Kamen afirma que la Espa?a imperial se forj¨® por inter¨¦s, y no por conquista militar
El historiador brit¨¢nico cree que su nueva obra, 'Imperio', rompe varios mitos tradicionales
?C¨®mo pudo Espa?a, un pa¨ªs pobre, sin identidad y poco poblado, ser la primera potencia mundial durante casi tres siglos? Esa pregunta alienta el nuevo libro del hispanista brit¨¢nico Henry Kamen. Se titula Imperio, y recoge "las ¨²ltimas investigaciones sobre las forjas de las grandes potencias" para concluir que Espa?a no debi¨® su expansi¨®n a su poder militar, ni a una hipot¨¦tica supremac¨ªa cultural, sino a "la colaboraci¨®n, voluntaria o no, de gentes de distinta clase y procedencia: nativos americanos, esclavos africanos, chinos, flamencos, italianos...".
El libro de Kamen, editado por Aguilar, define la dominaci¨®n mundial que Espa?a ejerci¨® entre 1492 y 1763 como la primera globalizaci¨®n econ¨®mica de la historia. "Para que lo entienda el p¨²blico, Espa?a fue la primera multinacional", dice Kamen. Grecia, Roma, Persia o China fueron s¨®lo imperios locales comparados con el poder que Espa?a detent¨® en Europa, con posesiones en Asia, ?frica y Am¨¦rica. Para Kamen, s¨®lo el Imperio Brit¨¢nico del XVIII y el Estados Unidos de hoy funcionan como lo hizo la expansi¨®n espa?ola. Con la particularidad de que aquel imperio "no se forj¨® gracias a proezas, conquistas, heroicidades ni victorias militares, ni fue capaz de expandir su lengua a los confines del universo, al rev¨¦s de lo que sol¨ªan contarnos los mitos de la historiograf¨ªa franquista".
El ¨¦xito se debi¨®, seg¨²n Kamen, al car¨¢cter empresarial que adopt¨® el pa¨ªs, al comercio de plata, a las rutas de comunicaci¨®n del Atl¨¢ntico y el Pac¨ªfico, en definitiva, al inter¨¦s que supon¨ªa la situaci¨®n tanto para Espa?a como para el resto de pueblos.
"?Espa?a no exist¨ªa como pa¨ªs!", exclama Kamen, "Y todav¨ªa hoy existe dif¨ªcilmente. Ha tardado siglos en realizar su existencia. ?C¨®mo pudo ser un pa¨ªs as¨ª jefe del mundo? El Imperio form¨® a Espa?a. Con los Reyes Cat¨®licos, era una ruina de pa¨ªs. La colaboraci¨®n de los pueblos de la Pen¨ªnsula con los castellanos en la creaci¨®n del imperio foment¨® la unidad. As¨ª que el mito de los valores castellanos como due?os de la identidad nacional es falso. Para muchas cosas, fueron mucho m¨¢s importantes los vascos, por ejemplo. Pero ellos los convert¨ªan a todos en castellanos, en espa?oles".
El car¨¢cter plurirregional del imperio es una de las conclusiones del libro. Otra es que Espa?a aprovech¨® la situaci¨®n pol¨ªtica y los medios tecnol¨®gicos europeos para su expansi¨®n, gracias a (y a pesar de) su enorme atraso: "De golpe, una ma?ana, en 1516, Espa?a se despert¨® formando parte de una empresa internacional con intereses en Italia, Pa¨ªses Bajos y otros pa¨ªses de la familia. Y a partir de ah¨ª se dedic¨® a defender lo que ten¨ªa con todas las ayudas posibles". Adem¨¢s tuvo su importancia la suerte: "El descubrimiento de la plata americana fue clave, de repente Espa?a ten¨ªa con qu¨¦ pagar sus facturas, y Carlos V y Felipe II, sobre todo, pod¨ªan construir una empresa con sede en Madrid y contactos por todo el mundo financiada con dinero americano".
Kamen sostiene que, m¨¢s incluso que las contribuciones de los militares o los financieros y emprendedores italianos o portugueses ("tan importantes para desarrollar el comercio del az¨²car en el Caribe"), result¨® crucial la ayuda de los nativos americanos africanos, americanos y asi¨¢ticos: "Miles colaboraron en M¨¦xico con Cort¨¦s para vencer a los aztecas; los negros que trabajaban ese az¨²car en el Caribe hicieron milicias para proteger asentamientos espa?oles...".
Unas veces esa ayuda fue voluntaria, muchas otras forzosa. Kamen no carga las tintas sobre la brutalidad del imperio. "La expansi¨®n no se bas¨® en la conquista militar. Ni siquiera la batalla de San Quint¨ªn, tan m¨ªtica hace 30 a?os, fue una victoria espa?ola. S¨®lo el 12% de las tropas eran espa?olas. Los comandantes y la log¨ªstica eran extranjeros. Esa batalla no es historia de Espa?a". ?Y el terror en los Pa¨ªses Bajos? "Desde el punto de vista de Felipe II, Espa?a fue all¨ª a sofocar una rebeli¨®n, no a ocupar un territorio".
"Todos los imperios son as¨ª", concluye Kamen. "Necesitan sucursales, aliados, colaboradores, financiaci¨®n internacional. Y siempre hay gente dispuesta a sacar ventaja de la situaci¨®n".
Babelia
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