La vista m¨¢s amplia de los Pirineos

Bajo la c¨²pula Baillaud, la m¨¢s antigua del observatorio del Pic du Midi de Bigorre (construida en 1908), un ni?o mira asombrado la r¨¦plica a escala natural del gran coron¨®grafo, un gigantesco telescopio que los cient¨ªficos utilizan aqu¨ª para estudiar la corona del Sol en condiciones id¨¦nticas a las que provoca un eclipse total. El padre le explica que en la corona se producen las explosiones solares. Pero el peque?o parece m¨¢s interesado en hacer girar una manivela de pega. La c¨²pula Baillaud ya no tiene utilidad cient¨ªfica. Hoy es una de las atracciones del museo astron¨®mico, abierto durante todo el a?o.

El Pic es una monta?a aislada que se a¨²pa como un t¨®tem gigantesco hasta los 2.877 metros de altitud sobre el conocid¨ªsimo puerto del Tourmalet, en el departamento franc¨¦s de Altos Pirineos. Desde 1878, en su cima hay un observatorio astron¨®mico al que d¨¦cada tras d¨¦cada se le han a?adido nuevas c¨²pulas. La ¨²ltima, en 1980, la que alberga el gran telescopio Bernard Liot, de 28 metros de altura y 14 de di¨¢metro, controlado ¨ªntegramente por ordenador.

Todo el complejo estuvo a punto de ser cerrado hace cuatro a?os. El Gobierno franc¨¦s s¨®lo ten¨ªa ojos y dinero para los proyectos astron¨®micos internacionales. Sin embargo, el empe?o de asociaciones y autoridades regionales salv¨® el Pic, y fue en junio de 2000 cuando el primer ministro franc¨¦s inauguraba el museo y las renovadas instalaciones cient¨ªficas.

Para los visitantes, el viaje hacia el firmamento comienza a 1.800 metros de altitud, en la estaci¨®n de esqu¨ª de La Mongie, al pie del Tourmalet, donde parte un nuevo telecabina, de amplios ventanales, hacia la cumbre del pico, desplegando ante los ojos de los viajeros un majestuoso paisaje de monta?a. El viaje es corto (15 minutos), pero sobrecogedor.

A la llegada, una sorpresa m¨¢s. El ascensor interno que llevar¨¢ hasta el museo es, en realidad, una peque?a sala de proyecciones; a oscuras, su techo simula la c¨²pula celeste, sobre la que aparecen im¨¢genes del sistema solar y del universo. As¨ª se llega al nivel 6 del edificio, que aprovecha antiguas instalaciones del observatorio. Este nivel est¨¢ dedicado al Sol. Se exhiben la citada reproducci¨®n del coron¨®grafo, im¨¢genes en v¨ªdeo de las observaciones realizadas con este telescopio, una maqueta del Pic y una reproducci¨®n del telescopio de un metro de la c¨²pula Gentili. Fue cedido por EE UU y con ¨¦l se realizaron en los a?os sesenta las mejores fotograf¨ªas de la Luna hechas nunca desde la Tierra. Con esa cartograf¨ªa se planific¨® la misi¨®n Apolo XI, que llevar¨ªa al hombre a la Luna el 20 de julio de 1969.

Sondas espaciales

El siguiente nivel est¨¢ dedicado a la Tierra y a los momentos m¨¢s se?alados de la construcci¨®n del observatorio. Una historia no exenta de heroicidades y de cat¨¢strofes por las dur¨ªsimas condiciones de vida a estas alturas, especialmente en invierno. Una ¨²ltima sala muestra una peque?a maqueta del telescopio Bernard Liot, rodeada de im¨¢genes del universo tomadas por sondas espaciales. Hay, finalmente, un espacio para glosar los trabajos de los cient¨ªficos que viven de forma permanente o espor¨¢dica en el pico. Desde aqu¨ª se hizo el seguimiento de los cometas Hale Bopp y Hyakutake y se observ¨® el impacto del Shoemaker-Levy 9 en la superficie de J¨²piter.

Fuera del museo hay una tienda de recuerdos; artesan¨ªa local; libros de astronom¨ªa; un c¨®mic con la historia del pico, para ni?os, y abundante cartograf¨ªa. Poco m¨¢s all¨¢ est¨¢ el restaurante. Las terrazas son el lugar donde m¨¢s tiempo pasan los visitantes; 600 metros cuadrados para pasear a 2.877 metros de altitud. El panorama hacia el sur es de los m¨¢s amplios que se pueden tener de los Pirineos sin despegar los pies de la tierra. De oeste a este aparecen las cimas del Midi d'Ossau, Palas, Balait¨²s, Gran Facha, Picos del Infierno, Vignemale (con el mayor glaciar de los Pirineos, visible desde aqu¨ª), todas las monta?as del circo de Gavarnie, el Monte Perdido y hasta los macizos de Posets y Maladetas, adem¨¢s de otras muchas monta?as menos significativas. En d¨ªas claros se asegura que se ve la localidad de Biarritz. Precisamente por la altura, los visitantes har¨¢n bien en llevar -especialmente los m¨¢s peque?os- gafas de sol y ropa de abrigo.

Antes de que el sol se ponga, los turistas deben abandonar el pico. ?Una l¨¢stima! Es f¨¢cil adivinar que la verdadera magia del sitio aparece cuando las c¨²pulas se abren para observar las estrellas.