Cien flores contra Aznar
Una manera de enfocar el "No" de la manifestaci¨®n nacional es englobar una izquierda que estaba dispersa. La lista de asociaciones que la convocan es larga y la forman gentes que no son libres o est¨¢n discriminadas en el reino de la extrema derecha creciente y el soplo hitleriano de Bush. PSOE, IU, Comisiones, UGT encabezan lo que termina por Unidad C¨ªvica por la Rep¨²blica, y se juntan docenas de asociaciones de mujeres, de homosexuales, de inmigrantes, de defensores de la infancia. Muy distintas, pero hay bases gen¨¦ricas: perseguidos, marginados: v¨ªctimas de la derecha y de su veloz endurecimiento desde que Aznar est¨¢ solo. Iluminado, salvador, mesi¨¢nico.
La izquierda en general, en Espa?a, es ideolog¨ªa incompleta, cuya virtud es la de discrepar entre s¨ª. Virtud porque la izquierda se caracteriza en la diversidad de pensamientos: "Que florezcan cien flores, que cien escuelas rivalicen", ped¨ªa Mao. Es su debilidad tambi¨¦n frente al mando ¨²nico. La izquierda progresa con la idea; la derecha, con el arma. De ah¨ª la lucha de esta extrema derecha por conseguir la reunificaci¨®n como hizo Franco con los suyos; con pactos, acuerdos. En la historia reciente, la izquierda tuvo tres movimientos unitarios: el que trajo la Rep¨²blica -con millones de personas en las calles, como ma?ana-, como en el Frente Popular con fuerza antifascista que derrot¨® al Gobierno prefascista de Lerroux-Gil Robles; y en la defensa de Madrid que par¨® el avance de los cuatro generales. La izquierda fue asesinada y esparcida por Franco, que demostr¨® que era ¨²nica porque todos eran su enemigo; rota por la guerra fr¨ªa; diezmada por la ca¨ªda del comunismo, enga?ada por las palabras democracia y libertad (que andan en los picos de los loros de un solo color); y ahora tiene uno de sus sobresaltos frente a todo lo que la destruye; desde la grotesca burgues¨ªa de la boda en El Escorial hasta el desprecio y el abandono del pueblo del chapapote; desde el maltrato de inmigrantes hasta el del machista; desde las Cortes petrificadas hasta la negaci¨®n de derechos a las minor¨ªas sexuales. Y la ley del trabajo, y la de la ense?anza. Y salta la izquierda a la calle. No es una revoluci¨®n; y ma?ana estar¨¢ desunida. Pero en v¨ªsperas de elecciones aclara el futuro.
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