El ¨¦xito de un concepto rompedor
Bazaar, un modelo catal¨¢n de restaurante que se afianza en Madrid
Hay quien llama "el Zara de la comida" a la docena de restaurantes que el empresario de Palam¨®s (Girona) Lluis Cam¨®s ha ido abriendo poco a poco en Catalu?a y Madrid, la mayor¨ªa de ellos decorados por el interiorista L¨¢zaro Rosa-Viol¨¢n (Barcelona, 1964). El ¨²ltimo de ellos, Bazaar, en la calle de la Libertad de Madrid, se ha convertido en un ¨¦xito inmediato. Sus bazas son una comida aceptable de estilo mediterr¨¢neo, precio asequible, unos interiores c¨¢lidos e imaginativos, grandes cristaleras abiertas a la calle y un cuidado especial en la iluminaci¨®n y la insonorizaci¨®n ("el estudio ac¨²stico es lo primero que hago", dice Rosa-Viol¨¢n). La reciente apertura en la misma esquina del drugstore Diurno convierte el cruce Libertad-San Marcos en uno de los puntos m¨¢s cool del barrio de Chueca.
Bazaar
Libertad, 21. Madrid. De 13.15 a
16.00 y de 20.30 a 11.45.
No se admiten reservas telef¨®nicas.
La ley que siguen muchos restaurantes de Madrid seg¨²n la cual los ventanales lucen un cochinillo con una rama de perejil en la boca o una merluza con un lim¨®n queda totalmente transgredida en Bazaar. "No va conmigo", dice Rosa-Viol¨¢n refiri¨¦ndose a ese estilo, aunque aprecia el hecho de que "tiene su p¨²blico y a mucha gente le resulta de lo m¨¢s ex¨®tico".
Cuando hace a?os el interiorista estren¨® en Madrid su trabajo en el restaurante La Finca de Susana, hubo gente que le dec¨ªa: "Tendr¨¦is que poner cortinas". Luego vendr¨ªa la tambi¨¦n transparente Gloria de Montera, y ahora Bazaar, que es el hermano de otros restaurantes de Barcelona, La Polpa y La Crema Canela, decorados, como los de Madrid, para el mismo cliente.
Un s¨®tano que no agobia
Rosa-Viol¨¢n estudi¨® bellas artes en Madrid y ha vivido en Par¨ªs y Nueva York. "Lo que hago es lo que he visto siempre por ah¨ª fuera", dice. En el caso de Bazaar, a la luminosidad y transparencia de la parte de arriba se une un logro decorativo: el que los clientes no se sientan castigados en el s¨®tano. Todo ello a base de cumplir con una fantas¨ªa: la idea de comer en una tienda de ultramarinos, en la que hasta los alegres envoltorios de los productos que llenan las estanter¨ªas est¨¢n especialmente dise?ados para el local. Tambi¨¦n es dise?o especial la l¨¢mpara Bazaar, con un plato de lat¨®n y una bombilla de carb¨®n, y otros elementos del mobiliario.
A partir de ah¨ª, el concepto es h¨ªbrido: desde una silla de madera metalizada inspirada en las penitenciar¨ªas americanas hasta la segunda puerta de acceso al restaurante, que es original de ¨¦poca modernista, comprada en Girona en una subasta. Tambi¨¦n hay muebles rescatados de una vieja farmacia de Perpi?¨¢n o de la antigua pasteler¨ªa barcelonesa Re?¨¦. Los suelos son tablones de pino reutilizados.
Entre los trabajos de su estudio destacan el hotel Banys Orientals, en Barcelona, y el restaurante Sconochia, en Venecia.
POR MENOS DE 15 EUROS
LAS ENSALADAS, las pastas y los platos que incluyen pollo son las elecciones m¨¢s recomendables
en Bazaar, un restaurante cuyo principal atractivo es la sencillez de algunas de las propuestas. Otras fallan, como la correosa ternera o la ensalada de tomate y mozzarella, que se sirve demasiado fr¨ªa. Una opci¨®n que no se sale de precio: ensalada de r¨²cula con queso feta marinado (4,56 euros); crepes de pollo con salsa de espinacas (5,70), y, de postre, los ¨ªsimos del bas¨ªlico (2,95). Y para beber, una copa de vino o una jarra de agua, ya que aqu¨ª no es obligado pagar el peaje del agua embotellada.
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