Una mayor¨ªa aislada

Un partido y un Gobierno con mayor¨ªa absoluta tambi¨¦n pueden quedar aislados. La desconexi¨®n del PP respecto del sentir mayoritario de la sociedad ante la crisis de Irak es preocupante. Su aislamiento volvi¨® a quedar de manifiesto ayer al aprobar todos los dem¨¢s grupos parlamentarios un texto al que no quiso sumarse el partido mayoritario en el Congreso de los Diputados, y sobre el cual el vicepresidente Rajoy hizo preguntas que deja sin responder cuando se las hacen al Gobierno. Prefiere servir de fiel escudero de la Administraci¨®n de Bush que propiciar un consenso en Espa?a o en la UE, o proponer medidas concretas para evitar la guerra y conseguir el desarme de Irak.

El texto, que testimonia la grave ruptura del consenso sobre pol¨ªtica exterior que ya se escenific¨® en el Congreso hace una semana, representa un compromiso en el que todos los grupos de la oposici¨®n han cedido algo en aras de un acuerdo. Insta al Gobierno a buscar y apoyar "en todo momento" soluciones alternativas a la guerra, a ampliar los plazos y medios de los inspectores y a tener puntualmente informado al Parlamento. En el Congreso, que es donde deber¨ªan producirse debates a fondo, el PP ha respondido con una resoluci¨®n que no va m¨¢s all¨¢ de la posici¨®n de m¨ªnimos consensuada por los Quince en la UE. Fuera del Parlamento, el partido del Gobierno lanza una campa?a de propaganda que nada explica sobre los posibles escenarios del conflicto ni sobre el grado de participaci¨®n de Espa?a.

El PP y el Gobierno buscan un formato que les permita explicarse sin debate y descalificar al adversario pol¨ªtico sin r¨¦plica directa, con el objetivo de apropiarse de la palabra paz y desprenderse del bald¨®n que arrastran quienes defienden una guerra impopular. Cuando Aznar acude al Parlamento, lo hace en el formato que m¨¢s limita el tiempo de la oposici¨®n, y cuando va a una televisi¨®n elige la m¨¢s af¨ªn bajo la f¨®rmula de una entrevista. ?Para cu¨¢ndo un debate en profundidad en la televisi¨®n p¨²blica? ?O cree el Gobierno que con la ceremonia de los Goya ya agotaron su cuota de pantalla los que se oponen a la guerra? RTVE prefiere alentar la campa?a del miedo, con programas especiales sobre bioterrorismo.

El mundo est¨¢ al borde de una guerra de consecuencias incalculables, que ha fracturado a la Uni¨®n Europea y a la OTAN y que puede hacer tambalear el Consejo de Seguridad de la ONU, en el que se sienta Espa?a desde enero. Y el Gobierno, sordo y solo, a remolque de Bush y Rumsfeld, en su nada espl¨¦ndido aislamiento.