Vitalidad nipona

He aqu¨ª una buena ocasi¨®n para conocer, si es que el lector no ha visto la ¨²nica de las nueve pel¨ªculas del japon¨¦s Hideo Nakata estrenada entre nosotros, The ring -s¨ª, justo: el original de la hom¨®nima pel¨ªcula americana, uno de los ¨¦xitos del a?o en el terreno del terror-, la obra de un creador singular, buen ejemplo, adem¨¢s, de la vitalidad del g¨¦nero en el Jap¨®n de nuestros d¨ªas. Dark water incide en alguno de los temas del anterior filme de Nakata y, para hacerle justicia a nuestro hombre, hay que decir que la pel¨ªcula tiene una virtud nada desde?able: crece imparable en el recuerdo no bien se invocan sus deslustradas, extra?as im¨¢genes. M¨¢s a¨²n que en una primera visi¨®n, o al menos ¨¦sa es la experiencia de quien esto firma.

Dark water comparte con The ring varias cosas: una, fundamental, su prop¨®sito de no moverse ni un ¨¢pice del terreno del cine fant¨¢stico-terror¨ªfico, y de hacerlo a la manera cl¨¢sica, es decir, sin priorizar el despliegue de lo obvio, sin recurrir al hachazo y la sangre. Dicho de otra manera, poniendo todo el sentido en la puesta en escena, en la creaci¨®n de una angustiosa sensaci¨®n de suspense -v¨¦ase la notable secuencia del ascensor, una de las m¨¢s inquietantes vistas en mucho tiempo-, en el cuidadoso control del tempo narrativo.

Otra es la construcci¨®n de la historia a partir de una venganza que recae en una inocente, como inocente era, antes de sufrir lo que sufri¨®, quien se encargar¨¢ de cumplirla: lo aleatorio de un azar que puede golpear a cualquiera, y contra el que no cabe el recurso de la l¨®gica. Otra, en fin, consiste en mostrar un universo monoparental poblado de mujeres solas e hijos hipersensibles y, por tanto, sometidos a la arbitrariedad de lo fant¨¢stico; un mundo de incomunicaci¨®n, en suma, en el que resulta incluso peligroso relacionarse con lo real.

Pero a la postre, Dark water ser¨¢ recordada por su ejemplar empleo del suspense, por la sensaci¨®n de que todo puede suceder y, en cualquier momento, esa cl¨¢sica descolocaci¨®n ante lo irreal en la que tan a gusto se siente el verdadero amante del g¨¦nero. Es, por supuesto, una pel¨ªcula para amantes del suspense te?ido de terror; y tambi¨¦n para interesados en pel¨ªculas que postulan met¨¢foras mayores -el p¨¢nico a la soledad, el miedo a la destrucci¨®n de lo que se quiere, la irrupci¨®n de lo sobrenatural en un universo aparentemente controlado y sensato-. Que es un filme con capacidad de pervivencia lo prueba el hecho de que, como su antecesor, tambi¨¦n tendr¨¢ versi¨®n estadounidense... dentro de unos meses, en estas mismas salas.