Implicaciones del precio del petr¨®leo en la econom¨ªa
El autor sostiene que los pa¨ªses desarrollados son hoy menos vulnerables a una escalada de los precios del crudo, aunque tambi¨¦n recuerda que los altos costes de la energ¨ªa traen consigo p¨¦rdida de riqueza y empleo.
En momentos como los actuales, con una evoluci¨®n creciente de los precios del petr¨®leo y de una buena parte de los recursos energ¨¦ticos, es bueno reflexionar y preguntarse c¨®mo y en qu¨¦ medida esta situaci¨®n puede provocar alg¨²n efecto en las econom¨ªas de los pa¨ªses o incluso, si esta situaci¨®n puede influir sobre el ciclo econ¨®mico. Con un breve repaso a la evoluci¨®n hist¨®rica, podemos valorar el impacto que han tenido determinadas crisis en el ciclo econ¨®mico:
La primera, el embargo de petr¨®leo del a?o 1973 que se produjo como consecuencia de la guerra del Yon Kippur trajo consigo una vertiginosa escalada del precio del barril, que lleg¨® incluso a triplicarse. En este escenario las consecuencias sobre la econom¨ªa fueron muy contundentes, produciendo una situaci¨®n de estancamiento econ¨®mico con altas tasas de inflaci¨®n (lo que se conoce como estanflaci¨®n).
Desde los setenta hasta hoy, la correlaci¨®n entre el alza del crudo y la inflaci¨®n es del 75%
Para producir la misma renta que hace 30 a?os ahora s¨®lo se necesita la mitad de energ¨ªa
La invasi¨®n de Kuwait, que dar¨ªa lugar a la guerra del Golfo, produjo una escalada trepidante del precio del barril, que lleg¨® a alcanzar los 56 d¨®lares de punta en una jornada en septiembre de 1990. En aquel momento, el anuncio de los principales pa¨ªses importadores de que iban a hacer uso de sus reservas estrat¨¦gicas, produjo una dr¨¢stica reducci¨®n del precio, volviendo incluso a los niveles previos al conflicto.
Finalmente, estos d¨ªas somos testigos de una fuerte tendencia alcista de los precios del petr¨®leo, que sit¨²an el barril en niveles pr¨®ximos a los 35 d¨®lares, cuando hace tan s¨®lo un a?o era 20. Desde el nacimiento de la OPEP, hace ya 40 a?os, todos los pa¨ªses dependientes de este preciado bien siguen con atenci¨®n las decisiones de tan importante cartel cuyos efectos se ven reflejados directamente sobre la oferta.
Teniendo en cuenta la demanda tan inel¨¢stica fruto de la tremenda dependencia hist¨®rica de los pa¨ªses industrializados de esta fuente de energ¨ªa, es f¨¢cil entender por qu¨¦ las decisiones de unos pocos pa¨ªses productores bien organizados bajo el paraguas de la OPEP son capaces de provocar tensiones econ¨®micas en los pa¨ªses importadores. Para poder tener este entorno bien dibujado, no se puede olvidar que, geogr¨¢ficamente, los principales pa¨ªses productores, y que a su vez son miembros de la OPEP, se encuentran concentrados, con permiso de Venezuela, en el ¨¢rea geogr¨¢fica de Oriente Medio, lo cual a?ade una nota de incertidumbre pol¨ªtica y econ¨®mica digna de menci¨®n, por su influencia directa sobre la capacidad productiva en caso de tensi¨®n o amenaza de conflicto.
La Agencia Internacional de la Energ¨ªa viene se?alando como elemento distorsionador del alto nivel del precio del petr¨®leo a la situaci¨®n pol¨ªtica de Venezuela que ha paralizado la producci¨®n de crudo durante dos meses, causando una merma muy considerable en la oferta de petr¨®leo que se ha estimado en 1,95 millones de barriles diarios. La respuesta de la OPEP ha sido en esta ocasi¨®n acordar un aumento de la producci¨®n de 1,5 millones a partir de febrero para compensar el recorte de Venezuela. Desde el punto de vista de la demanda, este organismo tambi¨¦n apunta el fuerte crecimiento del consumo en China como elemento que anima los mercados de petr¨®leo, a pesar de la tard¨ªa recuperaci¨®n de Estados Unidos y Europa.
No cabe duda que el otro elemento a considerar como generador de tensiones sobre el precio del petr¨®leo es la situaci¨®n preb¨¦lica en Irak. Los tambores de guerra vienen sonando desde hace varios meses y cada vez son m¨¢s los que apuestan por que el conflicto va a tener lugar en breve. Desde el punto de vista de la oferta, la guerra podr¨ªa producir un recorte de la producci¨®n actual de petr¨®leo de en torno a 2,5 millones de barriles diarios, produciendo por tanto un claro incremento del precio. Es por tanto l¨®gico pensar que parte de la culpa de los actuales niveles de precios es tambi¨¦n de la especulaci¨®n. En esta l¨ªnea, algunos analistas aseguran que el mercado ya ha descontado parte del incremento del precio del barril originado por un potencial desencadenamiento de la guerra.
Por otra parte, es obvio que trat¨¢ndose el petr¨®leo de la materia prima b¨¢sica de toda econom¨ªa industrializada, el efecto que tiene un fuerte incremento de su precio se traduce de forma inequ¨ªvoca en una reducci¨®n de la renta real de los pa¨ªses consumidores, llegando incluso a frenar su crecimiento.
En efecto, la subida de los precios del petr¨®leo puede llevar a un incremento en la inflaci¨®n, y provocar una p¨¦rdida de poder adquisitivo en las econom¨ªas familiares. Este hecho queda probado si analizamos la fuerte correlaci¨®n existente entre la inflaci¨®n y el precio del barril de petr¨®leo. Durante el periodo comprendido desde la d¨¦cada de los setenta hasta la actualidad, la correlaci¨®n de estas dos variables est¨¢ cercana al 75%.
Sin embargo, existen otros elementos que pueden atenuar los efectos de un fuerte incremento de los precios del petr¨®leo. Uno de ellos es el comportamiento de los tipos de cambio. En concreto, para la Europa del euro, en los momentos actuales contamos con una moneda fuerte que se est¨¢ apreciando contra el d¨®lar y que por tanto mitiga los elevados precios actuales en d¨®lares del barril de petr¨®leo. El m¨¢s importante de todos es que, afortunadamente, la econom¨ªa de los pa¨ªses desarrollados no es la misma que en los a?os setenta u ochenta y el impacto de los incrementos del precio del petr¨®leo hoy en d¨ªa en la econom¨ªa es considerablemente menor.
Las principales razones de este menor impacto son diversas. Desde la sustituci¨®n de fuentes de energ¨ªa (por ejemplo, gas), pasando por el desarrollo tecnol¨®gico que incrementa la eficiencia en el uso del combustible y tambi¨¦n, por qu¨¦ no decirlo, por el fuerte incremento que ha tenido el sector servicios en estos ¨²ltimos 30 a?os y que implica una menor proporci¨®n en el PIB de los sectores primario y secundario, que son m¨¢s dependientes. En definitiva, podemos afirmar que para producir la misma renta que hace 30 a?os ahora s¨®lo se necesita la mitad de energ¨ªa.
En estos tiempos que nos toca vivir, somos testigos de c¨®mo los elevados precios del petr¨®leo est¨¢n actuando como lastre del despegue definitivo de las econom¨ªas mundiales. En mi opini¨®n, los pa¨ªses m¨¢s desarrollados como es el caso de Espa?a, no sentiremos las consecuencias sobre la econom¨ªa de forma tan dram¨¢tica como hemos visto en el pasado, sin embargo, debemos seguir expectantes al curso de los acontecimientos mundiales, valorando con mesura la verdadera dimensi¨®n de los problemas que nos acucian. Es normal que las incertidumbres sobre los acontecimientos en el Pr¨®ximo Oriente provoquen tensiones en los mercados, pero en esta ocasi¨®n, el efecto que tendr¨ªa una posible guerra en Irak est¨¢ en buena medida descontado.
Para terminar, hay que mencionar que la historia nos ha dado de nuevo una lecci¨®n. Los precios de la energ¨ªa elevados traen consigo fuertes costes de ajuste y p¨¦rdida de riqueza y empleo en los pa¨ªses importadores, con m¨¢s intensidad en los menos desarrollados. Esa situaci¨®n deriva en generar un exceso de oferta que termina hundiendo los precios del petr¨®leo, con unas consecuencias fatales para los pa¨ªses productores. La l¨®gica nos lleva a concluir que una situaci¨®n de precios elevados de la energ¨ªa produce fuertes retornos a los pa¨ªses exportadores a corto plazo, pero dado que no se mantienen, les pueden generar importantes desequilibrios, lo que a largo plazo les resulta altamente perjudicial y es fuente de conflictos.
Ernesto Mata es presidente de Soluziona y consejero adjunto al presidente de Uni¨®n Fenosa.
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