El juicio por el secuestro de Olot qued¨® ayer visto para sentencia
El fiscal pide penas de 22 a?os para los ocho acusados de secuestrar a la farmac¨¦utica Maria ?ngels Feliu
El juicio por el secuestro m¨¢s largo cometido en Espa?a por delincuentes comunes qued¨® ayer visto para sentencia en la Audiencia de Girona. Las 28 sesiones de vista oral han aportado pruebas que van de la contundencia de la propia confesi¨®n a los simples indicios. La fiscal¨ªa reclama condenas de 20 o 22 a?os contra los ocho acusados, aunque la propia v¨ªctima, Maria ?ngels Feliu, consciente de la desigualdad de las pruebas y tras las escasas novedades aportadas por el juicio, ha ampliado de tres a cuatro su lista de "exculpaciones". Todos los acusados han explotado al m¨¢ximo sus bazas para reclamar la absoluci¨®n o una condena m¨ªnima alternativa. S¨®lo el carcelero de Feliu se desmarc¨® ayer del resto y reclam¨® una pena de seis a?os por detenci¨®n ilegal, aunque rechaz¨® la acusaci¨®n de lesiones y encarnizamiento. La sentencia, que ser¨¢ le¨ªda en audiencia p¨²blica antes de un mes y medio, deber¨¢ analizar si se inclina por el perfil perverso dibujado por las acusaciones o da credibilidad a las defensas.
- ?Cabezas de turco o maestros? Joan Casals y Xavier Bassa se han presentado en el juicio como v¨ªctimas de un "comentario" de caf¨¦ sobre un hipot¨¦tico secuestro realizado a un confidente policial, Francisco Evangelista, que fue explotado por la Guardia Civil para encubrir la falta de resultados en la investigaci¨®n. Ambos estuvieron acusados del asesinato de Feliu -Casals asegura que en la c¨¢rcel rezaba para que apareciera-. Xavier Bassa tiene en su contra unos informes grafol¨®gicos policiales que le atribuyen la letra de una carta pidiendo rescate. Otros graf¨®logos de prestigio descartan que sea su letra. El fiscal les considera "los maestros" a los que a veces alud¨ªan los cuidadores de Feliu, pero sus defensas destacan que no existe la menor prueba de su conexi¨®n con la banda de secuestradores confesos. Todos han negado conocerles. Feliu no les acusa.
- El menos malo de los malos. La definici¨®n de la Guardia Civil se ha convertido en la mejor baza de su defensa. Su brutal testimonio del cautiverio de Feliu caus¨® estupor en el juicio. Se present¨® como su defensor. Fue el ¨²nico de los secuestradores confesos que declar¨® en la vista oral y acus¨® a los dem¨¢s. Tiene a su favor haber liberado a Feliu y en su contra que lo hiciera tras 492 d¨ªas. El fiscal reconoci¨® en el juicio que sin su intervenci¨®n, aunque tard¨ªa, Feliu podr¨ªa estar muerta. Los psiquiatras atestiguaron que Feliu contin¨²a padeciendo el s¨ªndrome de Estocolmo respecto a ¨¦l, aunque pida su encarcelamiento.
- El ama de casa con zulo. ?Sab¨ªa Montserrat Teixidor que Feliu se consum¨ªa en un l¨®brego zulo bajo su domicilio? El fiscal no tiene duda alguna. Aporta pruebas circunstanciales: la luz del equipo de m¨²sica encendida todo el d¨ªa, el visible cable del altavoz que sal¨ªa por la ventana hasta el agujero, los largos periodos con las ventanas cerradas o las constantes visitas del carcelero I?aki para alimentar a Feliu. Su defensa asegura que Ullastre la mantuvo al margen y que cuando se enter¨® del secuestro sigui¨® junto a su marido porque al casarse se juraron fidelidad "en la salud y la enfermedad". El fiscal asegura que Teixidor s¨®lo pensaba en mantener su "elevado nivel de vida". Feliu no la acusa, aunque ha dejado entrever otras razones -el temor a separarla de su hija adolescente- adem¨¢s de la falta de pruebas.
- El presunto cerrajero. El fiscal atribuye a Juan Manuel P¨¦rez Funes una participaci¨®n de menor cantidad -de tiempo- pero de mayor calidad: instalar la cerradura del zulo. Es lo que en t¨¦rminos jur¨ªdicos se denomina aportaci¨®n relevante, puesto que Ullastre no hubiera podido acudir a un cerrajero. Su defensa mantiene que no hay en toda la causa ninguna prueba contra ¨¦l. Feliu tambi¨¦n lo entendi¨® as¨ª y decidi¨®, en las conclusiones definitivas, retirarle su acusaci¨®n. El fiscal lleg¨® a presentar como indicio acusatorio que no reaccionara cuando le fueron a detener. Su letrado asegura que no se le puede condenar por ser amigo de Ullastre.
- El polic¨ªa que cant¨®. La defensa de Antoni Guirado, el policial local de Olot, ha explotado al m¨¢ximo las posibles causas de nulidad, ¨²nica v¨ªa para dejar sin efecto las contundentes declaraciones inculpatorias que realiz¨® durante el proceso. Guirado asegura que fue v¨ªctima de una maquinaci¨®n policial para hacerle "cantar" y que se le ofrecieron beneficios judiciales y compensaciones econ¨®micas. Las fuerzas policiales lo han negado. Su letrado ha intentado hacer valer que sin su confesi¨®n no se hubiese podido aclarar la trama del secuestro.
- ?Una pieza imprescindible? Josep Llu¨ªs Paz, alias Pato, se presenta como el integrante menos relevante de la banda de secuestradores. Su letrado le considera una pieza "prescindible" y reclama que se le considere c¨®mplice. El fiscal entiende que todos son indispensables para el delito.
- El amo del zulo. Polic¨ªas y vecinos han reiterado en el juicio el car¨¢cter pendenciero y agresivo de Ramon Ullastre. A pesar de que la farmac¨¦utica de Olot reconoci¨® en el juicio la repisa del zulo en un v¨ªdeo policial filmado en su casa de Sant Pere de Torell¨®, el letrado del ex guardabosques lleg¨® a poner en duda que el agujero se encontrase en su casa. Ante las propias declaraciones que lo incriminan, la defensa de Ullastre se ha centrado tambi¨¦n en las causas de nulidad. En el juicio ha demostrado cierta desfachatez. No contest¨® al fiscal, pero ayer tom¨® la palabra para agradecer a Feliu que no acusara a su mujer.
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