Planeta azul
En un plat¨® azul, sentados en unas butacas azules, ataviados con trajes, corbatas y camisas azules, ante una fotograf¨ªa del planeta azul, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y Ernesto S¨¢enz de Buruaga protagonizaron una entrevista ¨²til pero blanda. ?til porque las preguntas eran las que est¨¢n en la calle. Blanda porque faltaron otras que tambi¨¦n lo est¨¢n. Que al final Buruaga despidiera a Aznar con un "ojal¨¢ no se equivoque con sus decisiones" tuvo algo de fat¨ªdico presagio. No deja de ser curioso que el plat¨® fuera casi tan azul como el de El tercer grado, donde hace poco estuvo Ana Botella. El presidente demostr¨® ser consciente de que, aline¨¢ndose junto a Bush, se expone a un desgaste que est¨¢ dispuesto a asumir, ya que s¨®lo le mueve "el inter¨¦s de Espa?a". Su posici¨®n est¨¢ clara: la intervenci¨®n contra Sadam Husein es el ¨²ltimo recurso para castigar el incumplimiento sistem¨¢tico de las resoluciones de la ONU. Como suele hacer en los ¨²ltimos meses, volvi¨® a comparar la situaci¨®n mundial con la que sufre el Pa¨ªs Vasco, y equipar¨® a Husein con los etarras, dejando claro que, si ahora no se apoya a Bush, luego no podremos quejarnos de que no nos ayuden cuando tengamos problemas.
Buruaga le pregunt¨® si no era mejor mantenerse al margen para que, con esa firmeza a pi?¨®n fijo que tanto les gusta caricaturizar a sus imitadores, Aznar respondiera: "No hay neutralidad posible. Y menos de un pa¨ªs como Espa?a, que sabe lo que es sufrir el terrorismo". Serio, sin risitas ni retintines ir¨®nicos, afirm¨® que Husein tiene armas de destrucci¨®n masiva, aunque no aport¨® m¨¢s prueba que su palabra, subrayada con estrat¨¦gicos primeros planos. Al criticar a sus opositores estuvo menos beligerante que otras veces y mostr¨® su comprensi¨®n hacia las discrepancias, lo cual contrasta con la torpeza que ha mostrado el PP frente a la ola antibelicista que sacude el pa¨ªs. L¨¢stima que, para dar mayor solvencia a su firmeza y m¨¢s objetividad al di¨¢logo, ni el entrevistador ni el entrevistado se preguntaran por qu¨¦ y desde qu¨¦ econom¨ªas lleg¨® el armamento a los dictadores y qu¨¦ intereses han contribuido a mantenerlos en ese poder que, ahora, amenaza la seguridad y la paz.
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