La fiscal¨ªa de Lleida pide cinco a?os de c¨¢rcel para dos contrabandistas

Un fiscal de la Audiencia de Lleida solicita cinco a?os de prisi¨®n para Iv¨¢n Garc¨ªa Moreno y Juan Antonio Olivares Redondo, dos presuntos contrabandistas de tabaco acusados de intentar sobornar hace dos a?os a dos guardias civiles para obtener informaci¨®n sobre los servicios de vigilancia que los agentes del instituto armado realizaban en la aduana de La Farga de Moles y en las pistas forestales que comunican la comarca del Alt Urgell y Andorra.

El juicio comenz¨® ayer y es el primero que se celebra en Lleida con jurado popular por un caso de cohecho. Los hechos se remontan a finales del a?o 2000 cuando, una vez finalizada la operaci¨®n Monta?a -dise?ada por el Gobierno para impedir la entrada en Espa?a de tabaco de contrabando procedente de Andorra-, dos agentes de la Guardia Civil destinados en La Seu recibieron de los acusados, residentes en Andorra, una sustanciosa oferta econ¨®mica a cambio de que les facilitaran informaci¨®n privilegiada sobre la ubicaci¨®n de los controles policiales situados en los pasos fronterizos con Andorra, ya que de esa manera podr¨ªan introducir mercanc¨ªas de contrabando en territorio espa?ol sin ser interceptados y detenidos.

La principal prueba de cargo en manos del fiscal es la grabaci¨®n magnetof¨®nica de una conversaci¨®n efectuada por uno de los agentes, que recoge el ofrecimiento de un sobresueldo de 3.000 euros mensuales o de 450 euros por cada cargamento que consiguieran pasar. La Audiencia acept¨® como prueba para el juicio esta grabaci¨®n, que en opini¨®n de la defensa de Garc¨ªa es irregular y carece de validez porque se obtuvo sin autorizaci¨®n judicial.

"Utilizando t¨¦rminos futbol¨ªsticos, la situaci¨®n deber¨ªa ser como la de un gol anulado porque se ha conseguido infringiendo el reglamento", aleg¨® el letrado, que acus¨® a la Guardia Civil de haber provocado el delito al utilizar como confidente al otro acusado. Olivares -en prisi¨®n por el atraco a un furg¨®n blindado en Murcia en 1998- afirm¨® ser un colaborador de la Guardia Civil y que en este caso se limit¨® a tender una trampa a Garc¨ªa a cambio de beneficios penitenciarios. En ese momento estaba a punto de entrar en prisi¨®n para cumplir una pena de cuatro a?os por atraco.

Los dos acusados, con residencia en Andorra, negaron haber intentado sobornar a los guardias civiles y reconocieron dedicarse al contrabando de forma espor¨¢dica. Sin embargo, el fiscal y los guardias civiles que declararon como testigos indicaron que ambos formaban parte de una de las principales bandas de contrabandistas de tabaco que en esa ¨¦poca operaba en la zona a gran escala.