Enmiendas y desmentidos

Tan lejos como el domingo pasado, en esta misma p¨¢gina y con mi propia firma publicaba un breve comentario acerca del comportamiento, reputado de bochornoso, que le adjudicaba a TVV a prop¨®sito de la muerte del eminente historiador Miquel Batllori. Confiado en mis propias fuentes, y sin proceder a la siempre necesaria verificaci¨®n, acept¨¦ como fiable que el citado ente hab¨ªa soslayado informar adecuadamente de la noticia como glosar la personalidad singular del finado. Con lo cual comet¨ª una grave pifia profesional, de la que sin duda habr¨ªa de penitenciar severamente si as¨ª me lo demandare el defensor del lector de este peri¨®dico o los mismos colegas televisivos injustamente desacreditados, pues ahora me consta que trataron el suceso con la correcci¨®n, extensi¨®n y documentaci¨®n pertinentes. Me anticipo a uno y otros, admitiendo mi culpa con la consiguiente contrici¨®n.

Mientras redacto estas l¨ªneas, me llega un comunicado de la direcci¨®n de TVV desmintiendo las acusaciones que le ha dirigido el comit¨¦ de redacci¨®n de ese medio acerca de la -a su juicio- insuficiente cobertura informativa de las manifestaciones contra la guerra del s¨¢bado pasado. No es el ¨²nico reproche, como se sabe. Los promotores de este hito multitudinario, as¨ª como algunos l¨ªderes pol¨ªticos de la oposici¨®n, inciden en t¨¦rminos similares, e incluso destemplados. TVV replica alegando el amplio minutado dedicado a esa noticia y se ampara en el "veredicto del p¨²blico" que sigui¨® mayoritariamente los distintos espacios informativos de la cadena. No obstante -terciamos nosotros-, aunque el ¨ªndice de audiencia sea a veces un buen referente, no es sin¨®nimo de excelencia profesional, ¨¦tica o noticiosa. Pero dejemos de lado este aspecto que nos aboca a otro debate muy alejado.

Resulta obvio que entre los p¨¢rrafos precedentes s¨®lo hay un punto en com¨²n: RTVV y las suspicacias, enfados y acusaciones -en alg¨²n caso indebidas, como queda anotado- que provoca. Y con motivo, si nos atenemos a su trayectoria oficialmente obsecuente desde el d¨ªa que se fund¨®. Pero estas sospechas y a menudo imputaciones razonadas no son novedosas, ni llevan trazas de cambiar mientras no se defina o redefina qu¨¦ modelo de televisi¨®n p¨²blica se postula, qu¨¦ garant¨ªas la blindan contra la manipulaci¨®n y c¨®mo se ha de ejercer el periodismo en ese marco para que los profesionales responsables no est¨¦n un d¨ªa s¨ª y otro tambi¨¦n a los pies de los caballos. En las circunstancias actuales, por lo visto, se requiere ser encajador excepcional antes que buen periodista para acomodarse a las "orientaciones" de unos y las andanadas de otros, que con frecuencia son decantadas por la inercia y la trivialidad.

Ignoro si el proyecto privatizador de la gesti¨®n de RTVV llegar¨¢ a ramos de bendecir antes o despu¨¦s de las elecciones, pero de lo que s¨ª estoy seguro es de que el acoso cr¨ªtico a este medio se acentuar¨¢ progresivamente, sin que sirvan de gran cosa los desmentidos y rectificaciones. Tampoco servir¨¢ de mucho crucificar a los compa?eros m¨¢rtires en tanto no se resuelva -democratiz¨¢ndose- el contexto jur¨ªdico y pol¨ªtico del zarandeado ente, que es una asignatura pendiente de los partidos hegem¨®nicos.