.
No parece tampoco que el nuevo catastro inmobiliario vaya a contribuir a bajar el precio actual de las viviendas que ¨²ltimamente se viene pregonando como una necesidad, pero se viene haciendo todo lo contrario. Porque a subir el precio de la vivienda contribuye el Gobierno cuando sube los impuestos o cuando se deja a los ayuntamientos mal financiados y para remediarlo se ven obligados a subastar el suelo p¨²blico como si fueran un particular m¨¢s, y no pueden destinarlo a viviendas protegidas, que s¨ª, que contribuir¨ªa a regular a la baja el mercado inmobiliario.
Se dir¨ªa que ¨²ltimamente el gobierno del Partido Popular, ocupado en intervenir en "el mercado publicitario" (v¨¦anse la multitud de anuncios del Ministerio de Trabajo) y en la "guerra de sucesi¨®n" (no confundir con la de Bush) no tiene demasiado tiempo para pensar en las consecuencias macroecon¨®micas de sus decisiones fiscales, que parecen m¨¢s hechas por publicistas que por economistas, si les reconocemos la buena intenci¨®n, que no pongo en duda que la tienen.
Joan Lerma es ex presidente de la Generalitat.
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