En lugar de guerra, apertura de Irak
Para la autora, el movimiento contra la guerra ganar¨ªa en fuerza y credibilidad si apoyara una alternativa para Irak.
Las discusiones sobre Estados Unidos e Irak a menudo parten de la base de que la guerra es el ¨²nico modo de producir el cambio de r¨¦gimen y que, por tanto, la gente que se opone a la guerra est¨¢ en contra del cambio de r¨¦gimen en Irak. Una lecci¨®n no reconocida de la ¨¦poca de la guerra fr¨ªa puede ser relevante aqu¨ª, ya que, al fin y al cabo, aunque no se suele admitir, fue el cambio de r¨¦gimen en Europa del Este lo que puso fin a ese peligroso conflicto. Y la presi¨®n ejercida por el movimiento pacifista ayud¨® a producir el cambio de r¨¦gimen de una manera pac¨ªfica. Lo que aprendimos en los a?os ochenta fue que era muy dif¨ªcil separar la paz de los derechos humanos. Las violaciones de los derechos humanos son una causa de conflicto y, al mismo tiempo, la guerra y las armas de destrucci¨®n masiva son en s¨ª mismas violaciones de los derechos humanos.
No creo que Sadam Husein sea una gran amenaza para Occidente, al menos de momento
La guerra es un m¨¦todo sumamente impredecible y peligroso de cambio de r¨¦gimen
En los ochenta, la gente como yo, que apoyaba a los disidentes en Europa del Este y Central, era acusada a menudo por los izquierdistas de ser "proestadounidenses". Aquellos que se opon¨ªan a las armas nucleares eran tachados por la derecha de "compa?eros de viaje". Cuando los pacifistas apoyamos a la oposici¨®n de Europa del Este, ayudamos a romper la polarizaci¨®n que reforzaba a cada bando. Un tipo similar de opini¨®n mundial binaria tiende a prevalecer hoy. Aquellos que se oponen a la guerra con frecuencia son apodados "la banda pro Sadam", mientras que estar a favor del cambio de r¨¦gimen es visto como ser pro Bush o Blair. Sin embargo, el movimiento contra la guerra ser¨ªa tomado mucho m¨¢s en serio si se percibiera que ofrecemos un conjunto sincero de propuestas para socavar a Sadam Husein, mientras que la afirmaci¨®n de Bush y Blair de estar de parte del pueblo iraqu¨ª parecer¨ªa bastante vac¨ªa si hubiera una alternativa seria a la cat¨¢strofe humana que podr¨ªa derivarse f¨¢cilmente de la guerra.
No creo que Sadam Husein sea una gran amenaza para Occidente, al menos de momento. No obstante, aunque estemos preocupados por lo que Sadam le est¨¢ haciendo a su propio pueblo y a sus vecinos, puede argumentarse que la guerra es un m¨¦todo sumamente impredecible y peligroso de cambio de r¨¦gimen. Los mayores riesgos son para el propio pueblo iraqu¨ª, que ya ha sufrido bastante. Si la guerra comienza con una campa?a de bombardeos, Sadam Husein puede muy bien matar a tanta gente como le sea posible por temor a un levantamiento y usar sus armas de destrucci¨®n masiva, si las tiene. En la confusi¨®n de la guerra, es probable que los jefes militares se apoderen de feudos locales en nombre de la religi¨®n, la tribu o la etnia, lo que desembocar¨ªa en el tipo de violencia extendida que las tropas estadounidenses han demostrado no ser capaces de manejar.
M¨¢s all¨¢ de los riesgos para el pueblo iraqu¨ª, hay consecuencias impredecibles para Oriente Pr¨®ximo y para el mundo. El conflicto entre Israel y Palestina puede empeorar; se habla de m¨¢s expulsiones de palestinos a Jordania y Egipto. O bien Turqu¨ªa puede aprovechar la ocasi¨®n para tomar el control de partes del norte de Irak; lo mismo har¨ªa Ir¨¢n en el sur. Por encima de todo, una guerra tendr¨ªa implicaciones mundiales aterradoras. En estos tiempos, la distinci¨®n entre la guerra y las violaciones de los derechos humanos es cada vez m¨¢s dif¨ªcil de sostener. Decimos, por ejemplo, que en Afganist¨¢n las bajas producidas por da?os colaterales fueron relativamente reducidas; hubo s¨®lo unas 1.300 bajas, sin contar las 3.000 a 4.000 personas que murieron de inanici¨®n porque no tuvieron acceso a los suministros humanitarios, junto a un n¨²mero similar de combatientes talibanes muertos desde el aire.
Pero lo que parece relativamente bajo desde el ¨¢ngulo de la guerra es enormemente alto desde la perspectiva de los derechos humanos. Aquellos que son m¨¢s vulnerables a las ideolog¨ªas de los terroristas perciben este m¨¦todo de contabilidad como hip¨®crita; las masacres a esta escala en Nueva York o Halabja son verdaderamente impactantes; as¨ª pues, ?por qu¨¦ los "da?os colaterales" son diferentes y aceptables? Es probable que esta polarizaci¨®n de la percepci¨®n desencadene un aumento de los atentados terroristas, contribuyendo a una mayor polarizaci¨®n pol¨ªtica a escala mundial y debilitando en gran medida a aquellos que est¨¢n a favor de la paz y los derechos humanos. Aunque la guerra sea corta, y el r¨¦gimen se desmorone limpiamente, en la medida en que ello legitime la estrategia estadounidense de prevenci¨®n a trav¨¦s de la guerra mundial contra los tiranos y los terroristas, dicha polarizaci¨®n es inevitable. Los que nos oponemos a la guerra, no obstante tenemos la responsabilidad de presentar propuestas sobre la forma en que deber¨ªa hacerse el cambio de r¨¦gimen en Irak de manera pac¨ªfica.
Lo que funcion¨® en los a?os ochenta fue la apertura de los reg¨ªmenes totalitarios, lograda desde arriba y desde abajo. Por una parte, nuevos instrumentos internacionales, como el Acta Final de Helsinki, ofrecieron alguna esperanza a los grupos de disidentes y de la oposici¨®n, esperanza de un marco legal que invalidara la soberan¨ªa nacional. Por otra parte, el apoyo directo a los grupos de oposici¨®n tanto material como psicol¨®gico ayud¨® a ampliar el espacio pol¨ªtico. Se aprovech¨® cada apertura posible, empezando por los reg¨ªmenes m¨¢s moderados de Hungr¨ªa y Polonia.
Por supuesto, la dictadura de Sadam es mucho m¨¢s brutal que los reg¨ªmenes socialistas de Europa del Este en los ochenta. Su r¨¦gimen puede compararse a los peores excesos del estalinismo. Algunos dir¨ªan que no hay oportunidades que aprovechar. Sin embargo, la vuelta de los inspectores de desarme es, en s¨ª misma, una nueva apertura. Tanto Sadam como el pueblo iraqu¨ª supon¨ªan que EE UU apoyaba impl¨ªcitamente a su Gobierno. El no acabar con el r¨¦gimen despu¨¦s de la guerra del Golfo de 1991 se explic¨® por el hecho de que EE UU tem¨ªa cualquier alternativa a Sadam Husein.
Esa creencia se ha desmoronado en los ¨²ltimos meses. Pruebas aportadas por el Partido Comunista iraqu¨ª (que a¨²n tiene miembros sobre el terreno) y por el Grupo de Crisis Internacional indican que Sadam est¨¢ empezando a debilitarse. La gente habla con m¨¢s libertad que antes. Al dar su consentimiento a la presencia de los inspectores de desarme ha perdido algo de su aparente imbatibilidad. Sadam est¨¢ siguiendo la peor v¨ªa posible para su propia supervivencia en el poder. Al cooperar parcialmente con los inspectores, parece d¨¦bil. Pero, debido a que no coopera plenamente, la presi¨®n sobre ¨¦l es continua. ?Qu¨¦ pasar¨ªa si cooperase plenamente? ?Tendr¨ªa entonces la comunidad internacional que levantar las sanciones y permitir que permanezca en el poder? Los alemanes y los franceses ya est¨¢n argumentando a favor de extender el r¨¦gimen de inspecciones. ?No deber¨ªa su iniciativa abarcar tambi¨¦n las cuestiones de derechos humanos?
El movimiento pacifista podr¨ªa presionar a favor de m¨¢s medidas internacionales dirigidas a mantener la presi¨®n sobre el r¨¦gimen, para abrir v¨ªas en el sistema totalitario y ofrecer algunas oportunidades a los grupos de oposici¨®n. Entre la oposici¨®n iraqu¨ª, algunos alegan, y ello es confirmado por la experiencia de otros reg¨ªmenes totalitarios, que una vez que empiezan a surgir fisuras en las estructuras del poder, el edificio entero puede desintegrarse r¨¢pidamente.
Se han presentado muchas propuestas por parte de miembros de la oposici¨®n iraqu¨ª. Anteriores resoluciones de Naciones Unidas que trataban de la represi¨®n de la poblaci¨®n iraqu¨ª han abordado cuestiones como el retorno de los refugiados o los derechos de libre expresi¨®n y asociaci¨®n. Una nueva resoluci¨®n de la ONU encaminada a abrir el r¨¦gimen y proporcionar instrumentos que pudieran ser explotados por grupos de oposici¨®n valientes deber¨ªa exigir:
- Un sistema de control permanente de las armas de destrucci¨®n masiva.
- El establecimiento de un tribunal internacional ad hoc para juzgar a alrededor de 300 criminales de guerra. Sadam Husein y su s¨¦quito inmediato deber¨ªan ser acusados. Se congelar¨¢n las cuentas bancarias en el extranjero de esta gente y no podr¨¢n viajar.
Deber¨ªa dejarse claro que habr¨¢ amnist¨ªa para otros, quiz¨¢ bajo una Comisi¨®n de la Verdad y la Reconciliaci¨®n al estilo surafricano. (A veces se alega que es mejor ofrecer una estrategia de salida para Sadam Husein. Pero, aparte del hecho de que es improbable que acepte una estrategia de salida, este planteamiento ofrece esperanza a aquellos que no est¨¢n implicados directamente en el r¨¦gimen).
- Irak deber¨ªa aceptar un sistema de control relativo a las violaciones de los derechos humanos. Esto ya se acord¨® en la Resoluci¨®n 689 del Consejo de Seguridad. Deber¨ªa exigirse el retorno de los refugiados, el derecho de los partidos de la oposici¨®n a abrir oficinas en Irak y desarrollar sus actividades, o la organizaci¨®n de elecciones democr¨¢ticas bajo supervisi¨®n internacional.
- El programa Petr¨®leo por Alimentos deber¨ªa estar administrado por la ONU y no por el Gobierno, como en el norte de Irak. Asimismo, la continuaci¨®n del programa Petr¨®leo por Alimentos deber¨ªa estar condicionada a reducciones del gasto militar y aumentos del gasto en sanidad y educaci¨®n.
?Qu¨¦ lugar dejar¨ªa esto a la presi¨®n militar? La presi¨®n militar ha sido importante a la hora de hacer posible el regreso de los inspectores de desarme. ?Significa eso que la amenaza de guerra debe mantenerse? Creo sinceramente que las tropas deber¨ªan seguir desplegadas en torno a las fronteras con el fin de proteger a los ciudadanos iraqu¨ªes. Pero la protecci¨®n de los civiles, en mi opini¨®n, es muy distinta de una invasi¨®n descarada.
El momento actual es muy peligroso. Existe el riesgo de que la escisi¨®n de la comunidad internacional signifique que EE UU vaya a la guerra con el apoyo de Gran Breta?a y reg¨ªmenes derechistas como los de Italia, Espa?a y Dinamarca, por no mencionar algunos de los pa¨ªses de Europa del Este y Central. En cambio, Gran Breta?a y otros podr¨ªan proponer el planteamiento esbozado m¨¢s arriba para volver a unir a Europa de forma que pudiera contener al otro Estado rebelde, Estados Unidos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.