El Recreativo averg¨¹enza al Athletic
El colista dio una lecci¨®n de f¨²tbol al equipo bilba¨ªno, que s¨®lo respondi¨® a la desesperada
Carnavales, es decir mascarada. Todos ocultos, escondidos, fieles al gui¨®n de que nadie conoce a nadie. El Athletic, fiel a la celebraci¨®n, fue otra cosa muy distinta a lo que ven¨ªa siendo (un equipo resguardado, razonablemente armado, compensado) para convertirse en un holograma: hab¨ªa camisetas pero no futbolistas. El Recreativo se quit¨® el traje de colista, de v¨ªctima propiciatoria, y decidi¨® parecerse a un equipo sensato (no regal¨® ni un bal¨®n), conjuntado (nunca separ¨® sus l¨ªneas) y eficaz (de cuatro disparos consigui¨® tres goles).
Seguramente el adivino Heynckes podr¨¢ decir que ya lo sab¨ªa, que ya advirti¨® que el Recreativo plantea muy bien los partidos y que se sabe de memoria la lecci¨®n del contragolpe. Pues s¨ª. Lucas Alcaraz sabe m¨¢s cosas. Por ejemplo, que ante una defensa de tres centrales, con un delantero basta para confundir las prestaciones de los dos marcadores. Nadie supo marcar a Xisco, nadie al que llegaba, nadie sab¨ªa c¨®mo parar a Viqueira, jugando a sus anchas, nadie a Diego Camacho un futbolista-diesel con mucha sabidur¨ªa.
ESPANYOL 2 - MALLORCA 0
Espanyol: Toni; Fredson (Amaya, m.20), Soldevilla, Lopo, David Garc¨ªa; Domoraud; Maxi, De la Pe?a (Mart¨ªn Posse, m.69), Roger; ?scar (?lex Fern¨¢ndez, m.60); y Tamudo.
Mallorca: Leo Franco, Poli, Vicente, Lussenhoff, Poli; Marcos, Lozano (Carlos, m.45); Novo (Campano, m. 84), Ibagaza, Riera; y Pandiani (Turu Flores, m. 77).
Goles: 1-0. M. 31. Tamudo gana por velocidad a los centrales, controla un pase de Roger y remata con la zurda. 2-0. M.45. ?scar cruza sobre la salida del portero una asistencia de Domoraud con la cabeza.
?rbitro: Esquinas Torres. Mostr¨® la tarjeta amarilla a Vicente, Amaya, Marcos, Lopo, Ibagaza.
Montju?c: 17.200 espectadores. Fredson se retir¨® por un balonazo que le caus¨® mareo.
El Athletic se borr¨® en el centro, donde Tiko sigue gozando de m¨¢s confianza de la que merece su juego, y en defensa, con los centrales obligados a hacer lo que no saben: correr, caer a los costados. Para colmo, su ingenuidad fue absoluta. El segundo gol fue una filfa: la pelota perdida en el bander¨ªn, un taconazo ingenuo, un defensa que se azora, un jugador del Recre que llega y otro que remata en el ¨¢rea peque?a mientras otro defensa le mira con atenci¨®n.
El Recreativo dio un festival de precisi¨®n hasta horaria: a gol por cada seis minutos inici¨® el partido. Y el Athletic, de campo, mirando los disfraces de la grada, sacando fotos. Hay un dato que suele resultar revelador en el Athletic: las cesiones al portero. Con 0-3 en el marcador, Aranzubia se hart¨® de recibir env¨ªos. Es decir, nadie quer¨ªa el bal¨®n. La responsabilidad, para otro.
Y luego toc¨® la heroica. Decidi¨® el Recreativo perder tiempo y se equivoc¨®. Los dos goles de Ezquerro demostraron que su cerebro futbol¨ªstico no funcion¨® igual que su mentalidad an¨ªmica. Pudo empatar el Athletic. Incluso debi¨®. Fue una respuesta an¨ªmica a un empuje emocional. El futbol fue cosa del Recreativo.
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