"La Historia enriquece la invenci¨®n literaria"
Al Madrid enmara?ado de sirenas de alarmas antia¨¦reas y donde las condolencias se murmuran en medio de la desaz¨®n y el amor ha vuelto Juan Eduardo Z¨²?iga (1929). Veintitr¨¦s a?os despu¨¦s de su primer acercamiento, cuando public¨® en 1980 Largo noviembre de Madrid (Alfaguara). La ruta es parecida, el relato. Pero m¨¢s a fondo. Ha ido a las entra?as de la tragedia que produjo en cada persona la Guerra Civil. Al desgaste del ser humano y a un enfrentamiento m¨¢s doloroso, el que libra cada uno consigo mismo al verse emboscado por la guerra. Diez historias en las que Z¨²?iga sobrevuela un escenario f¨ªsico, afectivo y psicol¨®gico. Un fresco, con los cinco sentidos, donde lo aborrecible y lo bello de finales de 1938 se muestran y se sienten sin ser pronunciados sus nombres.
PREGUNTA. Capital de la gloria puede leerse como una continuaci¨®n de Largo noviembre de Madrid. ?Por qu¨¦ volvi¨® sobre la Guerra Civil?
RESPUESTA. No es extra?o en mi caso, no s¨®lo porque es un episodio importante en mi vida, sino tambi¨¦n para Espa?a. Escribir sobre la guerra es una tentaci¨®n constante. Aunque creo que este libro se distancia del primero porque los personajes son m¨¢s libres.
P. Y se enfrentan contra s¨ª mismos.
R. He acentuado m¨¢s el periodo de mayor desgaste psicol¨®gico. El final de la guerra est¨¢ pr¨®ximo y todos sufren esa erosi¨®n.
P. El libro confirma el inter¨¦s por reivindicar la memoria.
R. La memoria se ha considerado como peligrosa por lo que puede entra?ar de rencor. Pero no es as¨ª. El tiempo lima estos sentimientos vengativos. La memoria debe cultivarse. En Espa?a hab¨ªa una intenci¨®n de eludir un periodo. Ya no, y hay que procurar que siga as¨ª. El recuerdo nos mantiene con vida.
P. ?Y el olvido?
R. No hay que creer en ¨¦pocas de olvido. No puede ser una propuesta. Es contraproducente. Vivimos a expensas de la memoria. Los recuerdos crean un puente sobre el vac¨ªo del futuro. Por ¨¦l avanzamos. Es la ¨²nica riqueza que tenemos, la experiencia.
P. Hay una revitalizaci¨®n de la Guerra Civil y de la II Guerra Mundial en la literatura.
R. La mirada ausente ha sido reemplazada por una vitalista que estudia los momentos m¨¢s dram¨¢ticos. Coincide con que se est¨¢n abriendo las fosas comunes y los documentos. Antes tuvieron cuidado en propiciar silencio sobre un gran horror. Aunque toda guerra es un drama, una guerra civil es m¨¢s dolorosa por lo que tiene de odio cainita. Pero el tiempo quita la parte afectiva del sufrimiento y deja la experiencia constructiva.
P. ?Qu¨¦ opina de la recreaci¨®n literaria de la Historia?
R. Creo en la literatura de ficci¨®n cargada de responsabilidad. La Historia sirve para enriquecer el tejido de la invenci¨®n literaria. Es una valoraci¨®n de los hechos desde la intrahistoria, poco atendida por los historiadores. Lo que se busca es recrear la cotidianidad que arma la Historia y que puede utilizarse en la literatura para ver todo desde dentro hacia fuera. El lector se siente con estos libros m¨¢s completo al entrar por los caminos afectivos de la Historia.
P. Tanto que sus personajes descubren conflictos internos que los enfrentan con cuestiones ¨¦ticas.
R. Se enfrentan a su vida y a sus sue?os de otra manera; pero tambi¨¦n a las frustraciones, como las del amor y de la conciencia. Como estar atento a un sue?o amoroso mientras se asiste a la destrucci¨®n del Museo del Prado.
P. El ser humano ve aflorar en ¨¦l lo mejor y lo peor.
R. Muestro m¨¢s la frustraci¨®n debida al desgaste psicol¨®gico. Al final de la guerra las condiciones son torturantes y hay un aniquilamiento ¨ªntimo. Busco recoger la quiebra moral y ¨¦tica de la sociedad y de la ciudadan¨ªa.
P. Un cruce de fronteras morales.
R. Es m¨¢s; es cuando los sentimientos est¨¢n afectados y dejan de tener su mecanismo normal.
P. ?C¨®mo era esa ¨¦tica en los escritores e intelectuales?
R. Hab¨ªa un enorme respeto. Participaban y manten¨ªan informada a la gente con su actividad.
P. ?Y hoy?
R. Se percibe una aton¨ªa o desconcierto. Hemos pasado unos a?os en que se notaba una bruma en el pensamiento en lo referente a su compromiso con la sociedad. La aparici¨®n de libros sobre la Guerra Civil indica que hay mayor conciencia del destino del pa¨ªs.
P. ?Fue acertada la transici¨®n?
R. No impuls¨® esta memoria hist¨®rica. No la facilit¨®. Fue un acuerdo mediatizado y forzado que cada vez se est¨¢ viendo con una ¨®ptica m¨¢s clara de lo que represent¨® de limitaciones.
P. Su obra se ha caracterizado por el socialrealismo, pero estos relatos muestran una faceta m¨¢s personal. ?Seguir¨¢ en la misma l¨ªnea?
R. No s¨¦ qu¨¦ har¨¦. Me interesa reconstruir episodios por los que he pasado. Busco en la sensibilidad personal. Me interesa una calidad muy fina literariamente.
P. Algunos escritores reivindican que la literatura bella y profunda no es incompatible con el entretenimiento.
R. Hay un grupo de autores que cuidan la palabra sin olvidar los contenidos. Eso es muy importante. Soy optimista sobre el futuro de la literatura espa?ola.
P. Tambi¨¦n hay una especie de revalorizaci¨®n del cuento, que convive con la novela larga.
R. Podr¨ªa ser una contradicci¨®n, porque esta ¨¦poca parece m¨¢s propia para el cuento por la falta de tiempo, pero a la gente tambi¨¦n le interesan las novelas. Mientras el cuento te da brotes de pensamiento, en las novelas el lector se sumerge en las aventuras de los personajes; algo positivo, pero tiene un punto desalentador. ?Acaso en estos tiempos el lector necesita de otras motivaciones o aventuras ajenas para vivir?
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