Los europeos compartir¨¢n tarjeta sanitaria a partir de junio de 2004
El documento permitir¨¢ los intercambios de pacientes y evitar¨¢ formularios en 25 pa¨ªses

Despu¨¦s de las monedas y billetes de euro, el pr¨®ximo trocito de Europa que ser¨¢ com¨²n en los bolsillos de los ciudadanos de la UE ser¨¢ la tarjeta sanitaria europea. Los trabajos ya est¨¢n muy desarrollados y la Comisi¨®n Europea propone ahora que el nuevo documento se ponga en circulaci¨®n el 1 de junio del pr¨®ximo a?o en los 25 pa¨ªses que tendr¨¢ la Uni¨®n despu¨¦s de la ampliaci¨®n. La tarjeta evitar¨¢ los arcaicos formularios que tienen que rellenar turistas, estudiantes y profesionales para recibir atenci¨®n en otro pa¨ªs y agilizar¨¢ los tr¨¢mites de los intercambios de pacientes.
Las posibilidades t¨¦cnicas de la nueva tarjeta sanitaria europea permitir¨¢n incluso que en un futuro sustituya las tarjetas que actualmente utilizan los ciudadanos en sus respectivos sistemas sanitarios. Tambi¨¦n permitir¨¢n disponer de todos los datos del paciente en su chip, como tipo de sangre, enfermedades cr¨®nicas o si es donante de ¨®rganos. Sin embargo, Bruselas, consciente de que ser¨¢n los pa¨ªses miembros y la propia evoluci¨®n de la tarjeta la que dictamine su futuro, prefiere limitarse a hacer unas propuestas factibles a corto plazo.
En una primera etapa, a partir del 1 de junio del pr¨®ximo a?o, el nuevo documento, del tama?o y forma de una tarjeta de cr¨¦dito, sustituir¨¢ al formulario E-111, que actualmente hay que pedir para cubrir la atenci¨®n sanitaria cuando se prev¨¦ una corta estancia en otro pa¨ªs de la UE (por ejemplo, por un viaje de vacaciones).
Datos visibles
Grabados de manera visible en la tarjeta s¨®lo estar¨¢n el nombre, n¨²mero de identidad y n¨²mero de la seguridad social (y del seguro de atenci¨®n sanitaria, si es diferente). El resto de la informaci¨®n s¨®lo ser¨¢ accesible para m¨¦dicos o farmac¨¦uticos por medios electr¨®nicos. Desde el primer momento, los pa¨ªses que lo deseen podr¨¢n optar por el mayor pragmatismo, y unificar en una sola la tarjeta nacional y la europea. De su voluntad depender¨¢ tambi¨¦n que el ciudadano tenga que reclamar el nuevo documento o que ¨¦ste se le expida de forma autom¨¢tica.
Inmediatamente despu¨¦s de esa primera etapa se pondr¨¢ en marcha una segunda para que, antes de diciembre de 2005, la nueva tarjeta sustituya al resto de los formularios actuales: el E-128 que se requiere a los trabajadores desplazados a otro pa¨ªs y estudiantes, el E-110 de los profesionales del transporte internacional por carretera o el E-119 de trabajadores en busca de empleo.
Gesti¨®n automatizada
En la tercera etapa, que podr¨ªa prolongarse hasta 2008, las tarjetas sanitarias europeas empezar¨ªan a funcionar sobre un soporte electr¨®nico general que permitir¨ªa, adem¨¢s, una gesti¨®n automatizada de los formularios y de los procedimientos. Es en esta etapa cuando la UE podr¨ªa evaluar la posibilidad de introducir en la tarjeta los datos m¨¦dicos del portador.
La ventaja que los usuarios podr¨¢n obtener de forma inmediata es la de ahorrarse los formularios, mientras que los servicios sanitarios, adem¨¢s de evitarse tambi¨¦n los papeleos, dispondr¨¢n de un documento similar en toda la UE, f¨¢cil por tanto de interpretar por el personal sanitario, que agilizar¨¢ los tr¨¢mites para poner en marcha, por ejemplo, los reembolsos que deben solicitar a otros pa¨ªses por la atenci¨®n sanitaria de los viajeros extranjeros.
S¨®lo el 20% de los ciudadanos espa?oles notar¨¢ tales beneficios, ya que el 80% pasa sus vacaciones dentro del pa¨ªs y no necesita, por lo tanto, rellenar el formulario E-111 (ver gr¨¢fico). En cambio los beneficios van a ser especialmente relevantes para los sistemas sanitarios espa?oles, dado que Espa?a es uno de los m¨¢s importantes destinos de los turistas del resto de Europa. La tarjeta europea permitir¨¢ a las consejer¨ªas de Salud correspondientes agilizar el tr¨¢mite de facturaci¨®n de los servicios sanitarios prestados a los ciudadanos de la UE no espa?oles durante su estancia.
La nueva tarjeta no supone ning¨²n derecho adicional respecto a la atenci¨®n sanitaria de que disponen hoy los ciudadanos europeos en cada pa¨ªs. Por ejemplo, el ciudadano espa?ol que acuda a una consulta en otro pa¨ªs de la UE tendr¨¢ que hacer como hasta ahora: pagar parte de dicha consulta si ¨¦se es el sistema del pa¨ªs hu¨¦sped. Posteriormente, quiz¨¢ m¨¢s r¨¢pido que ahora gracias a la nueva tarjeta, su correspondiente servicio sanitario espa?ol le reembolsar¨¢ lo pagado.
La disparidad de sistemas sanitarios y de sistemas inform¨¢ticos que hay en la UE, especialmente si se tiene en cuenta a los diez pr¨®ximos miembros del club, es enorme. Irlanda, Reino Unido y la mayor parte de esos diez pa¨ªses no disponen, por ejemplo, de tarjeta nacional alguna, de ah¨ª que la Comisi¨®n Europea haya decidido otorgarles un m¨¢s amplio periodo transitorio (hasta diciembre de 2005) para expedir la tarjeta europea en su primera fase.
Otros proyectos ya en marcha en la Uni¨®n Europea pueden acabar pr¨®ximamente con los problemas a?adidos de la disparidad de sistemas inform¨¢ticos. "Pretendemos que, al menos, sean interoperativos para que todos los datos puedan ser manejados con sencillez en todos los pa¨ªses", explica el portavoz de Empleo y Asuntos Sociales de la Comisi¨®n Europea, Andrew Fielding.
Impulso de Barcelona
Los trabajos de preparaci¨®n jur¨ªdica y t¨¦cnica ya comenzaron el a?o pasado, una vez que en la Cumbre Europea de Barcelona (marzo de 2002) los jefes de Estado o de Gobierno decidieron lanzar la tarjeta. A esa reuni¨®n sigui¨® otra de ministros de Sanidad en M¨¢laga.
Las diversas sentencias habidas en el Tribunal Europeo de Justicia a favor de la circulaci¨®n de pacientes ha ido abriendo definitivamente el camino a esta tarjeta al garantizar a los ciudadanos europeos el derecho a que sus respectivos sistemas sanitarios respondan ante la atenci¨®n recibida en otro pa¨ªs de la UE.
La nueva tarjeta nace, adem¨¢s, con el aval de iniciativas en ciertas zonas fronterizas de Europa donde ya est¨¢n funcionando con normalidad. Ensayos ya probados por aseguradoras sanitarias en Austria, donde es v¨¢lida la tarjeta sanitaria alemana o por enfermos de la regi¨®n francesa de Alsacia, que pueden recibir hemodi¨¢lisis sin formularios por medio en los hospitales de Baden-W¨¹rttemberg (Alemania).
El nuevo documento, concluy¨® ayer la comisaria de Empleo y Asuntos Sociales, Anna Diamantopoulou, "tendr¨¢ un gran valor simb¨®lico: despu¨¦s del euro, con esta tarjeta tendremos otro trocito de Europa en nuestros bolsillos".
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