El coste del final de ETA
Recuerdo, a¨²n recuerdo, cuando ten¨ªamos esperanzas. Por entonces, habl¨¢bamos del final de ETA, y dec¨ªamos que ser¨ªa muy cruel (ingenuos, nosotros). Ser¨ªa cruel, s¨ª, pens¨¢bamos, pero ser¨ªa una liberaci¨®n en todos los sentidos: al fin nos insertar¨ªamos "en el mundo", y ¨¦ste sabr¨ªa de nuestros "valores" (ilusos). Lo que no sab¨ªamos era el coste humano e hist¨®rico que pagar¨ªamos por ello. ETA se acaba. Sobre eso, no hay duda. Puede que ellos mismos lo sepan ya..., algunos, los listos. Los tontos, no, claro est¨¢ (Egunkaria, 11-02-03; v¨¦ase Kepa Garrote, viejo excombatiente vuelto a su pueblo, y v¨¦anse sus "ideas" sobre el "poder" que ocupan "los enemigos", etc¨¦tera). Les ocurri¨® a los excombatientes franquistas y falangistas.
Ahora nace otra cosa. Puede que una asociaci¨®n de ex, como la que presidi¨® Gir¨®n, que se inmol¨® sin saberlo como "b¨²nker", lo que facilit¨® un proceso muy insatisfactorio de democratizaci¨®n. (Mutatis mutandis, las gestoras podr¨ªan cumplir una gran funci¨®n esa direcci¨®n.) O puede que nazca otra cosa. Puede -y ser¨ªa lo peor- que se prolonguen como "mafia" o similar. Uno, optimista-realista por naturaleza, se teme lo peor: que se prologuen como pandilla del crimen, la extorsi¨®n y el exterminio, en nombre de la castiza pureza de sangre, "vasca" por supuesto (la de cosas en la que nos han imitado estos "espa?olazos").
Pero, en aquel tiempo "feliz", nunca nos paramos a pensar en el coste humano e hist¨®rico que todo esto supondr¨ªa para este rinc¨®n de Europa. Serbia sostuvo a la Mano Negra (1911) y otras organizaciones paneslavas (como la que asesin¨® al heredero austro-h¨²ngaro en 1914). Y as¨ª les ha ido: Milosevic es la herencia de todo aquello; y el lodo de kosovar, etc¨¦tera. Sicilia, sus buenas familias y los importantes italianos, alimentaron a aquellos condotieros a sueldo. As¨ª les ha ido. As¨ª -y no exagero- nos puede ir.
En lo humano, hemos logrado tener esos pol¨ªticos de "coraz¨®n de hielo" (Maite Pagazaurtundua: una persona moral que, por ello, siempre acierta con su gram¨¢tica), que s¨®lo merecen el "desprecio" de las familias de los asesinados ("pla?ideras tras las pancartas"). Pol¨ªticos que s¨®lo merecen el desprecio de las personas honradas y libres..., pero que, hoy por hoy, nos gobiernan. ?C¨®mo convivir y explicar a quien mata a su viejo camarada de lucha por la libertad (Joseba, Yoyes,...)?
Y, en lo hist¨®rico (atentas las c¨¢maras de comercio, sindicatos, patronales,..., ), puede suponer, y est¨¢ suponiendo, la p¨¦rdida de toda ventaja de oportunidad en Europa, en una sociedad globalizada (comunicaciones e imagen). Es la miseria del paisito, el fin de la "era del acero" y los ricachos de Neguri (algo nos tocaba en el Goiherri), el final de la prosperidad de este rinc¨®n. Aspir¨¢bamos a tener a nuestros hijos en igualdad de condiciones con los de Ciudad Real o Carinthia. (En realidad, aspir¨¢bamos a m¨¢s.) Pero, al paso de los acontecimientos -y al que nos condena la se?ora Consejera de Educaci¨®n del Gobierno Vasco-; al paso de las cosas, es posible que deban emigrar a una universidad magreb¨ª, pongamos, para tener acceso a un mercado mundializado.
ETA se acaba, sep¨¢moslo. Pero, ?c¨®mo y a qu¨¦ precio? El c¨®mo depende mucho de las fuerzas de seguridad. El precio, de las fuerzas pol¨ªticas. Al final, de nosotros, pobres mortales, que a¨²n tenemos el derecho a elegir. ?Dejaremos que nos gobiernen esos pol¨ªticos de "coraz¨®n de hielo"; "pla?ideras" incapaces de quitarnos al mat¨®n de encima? Estamos en una encrucijada vital. Sep¨¢moslo, no miremos para nuestro huerto. Y cualquier frivolidad (como la de Xabier Arzalluz), est¨¢ de m¨¢s.
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