"Paremos la guerra contra Irak"
Texto del manifiesto que leyeron ayer en la Puerta del Sol Pedro Almod¨®var, Leonor Watling y Fernando Fern¨¢n-G¨®mez:
Tras la aceptaci¨®n por Irak de la resoluci¨®n 1.441, desde hace semanas los inspectores de desarme de Naciones Unidas llevan desarrollando su tarea de evaluaci¨®n de un posible rearme de este pa¨ªs. Las acusaciones lanzadas por EE UU y Reino Unido sobre la reanudaci¨®n de los programas de armas de destrucci¨®n masiva por Irak han resultado ser falsas, meras excusas para justificar una nueva guerra en Oriente Medio.
Pese a ello, la Administraci¨®n Bush prosigue con sus preparativos para atacar este pa¨ªs, habiendo adem¨¢s intensificado en las ¨²ltimas semanas sus presiones para obtener el apoyo internacional a sus planes b¨¦licos, particularmente de los Gobiernos de los pa¨ªses miembros de la OTAN y los vecinos de Irak. El peligro de guerra es inminente. Todo parece indicar que EE UU iniciar¨¢ en las pr¨®ximas semanas su asalto final contra Irak, instaurando en Bagdad, tras la invasi¨®n y ocupaci¨®n del pa¨ªs, primero una administraci¨®n militar estadounidense y despu¨¦s un r¨¦gimen sumiso a sus intereses estrat¨¦gicos.
La amenaza de esta nueva guerra y la desinformaci¨®n ocultan que Irak es hoy un pa¨ªs hundido en la miseria pese a su riqueza y la capacitaci¨®n de su poblaci¨®n, devastado por m¨¢s de una d¨¦cada de sanciones econ¨®micas y agresiones militares continuadas. Seg¨²n datos de Naciones Unidas, en estos 12 a?os m¨¢s de un mill¨®n de personas -de ellas, 800.000 menores de cinco a?os- han muerto a causa del embargo. Tambi¨¦n seg¨²n la propia ONU, adem¨¢s de las v¨ªctimas directas del conflicto, una nueva guerra contra Irak supondr¨¢ una cat¨¢strofe humanitaria, con millones de personas afectadas por hambrunas y epidemias, y m¨¢s de dos millones de refugiados.
Tras esta guerra no hay imperativo moral alguno. Ser¨¢ una guerra desencadenada por meros intereses pol¨ªticos y econ¨®micos, una nueva guerra por el petr¨®leo. Los planes estadounidenses para el futuro de la regi¨®n tras la intervenci¨®n contra Irak, recientemente hechos p¨²blicos por el secretario de Estado Colin Powell, no dejan lugar a dudas: controlar el suministro petrol¨ªfero del mundo industrializado e imponer la inserci¨®n econ¨®mica de Israel en Oriente Medio y, con ¨¦sta, la del conjunto de la regi¨®n -de sus poblaciones y recursos- en una econom¨ªa mundializada.
Si el objetivo declarado de esta nueva guerra contra Irak es proceder al cambio de su r¨¦gimen pol¨ªtico, la guerra dar¨¢ paso a una m¨¢s ambiciosa remodelaci¨®n geopol¨ªtica del conjunto de Oriente Medio, incluyendo probablemente el definitivo asalto israel¨ª contra Gaza y Cisjordania y el aplastamiento militar de la Intifada, el desmantelamiento de las instituciones de la Autoridad Palestina y quiz¨¢s un nuevo ¨¦xodo de su poblaci¨®n.
La intervenci¨®n contra Irak impondr¨¢ adem¨¢s a la comunidad internacional el hecho consumado de un nuevo ordenamiento mundial en el que las normas jur¨ªdicas vigentes hasta ahora habr¨¢n quedado anuladas por la nueva doctrina estadounidense de "guerra preventiva", anticipada en la "guerra global contra el terrorismo". Suplantando el derecho de autodeterminaci¨®n de los pueblos, la "guerra preventiva" de la Administraci¨®n de Bush no es m¨¢s que la m¨¢s reciente formulaci¨®n de la voluntad hegem¨®nica de EE UU, que pretende por medio del recrudecimiento del intervencionismo militar directo imponer a escala planetaria su dominaci¨®n pol¨ªtica, econ¨®mica y cultural, imponiendo por la fuerza, si ello es necesario, cambios de gobierno y de sistemas pol¨ªticos y econ¨®micos. As¨ª, los escenarios de las guerras abiertas contra los pueblos se multiplican, muy particularmente en el continente americano y, en concreto y en estos mismos momentos, contra la experiencia democr¨¢tica venezolana y otros pa¨ªses.
Esta es una guerra inmoral e ileg¨ªtima que ninguna resoluci¨®n de Naciones Unidas podr¨¢ legitimar; desde hace tiempo, EE UU impone con amenazas o promesas el voto de los miembros del Consejo de Seguridad, incluido el de aquellos pa¨ªses con derecho de veto. La oposici¨®n internacional a la guerra es cada vez mayor dentro y fuera de EE UU. Si lo ve necesario para acallar a la opini¨®n p¨²blica mundial, la Administraci¨®n Bush puede pretender en las pr¨®ximas semanas imponer la aprobaci¨®n por el Consejo de Seguridad de una nueva resoluci¨®n que autorice la intervenci¨®n contra Irak.
La guerra contra Irak se puede parar. Los pasados d¨ªas 18 y 19 de enero, medio mill¨®n de estadounidenses y cientos de miles de personas m¨¢s en todo el mundo salimos a las calles para decir "no" a esta nueva guerra, en un ¨¦xito sin precedentes de la movilizaci¨®n contra los planes de la Administraci¨®n Bush de atacar Irak. Tras el ¨¦xito de estas movilizaciones -incluida la marcha a Torre-j¨®n-, respaldando la propuesta lanzada desde el Foro Social Europeo reunido en Florencia, el pasado mes de noviembre, de convocar una jornada europea de movilizaciones contra la guerra en Irak el 15 de febrero, a la que se ha sumado la coalici¨®n contra la guerra de EE UU Answer y el Foro de Porto Alegre, hacemos un llamamiento a la ciudadan¨ªa para que (...) exprese en la calle su oposici¨®n a la guerra contra Irak y su solidaridad con el pueblo iraqu¨ª.
Hacemos asimismo un llamamiento a la movilizaci¨®n contra la participaci¨®n del Estado espa?ol en esta guerra que es rechazada abrumadoramente por la mayor¨ªa de nuestra ciudadan¨ªa, como as¨ª lo demuestran las encuestas de opini¨®n, con porcentajes que superan el 75%, incluso aunque la guerra lleve finalmente la sanci¨®n de Naciones Unidas. Pese a ello, el Gobierno Aznar ha comprometido ya el apoyo del Estado espa?ol a la agresi¨®n contra Irak al ceder sin restricci¨®n alguna el uso de las bases conjuntas hispano-estadounidenses, esencialmente la de Rota, violando con ello la legalidad institucional y la Constituci¨®n. Al tiempo, tras la exigencia de la Administraci¨®n Bush para que los pa¨ªses miembros de la OTAN se involucren en la guerra, la implicaci¨®n del Estado espa?ol ser¨ªa doble, violando (...) las condiciones del refer¨¦ndum de entrada en la OTAN.
As¨ª, al tiempo que podemos convertirnos en agresores directos del pueblo iraqu¨ª en una nueva guerra de devastaci¨®n contra su pa¨ªs, nos enfrentamos al peligro de quiebra democr¨¢tica interna y a un grave proceso de regresi¨®n en derechos civiles y libertades en el nuestro propio.
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