Los famosos se sienten acosados
Su nombre no viene al caso, pero es una mujer famosa desde hace bastante tiempo. Durante a?os, salt¨® de una revista a otra con la habilidad de un funambulista, siempre sonriente, ella y los suyos; un ejemplo de familia t¨ªpica, t¨®pica y rentable para la prensa del coraz¨®n. No hace muchos meses, ese idilio se rompi¨®: se separ¨® de su marido, vendi¨® la exclusiva por un buen pu?ado de millones y la prensa le retir¨® el saludo. Ahora vive en su chal¨¦ de lujo con las persianas bajadas, asediada d¨ªa y noche por una flotilla de reporteros. Su agente art¨ªstico se queja amargamente: "Lo est¨¢ pasando fatal. Y no es verdad eso que dicen que ella lo vende todo. S¨®lo ha vendido la exclusiva de su separaci¨®n. Y la del aborto".
Eugenia Mart¨ªnez de Irujo: "S¨¦ que denunciar esto (la persecuci¨®n de los 'paparazzi') me puede traer problemas, pero tengo que hacerlo; lo hago por mi hija"
Hay dos puntos clar¨ªsimos que deben regir la labor de un periodista: el respeto a la intimidad de las personas y el no obtener informaci¨®n por medios il¨ªcitos
El de Eugenia Mart¨ªnez de Irujo es un caso diametralmente opuesto al anterior. La hija de la duquesa de Alba tambi¨¦n vive agazapada, cercada por fot¨®gramos y c¨¢maras de televisi¨®n, pero el motivo es justo el contrario: la joven duquesa, separada recientemente del torero Francisco Rivera, se niega a hablar -ni gratis ni por dinero- de su vida privada. Como castigo, es perseguida d¨ªa y noche, a pie o en coche, deslumbrada por los focos de las c¨¢maras y apuntada por micr¨®fonos que suplican una frase, un gesto, alguna imagen que repetir una y otra vez en los cada vez m¨¢s numerosos programas de chismorreo. Hace unas semanas, la situaci¨®n de acoso se hizo tan asfixiante que Eugenia Mart¨ªnez de Irujo pidi¨® protecci¨®n p¨²blicamente. "No puedo m¨¢s", explic¨® a este peri¨®dico en su casa de Madrid, "vivo como si fuera un criminal, perseguida constantemente, ya est¨¦ en Sevilla, aqu¨ª o en Barcelona. Hace un tiempo que opt¨¦ por encerrarme con mi hija. No puedo exponerla a esa angustia: todo el d¨ªa huyendo de los fot¨®grafos, haciendo locuras con el coche para huir de ellos. ?Es esto justo?".
Vender un aborto
La cuesti¨®n no es f¨¢cil. Teniendo en cuenta el caso de la famosa que vendi¨® separaci¨®n y aborto, surge una primera pregunta: ?puede reclamar su derecho a la intimidad una persona que, a cambio de dinero, ha expuesto lo m¨¢s intimo? El segundo caso es todav¨ªa m¨¢s complejo: ?se pueden suspender los derechos fundamentales de una persona -la intimidad, el honor- s¨®lo porque sea famosa?
La primera aproximaci¨®n al problema es de Perfecto Andr¨¦s, magistrado del Tribunal Supremo: "Es cierto que algunas actitudes de personajes de los llamadas p¨²blicos implica cierta renuncia a, al menos, una parte de su privacidad, pero me cuesta entender que esta actitud otorgue una especie de patente de corso a cualquier cazador de im¨¢genes que as¨ª pueda estar legitimado para hacer uso de las grandes posibilidades de injerencia en las vidas ajenas que hoy ofrecen los medios t¨¦cnicos".
El magistrado a?ade: "Creo que, en esta materia, es muy dif¨ªcil reglamentarlo todo de forma pormenorizada, por eso juega un papel importante el sentido de la profesionalidad que tenga el propio informador. Es una delicada cuesti¨®n de ponderaci¨®n, de equilibrio y de sensibilidad, que con frecuencia brilla por su ausencia, lamentablemente incluso en medios p¨²blicos. Es una materia que, por sus propias peculiaridades, es dif¨ªcil de pacificar y en la que resulta inevitable un alto coeficiente de conflicto. En todo caso", concluye Perfecto Andr¨¦s, "creo que los medios, sobre todo los medios serios, tienen una responsabilidad en la materia y deb¨ªan ejercer una cr¨ªtica y una reflexi¨®n permanente sobre la misma, pues la autorregulaci¨®n, en un marco de pautas normativas generales, me parece un sistema imprescindible y probablemente el mejor".
La c¨¢mara oculta
Quien recoge el guante es Jos¨¦ Mar¨ªa Torre Cervig¨®n, presidente de la delegaci¨®n deontol¨®gica de la Asociaci¨®n de la Prensa de Madrid. Y lo hace para estar de acuerdo con el magistrado. "Es una pena", dice Torre Cervig¨®n, "que no se haya podido organizar aqu¨ª una comisi¨®n de autocontrol profesional como la que existe en Catalu?a, donde empresas y periodistas se comprometen a observar ciertas reglas fundamentales. Hay dos puntos clar¨ªsimos que deben regir la labor de un periodista: el respeto m¨¢ximo a la intimidad de las personas y el compromiso a no obtener informaci¨®n por medios il¨ªcitos... aunque se trate de una persona que comercia con su vida". La apostilla de Torre Cervig¨®n, un profesional de amplia experiencia, no puede estar m¨¢s de actualidad. Hace unos d¨ªas, Tele 5 emiti¨® un reportaje, elaborado por El Mundo TV, donde Alessandro Lecquio se despachaba a gusto sin saber que estaba siendo grabado por una c¨¢mara oculta. El resultado era explosivo. Lecquio acusaba de tr¨¢fico de drogas a uno de sus compa?eros en Tele 5, desvelaba el nombre del fot¨®grafo que vendi¨® su exclusiva con Mar Flores en Italia y daba detalles sobre la afici¨®n sexual de otros famosos. La cuesti¨®n es: ?es l¨ªcito hacer eso?
El responsable de la delegaci¨®n de deontolog¨ªa de la Asociaci¨®n de la Prensa de Madrid lo tiene claro: "Hay sentencias a favor y sentencias en contra, pero, insisto, nunca se debe conseguir la informaci¨®n con enga?o". Y, por eso, a?ade categ¨®rico: "Toda informaci¨®n con c¨¢mara oculta va contra la ¨¦tica".
Fernando Quintela, directivo de El Mundo TV, tiene otro punto de vista: "Cuando ponemos en tela de juicio el uso de la c¨¢mara oculta jam¨¢s debemos pensar en este instrumento como una herramienta de trabajo ilegal en s¨ª misma. El problema, o las malas interpretaciones respecto al periodismo de investigaci¨®n en televisi¨®n, suelen estar asociados al mal uso de la c¨¢mara oculta por todo tipo de personajes, sean periodistas o no. En El Mundo TV siempre nos hemos regido por las normas y obligaciones fundamentales de un periodista respecto al uso de estas microc¨¢maras. ?stas son tres: que la informaci¨®n que se transmita sea veraz, que exista un inter¨¦s p¨²blico en la noticia que se pretende difundir y que el trabajo period¨ªstico sea realizado con la diligencia normal en el ejercicio del periodismo".
Sin duda el caso m¨¢s c¨¦lebre donde se utiliz¨® la c¨¢mara oculta en Espa?a fue en la elecci¨®n de Miss Alicante, difundida por Antena 3. El programa pretend¨ªa desenmascarar los supuestos fraudes en este tipo de concursos de belleza. Para ello infiltraron a una periodista en el concurso y grabaron todas las conversaciones tendentes a conseguir una elecci¨®n ama?ada. Seg¨²n prestigiosos juristas consultados por este peri¨®dico, ese tipo de investigaciones puede considerarse il¨ªcita por tres razones: "En primer lugar, hay datos para pensar que los periodistas suscitaron la comisi¨®n de un il¨ªcito o una irregularidad -la elecci¨®n de Miss Alicante a cambio de dinero- que no se hubiera producido en ning¨²n caso sin la iniciativa y la insistencia de los periodistas disfrazados. Por tanto, estar¨ªamos ante algo parecido a una irregularidad incitada por los investigadores, que, de acuerdo con la doctrina del delito provocado, exonera a los autores de la irregularidad por no ser l¨ªcita la investigaci¨®n misma al generar ¨¦sta un il¨ªcito que sin ella no se hubiera producido". Las otras dos razones se pueden aplicar a todos los programas de investigaci¨®n que al final s¨®lo pretenden poner al descubierto las miserias de los nuevos famosos. "En estos casos", dicen los juristas, "la intromisi¨®n ileg¨ªtima en el derecho a la intimidad de las personas carece del inter¨¦s cualificado que requiere la ley: inter¨¦s hist¨®rico, cient¨ªfico o cultural. Aunque el argumento definitivo", concluyen, "se encuentra en la declaraci¨®n expresa del art¨ªculo 7 de la Ley Org¨¢nica, seg¨²n el cual, es ileg¨ªtima la utilizaci¨®n y el emplazamiento en cualquier lugar de aparatos de escucha, de filmaci¨®n o de cualquier otro medio apto para grabar o reproducir la vida ¨ªntima de las personas".
El famoseo
Por si fuera poco, la aparici¨®n de la c¨¢mara oculta en Espa?a coincide con el ¨¦xito sin precedentes de los programas del coraz¨®n. Seg¨²n los datos de la Academia de las Ciencias y las Artes de la Televisi¨®n, las cadenas dedican en su conjunto m¨¢s de 30 horas semanales "al famoseo". El n¨²mero de espacios dedicados al coraz¨®n se ha duplicado en los ¨²ltimos a?os. Hay un dato muy esclarecedor. En 1993 s¨®lo exist¨ªa un espacio rosa: Coraz¨®n, coraz¨®n (TVE). Ahora son 17, algunos de ellos -quiz¨¢ los m¨¢s celebres- dedicados casi en exclusiva a despellejar al personal.
A la sombra de esos programas han surgido multitud de productoras que, unidas a los antiguos paparazzi, conforman aut¨¦nticas escuadrillas de reporteros que persiguen a los famosos all¨ª donde se encuentren. "S¨¦ que denunciar esto me puede traer problemas, pero tengo que dar el paso", explica Eugenia Mart¨ªnez de Irujo, "lo hago fundamentalmente por mi hija. No es justo que viva rodeada de c¨¢maras que la deslumbran, la acosan, le hacen fotograf¨ªa. Creo que todo el mundo merece un respeto. Incluso los que, por cuna, no podemos eludir la fama".
La cuesti¨®n merece un debate en profundidad. En caso de conflicto entre dos derechos fundamentales, el de informar y el de la intimidad, ?cu¨¢l debe prevalecer?
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