Agua para todos: m¨¢s all¨¢ de un lema
Los autores, cr¨ªticos con el trasvase del Ebro, creen que se puede subvencionar el ahorro del agua, pero no incentivar con fondos p¨²blicos el crecimiento de su demanda.
"Agua para todos" -el eslogan de la concentraci¨®n del 2 de marzo en Valencia-, suena bien. Como lo har¨ªa "Energ¨ªa para todos", en referencia a otro de los recursos indispensables para la buena marcha de una sociedad industrializada como la valenciana. Pero si uno u otro lema no se explicitan, se quedan en meros mensajes vacuos. Se hace necesario responder a cuatro cuestiones: de qu¨¦ agua o energ¨ªa estamos hablando, en cu¨¢nta cantidad, para qu¨¦ usos y a qu¨¦ coste, econ¨®mico y medioambiental.
Para las entidades sociales que organizan o respaldan la concentraci¨®n, as¨ª como para las mayor¨ªas pol¨ªticas que la subvencionan a cargo de los presupuestos p¨²blicos, el agua del lema es, ante todo y sobre todo, el agua del Ebro; m¨¢s espec¨ªficamente, los caudales que el Plan Hidrol¨®gico Nacional ha dispuesto trasvasar desde ¨¦l. Precisamente estas ¨²ltimas semanas y con ocasi¨®n de las inundaciones en algunos puntos de su curso, se ha insistido en el car¨¢cter excedentario, catastr¨®fico por sobreabundante, del Ebro. "Con esa agua sobrante, en tan s¨®lo once d¨ªas, se podr¨ªa conseguir el caudal necesario para el trasvase de todo un a?o", escrib¨ªa hace pocas fechas Crist¨®bal Aguado, presidente de AVA-Asaja, una de las organizaciones convocantes. "No entendemos qu¨¦ argumentos pueden esgrimir quienes se oponen de manera tan furibunda al trasvase", a?ad¨ªa.
"Los potenciales usuarios, o no pueden pagar su precio, o sencillamente son capaces de conseguir agua a menor coste"
Sin embargo, que el Ebro llegara a alcanzar un caudal instant¨¢neo de 3.000 m3/s en Zaragoza, resulta irrelevante cuando la capacidad del canal de derivaci¨®n proyectado para el trasvase s¨®lo admite 50 m3/s, un flujo sesenta veces inferior. La semana de desembalses de las presas de Mequinenza y Ribarroja, con el fin de poder neutralizar la avenida, posibilitaron el que alrededor de 600 hm3 llegaran finalmente al Delta y al mar, pero si aqu¨¦l se hubiera completado se habr¨ªan podido derivar tan s¨®lo 30 hm3. Una cantidad, por cierto, varias veces inferior a la que durante cada cierto periodo invernal bombean los propios agricultores valencianos desde los humedales costeros, como el Sr. Aguado seguramente conocer¨¢. Por lo dem¨¢s, avenidas del Ebro como la pasada -al aportar no s¨®lo agua, sino sedimentos y nutrientes- resultan fundamentales, tanto para la pervivencia de su delta como para la productividad biol¨®gica del mar adyacente.
Vayamos a la segunda cuesti¨®n. ?D¨¦ cu¨¢nta agua est¨¢n hablando los convocantes de la concentraci¨®n del 2 de marzo? De los 1.050 hm3/a?o previstos en el trasvase y, m¨¢s concretamente, del tercio de ese total que vendr¨ªa a la Comunidad Valenciana. Conviene, no obstante, puntualizar aqu¨ª que los hasta 350 hm3/a?o de aguas del Ebro trasvasables seg¨²n el PHN a las tierras valencianas representan s¨®lo el caudal m¨¢ximo que legalmente es posible transferir. La manifiesta irregularidad del Ebro -un r¨ªo t¨ªpicamente mediterr¨¢neo, no se olvide-, las garant¨ªas que a la cuenca donante da el propio PHN y el an¨¢lisis hist¨®rico de proyectos semejantes (sin ir m¨¢s lejos, del trasvase Tajo-Segura), hacen que sea del todo irrealista suponer unos aportes medios de m¨¢s de 300 hm3/a?o. Podr¨ªan ser, incluso, bastante inferiores.
300 hect¨®metros c¨²bicos anuales representan menos del 10% de la actual utilizaci¨®n de agua para usos consuntivos en la Comunidad Valenciana. ?C¨®mo un incremento futuro equivalente a menos del 10% de la demanda presente valenciana puede justificar las palabras del President de la Generalitat en su reciente escrito a la Comisi¨®n de Peticiones del Parlamento Europeo, de que "por primera vez se ha encontrado una soluci¨®n justa y solidaria en lo relativo al d¨¦ficit de agua que padecemos", lo que conduce a que "en la Comunidad Valenciana miremos el futuro con optimismo e ilusi¨®n"? ?Tan grande va a ser el efecto beneficioso de tan modesto incremento porcentual?
Entremos, consecuentemente, a contestar la tercera pregunta. ?Para qu¨¦ usos ir¨¢n destinados los recursos h¨ªdricos procedentes del Ebro? Aqu¨ª, organizadores y financiadores de la concentraci¨®n no quieren pillarse los dedos, a fin de conseguir el apoyo de todos los potenciales demandantes. Aceptemos nosotros el reparto global del agua que figura en el PHN. Seg¨²n ¨¦ste, m¨¢s de la mitad de las transferencias ir¨¢n a la agricultura. No deja de resultar curioso -o quiz¨¢s, no tan curioso- que sean, y por este orden, las tres ramas de actividad h¨ªdricamente m¨¢s ineficientes -la agricultura de regad¨ªo, la industria de suministro de agua y el sector tur¨ªstico- las destinatarias, precisamente, de las aguas que se pretende trasvasar.
De entre ellas, la agricultura de regad¨ªo se lleva la palma. Como media, precisa emplear 18 litros de agua para generar un c¨¦ntimo de euro de valor a?adido bruto. Desde luego, hay explotaciones en las que la diminuta moneda de acero recubierta de cobre se consigue con menos litros. Hagamos ahora un ejercicio de econom¨ªa-ficci¨®n: si el crecimiento anual medio de la actividad econ¨®mica valenciana en los tres ¨²ltimos a?os hubiera sido ¨ªntegramente sustentado por la agricultura de regad¨ªo, con las eficiencias h¨ªdricas actuales habr¨ªa conllevado una necesidad adicional de agua igual a ocho veces el aporte del Ebro que el PHN reserva a la Comunidad Valenciana (350 hm3/a?o).
La agricultura de regad¨ªo representa un caso extremo, sin duda, pero consideraciones como las precedentes cabr¨ªa hacerlas, aunque m¨¢s matizadas, respecto a la industria del agua y m¨¢s matizadamente a¨²n, en relaci¨®n al sector tur¨ªstico. De lo cual, se desprenden dos conclusiones, una que hace referencia a l¨ªmites y otra a oportunidades. La primera es que la expansi¨®n del regad¨ªo agr¨ªcola, de la industria del agua al comp¨¢s de una creciente urbanizaci¨®n y de la actividad tur¨ªstica (especialmente aquella con mayores requerimientos h¨ªdricos: piscinas, parques acu¨¢ticos, campos de golf, etc.), no puede constituir el motor del crecimiento econ¨®mico valenciano del siglo XXI, salvo que queramos sumergirnos en la m¨¢s profunda de las insostenibilidades h¨ªdricas que ning¨²n trasvase conseguir¨¢ evitar.
La segunda conclusi¨®n es que precisamente por ser tan intensivas en agua, estas tres ramas de actividad poseen, a la vez, una gran capacidad potencial de mejorar su eficiencia h¨ªdrica -arrastrando con ello a la econom¨ªa valenciana en general-, si se toman las oportunas medidas. Todav¨ªa en el a?o 2000 y seg¨²n la Encuesta sobre el uso del agua en el sector agrario -la ¨²ltima realizada por el INE de la que existen datos disponibles-, 1.329 hect¨®metros c¨²bicos -el 66,9% del agua agr¨ªcola total- se destinaban a riego por gravedad; el goteo utilizaba ¨²nicamente 277 hm3. En paralelo y seg¨²n datos de la Encuesta sobre el suministro y tratamiento de agua del a?o 2000 -¨²ltima tambi¨¦n de las de este tipo llevadas a cabo por el INE- 157,7 hect¨®metros c¨²bicos (un 29,5%) del agua previamente potabilizada por las empresas suministradoras se contabilizaban como p¨¦rdidas de la red de distribuci¨®n (fugas y agua no tarifada). Son ejemplos que muestran las oportunidades hoy existentes de aumentar la eficiencia h¨ªdrica.
Y con ello llegamos a la ¨²ltima cuesti¨®n que plante¨¢bamos al inicio de este art¨ªculo: el precio del agua trasvasada. Vayamos a lo fijado en su d¨ªa por el PHN: una tarifa ¨²nica para todos los usuarios cifrada en 0,31 euros/m3, con la que seg¨²n el Ministerio de Medio Ambiente se cubrir¨ªan tanto los costes de explotaci¨®n como de amortizaci¨®n de la inversi¨®n inicial, presupuestada en m¨¢s de 4.200 millones de euros. Renunciemos a internalizar en ese precio costes medioambientales seguros o probables, no contemplados en el anterior c¨¢lculo. Aceptemos tambi¨¦n la existencia de una tarifa ¨²nica para el agua con independencia de la distancia a la toma del trasvase, con la que, de hecho, el usuario castellonense subvenciona al alicantino y ¨¦ste al murciano y al almeriense. S¨®lo consideraremos los efectos sobre el precio de la m¨¢s que probable reducci¨®n de los aportes medios a las tierras valencianas que comentamos p¨¢rrafos atr¨¢s (de 350 hm3/a?o a un m¨¢ximo de 300, consecuencia, por ejemplo, de una detracci¨®n real del 90% del caudal trasvasable y de unas p¨¦rdidas por evaporaci¨®n e infiltraci¨®n del 5%). Un escenario que si de algo peca es de optimista, pero que elevar¨ªa el precio final del metro c¨²bico de agua de 31 a 36 c¨¦ntimos de euro.
He aqu¨ª -al menos en lo que respecta a la Comunidad Valenciana- un agua sin comprador, una oferta sin demanda. Y ello porque los potenciales usuarios, o no pueden pagar su precio, o sencillamente son capaces de conseguir agua a menor coste de fuentes alternativas al previsto trasvase. Ve¨¢moslo con dos ejemplos en relaci¨®n a los principales destinatarios de las aguas del Ebro: el regad¨ªo agr¨ªcola y el abastecimiento urbano, municipios tur¨ªsticos incluidos.
Primer ejemplo: Joan Brusca, secretario general de la Uni¨® de Llauradors i Ramaders, ha declarado que "m¨¢s de 0,12 euros/m3 ser¨¢ un precio inadmisible, imposible de asumir para la agricultura valenciana, pues el 90% de los regad¨ªos pagan entre 0,02 y 0,12 euros el m3". Segundo ejemplo: en estos mismos d¨ªas, los gestores de la Mancomunidad de Canales del Taibilla, que abastece a numerosos municipios murcianos y alicantinos -incluyendo algunos de neto car¨¢cter tur¨ªstico-, hacen frente a una aguda crisis en sus disponibilidades de agua. Han decidido completar sus menguados recursos para el presente a?o con 36 hm3 adicionales procedentes de extracciones subterr¨¢neas de emergencia y de la compra a los regantes del J¨²car tra¨ªda desde Alarc¨®n. El metro c¨²bico le saldr¨¢ a la Mancomunidad en torno a los 18 c¨¦ntimos de euro.
O sea, mientras el precio del agua del Ebro que de manera harto optimista hemos calculado (0,36 c¨¦ntimos/m3) es tres veces superior al que el 90% del regad¨ªo valenciano puede pagar, resulta tambi¨¦n el doble de lo que en plena situaci¨®n de sequ¨ªa les va a costar a los municipios sudalicantinos completar su abastecimiento urbano. Una conclusi¨®n final se impone: carece de sentido trasvasar a la Comunidad Valenciana aguas del Ebro -de mediocre calidad, adem¨¢s- si no son ampliamente subvencionadas. S¨®lo entonces y ¨²nicamente entonces, existir¨¢ la suficiente demanda como para absorber la proyectada ampliaci¨®n de la oferta.
Portavoces de las organizaciones convocantes y garantes de la concentraci¨®n del 2 de marzo lo han dicho con la boca peque?a durante los ¨²ltimos meses. Para Crist¨®bal Aguado, el precio del agua trasvasada "es el resultado de un acuerdo pol¨ªtico", mientras que el portavoz en el Senado del Partido Popular, Esteban Gonz¨¢lez, ya se?al¨® durante una comparecencia en noviembre pasado que el agua del Ebro "ser¨¢ muy barata", a?adiendo que "en el caso de que alguno de los costes tienda a incrementarse, el precio es un problema con muchas soluciones". ?Tantas loas en estos a?os al papel soberano que deben jugar el mercado y los precios, para que en un caso, justamente, en que convergen racionalidad econ¨®mica y sostenibilidad medioambiental, se opte por un precio "pol¨ªtico"! Y as¨ª, mientras se habla de la "n¨®mina de traidores" que en Estrasburgo y Bruselas intentan impedir la financiaci¨®n de la UE a las obras del trasvase, se apuesta por una subvenci¨®n del precio del agua trasvasada que traiciona uno de los principios gu¨ªa de la Directiva marco europea sobre Aguas: la recuperaci¨®n ¨ªntegra de los costes de las obras hidr¨¢ulicas. Id¨¦nticas voces insisten en que el trasvase es imprescindible para el "desarrollo sostenible", cuando desde un genuino desarrollo sostenible, se puede subvencionar el ahorro de un recurso como el agua o la energ¨ªa, pero nunca incentivar con fondos p¨²blicos el crecimiento de su demanda.
Finalicemos. Hemos planteado e intentado contestar aquellas preguntas que una convocatoria hecha bajo el lema "Agua para todos" deber¨ªa proponer, debatir y responder. Pero el prop¨®sito de la concentraci¨®n no va, desde luego, por ah¨ª. Antes al contrario. En su Llamamiento a todos los ciudadanos de la Comunidad Valenciana -difundido gracias al dinero de todos en los medios de comunicaci¨®n-, las entidades convocantes denuncian "la actuaci¨®n demag¨®gica y manipuladora de quienes se oponen" al PHN y al trasvase. Vivimos en estos tiempos de patriotismo hidr¨¢ulico -ni siquiera hidrol¨®gico-, una llamativa perversi¨®n del lenguaje. A la exportaci¨®n de la insostenibilidad h¨ªdrica se le denomina ahora "solidaridad", a la prudencia de cara a demandar cualesquiera recursos al¨®ctonos, "tibieza", y a la disidencia respecto a que ¨¦stos deban proceder del Ebro o s¨®lo del Ebro, "traici¨®n". Y sin embargo, no es el "hist¨®rico d¨¦ficit h¨ªdrico" que proclaman los convocantes, sino el ahogo de la discusi¨®n, la argumentaci¨®n y la disidencia, lo que acaba robando a un pa¨ªs su futuro.
Ricardo Almenar es bi¨®logo y consultor en medio ambiente y desarrollo sostenible y Em¨¨rit Bono es catedr¨¢tico de Econom¨ªa Aplicada de la Universitat de Val¨¨ncia.
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