El circo va al hospital
El Materno Infantil de M¨¢laga organiza una funci¨®n de malabaristas y payasos para los ni?os ingresados
-"?C¨®mo lo est¨¢is pasando?" pregunta un presentador ataviado con el riguroso traje de color estridente y pespuntes dorados.
-"Bien", contestan los cr¨ªos a todo pulm¨®n para que no queden dudas de que se est¨¢n divirtiendo.
Vi¨¦ndolos sonre¨ªr, nadie dir¨ªa que son ni?os hospitalizados. Justamente, de eso se trata. De que los peque?os no echen mucho de menos su casa y sus juegos. Con esta intenci¨®n, el hospital Materno Infantil de M¨¢laga propuso al Circo Italiano -que estos d¨ªas est¨¢ en la ciudad- una funci¨®n para los ni?os ingresados. Sus responsables dieron el s¨ª de manera altruista. "?Qui¨¦n iba a decir que no ante una iniciativa tan generosa?", explic¨® Jorge Fern¨¢ndez, encantador de serpientes y presentador del circo.
A medida de que se acerca la hora de la funci¨®n, los ni?os se van poniendo ansiosos. Hay algunos en camilla, otros en silla de ruedas y media docena que lleva el suero a cuestas. Osiris -"como el dios egipcio"- est¨¢ ingresada desde hace cuatro semanas porque le han detectado az¨²car. "Cuando llegu¨¦ al hospital me hinch¨¦ de llorar. Esto del circo est¨¢ bien porque nos entretiene; ojal¨¢ viniera todos los d¨ªas", comenta.
Sobre el escenario unos aprendices de acr¨®batas empiezan a calentar con saltos a los que poco a poco van a?adiendo complejidad. Son ni?os, como la mayor parte del p¨²blico.
Los peque?os hospitalizados quieren entablar conversaci¨®n pero titubean porque deducen que si el circo es italiano, no hablar¨¢n espa?ol. "Bambina", se atreve uno. La ni?a acr¨®bata les aclara que es catalana y se inicia un di¨¢logo que se interrumpe cuando cuando una joven empieza a contorsionarse con tres, cinco y hasta 20 aros. Los ni?os aplauden.
Pero el t¨®pico se cumple y las risas m¨¢s sonoras estallan cuando entran los payasos. Un peque?o que lleva desde junio entrando y saliendo del hospital se estira en la butaca con un paquete de gusanitos. Entre carcajada y carcajada se zampa un pu?ado. Su madre est¨¢ en la fila de atr¨¢s, disfrutando con su felicidad. "Es que esto les quita un poco de lo que est¨¢n pasando y les anima mucho. Adem¨¢s, aqu¨ª hay unos voluntarios que son maravillosos", comenta. Al lado de su hijo hay un ni?o que ha sido trasladado desde Marruecos para recibir atenci¨®n oncol¨®gica. Por su la expresi¨®n de su cara queda claro que el lenguaje de los payasos no necesita traducci¨®n. M¨¢s all¨¢ otro reconoce encantado: "Es la primera vez que voy al circo".
Un ni?o/acr¨®bata se cuela entre las butacas y reparte banderines. Los cr¨ªos empiezan a agitarlos mientras uno de los presentadores toca la trompeta. Uno de los pacientes simula que ¨¦l tambi¨¦n es m¨²sico y se menea al comp¨¢s. Los dem¨¢s, que son m¨¢s de 30, hacen palmas.
M¨¦dicos, enfermeras y padres se deshacen de satisfacci¨®n al ver disfrutar a los cr¨ªos. "Ma?ana se tiran todo el d¨ªa hablando de esto", cuenta una ats que se confiesa feliz de hacer lo que le gusta "y que encima me paguen". Un matrimonio se aprieta junto a la camilla donde est¨¢ su hija. La madre dice escuetamente que le parece "buena" la idea del hospital, pero no logra sacudirse el aire triste de la mirada. El presentador se despide: "Que os pong¨¢is buenos pronto y volv¨¢is a casa". Para que la fiesta sea completa los teletubbies, spiderman y los payasos bajan del escenario y saludan a los ni?os. Padres, hijos y sanitarios se van encantados.
La alegr¨ªa como terapia
Evidentemente la alegr¨ªa no alcanza para que los cr¨ªos superen una dolencia, pero todos los profesionales coinciden en que ayuda en los tratamientos y sirve como terapia.
"Es importante para su recuperaci¨®n y para que los chavales no se vayan con un mal recuerdo de su paso por el hospital", resume Lina Garc¨ªa, enfermera responsable del jard¨ªn de infancia del hospital. Como ejemplo, Lina se?ala a Jessica,una ni?a que ayer ten¨ªa que salir de fin de semana y que prefiri¨® quedarse por la tarde para asistir a la funci¨®n.
Para hacer la estancia de los ni?os m¨¢s llevadera, el Materno dispone de una ludoteca, hace sesiones de cine, organiza talleres de papiroflexia y cuenta con voluntarios, magos y payasos que amenizan las largas tardes de hospital. Todo con un ¨²nico objetivo: que los peque?os pasen un rato agradable y que la estancia no se les haga demasiado larga.
Ayer, el pediatra de guardia de la UVI, Jos¨¦ Camacho, se escap¨® un momento hasta el sal¨®n de actos del Materno para ver la actuaci¨®n circense. Y se mostr¨® de acuerdo con la iniciativa: "Es una forma de que conecten con el mundo exterior, de que se olviden que est¨¢n con el suero y fuera de sus casas. Adem¨¢s, esto permite seguir con los tratamientos sin interrumpirlos y que ellos a la vez est¨¦n contentos".
Lina es una de las encargadas de que los ni?os se lo pasen bien. Detalla que hacen belenes en Navidad, tronos en Semana Santa y cruces en el mes de mayo. "Con los ni?os tiene que trabajar gente especial y los voluntarios lo son. Es una labor muy bonita y la disfrutamos".
Entre quienes ayudan desinteresadamente hay voluntarios de Cruz Roja, payasos de la Fundaci¨®n Teodora y otras personas altruistas y an¨®nimas que tratan de aliviar no s¨®lo a los ni?os, sino tambi¨¦n a sus padres. Jaime L¨®pez, presidente de la Asociaci¨®n de Amigos del Hospital Carlos Haya (al que pertence el Materno), es uno de ellos.
Ayer no pod¨ªa faltar a la funci¨®n, que dur¨® poco m¨¢s de una hora: "Estas actividades sirven de terapia para los cr¨ªos porque los distrae y les hace olvidar que est¨¢n ingresados en un hospital".
Entre pacientes, padres y sanitarios, el sal¨®n de actos estuvo casi lleno. Y eso que, seg¨²n las enfermeras, muchos ni?os se hab¨ªan ido de fin de semana para pasar el puente con su familia. Seguro que a los que se quedaron, la tarde de ayer se les hizo muy corta.
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