Bush deja entrever a sus ciudadanos que la guerra con Irak es inevitable e inminente
Se multiplican los preparativos militares en el Golfo paralelos a la diplomacia de ¨²ltima hora
![Enric Gonz¨¢lez](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fe19959f9-1b77-4fa4-b4c9-ad9c27d18ec2.png?auth=cc48cfeca3c4fa713d7e16fc9e97f765f78a2bc782edcbaf28750ab1efa9f6c0&width=100&height=100&smart=true)
George W. Bush dice sentirse tranquilo, mucho m¨¢s que hace un mes, cuando la decisi¨®n final a¨²n no estaba tomada. "Hago ejercicio cada d¨ªa y duermo bien por las noches", coment¨® a un grupo de periodistas. El viernes sali¨® a cenar a casa de unos amigos. "Desafortunadamente", declar¨® ayer en su discurso radiof¨®nico de los s¨¢bados, "est¨¢ claro que Sadam Husein sigue sin cumplir las exigencias de la ONU". "Debemos estar dispuestos a utilizar la fuerza", a?adi¨®. El presidente parece ajeno al torbellino de protestas y gestiones diplom¨¢ticas y da a entender que la guerra es inevitable e inminente.
Todos los altos funcionarios de la Casa Blanca participaban ayer en las negociaciones sobre la resoluci¨®n definitiva de la ONU, todav¨ªa en el aire, y en el seguimiento del despliegue militar en Oriente Pr¨®ximo, casi concluido. El ambiente deb¨ªa de ser febril en el interior de la residencia presidencial. Fuera, grupos de manifestantes feministas por la paz hab¨ªan rodeado la Casa Blanca con cintas rosas.
La polic¨ªa colocaba bloques de hormig¨®n y barreras, parte de un dispositivo de seguridad que, a partir del inicio de la guerra, deb¨ªa impedir que se concentraran en el ¨¢rea grupos de m¨¢s 25 personas. Bush, sin embargo, trataba de reflejar serenidad y decisi¨®n. Su alocuci¨®n por radio se refiri¨® a Irak y al conflicto b¨¦lico. "Estamos haciendo todo lo posible por evitar la guerra", asegur¨®. Pero de su tono se desprend¨ªa una impresi¨®n de inevitabilidad.
Bush aprovech¨® tambi¨¦n su discurso de los s¨¢bados para insistir en la supuesta relaci¨®n de Irak con la red terrorista Al Qaeda. "Sadam Husein aporta un apoyo financiero, entrena y protege a terroristas que estar¨¢n felices de utilizar armas de destrucci¨®n masiva contra Etados Unidos y otros pa¨ªses amantes de la paz".
Las noticias militares que llegaban desde el golfo P¨¦rsico reforzaban la sensaci¨®n de que ya s¨®lo faltaba la orden de Bush, como comandante en jefe del Ej¨¦rcito. La Divisi¨®n Aerotransportada 101, instalada en Kuwait, recibi¨® el s¨¢bado el material necesario para disponer de "capacidad inicial de combate", seg¨²n un portavoz, y se encontraba lista para sobrevolar Bagdad y desplegarse al norte de la capital, en alg¨²n lugar del Kurdist¨¢n iraqu¨ª, en cuanto comenzara la invasi¨®n. El corte de las alambradas fronterizas entre Kuwait e Irak, el retorno del general Tommy Franks al cuartel general de Qatar tras su ¨²ltima reuni¨®n con el presidente y la intensificaci¨®n de la vigilancia militar en Washington, con patrullas de cazabombarderos y lanzamisiles, apuntaban tambi¨¦n a la inminencia del estallido.
El comit¨¦ creado por la Liga ?rabe para la crisis de Irak se dispon¨ªa a viajar a Bagdad "en los pr¨®ximos d¨ªas" para trasladar a Sadam Husein "las opiniones escuchadas en Nueva York", sede de la ONU, y hacer un postrero esfuerzo por evitar la guerra. El secretario general de la Liga ?rabe, Amr Mussa, se reuni¨® con el secretario general de la ONU, Kofi Annan, y con los jefes de los equipos de inspectores, pero no consigui¨® ser recibido por ning¨²n alto cargo del Gobierno estadounidense. Fuentes de la organizaci¨®n ¨¢rabe citadas por France Presse dijeron que en Washington se consideraba ya in¨²til el esfuerzo mediador.
Los dem¨®cratas estadounidenses, por su parte, buscaban casi desesperadamente una posici¨®n propia ante un conflicto que indigna a sus bases, pero no a los votantes de centro que necesitan recuperar. La aprobaci¨®n de la guerra por parte del Congreso, a finales de octubre, con votos a favor de ambos partidos, y el apoyo sin matices a la invasi¨®n expresado por dirigentes como Joe Lieberman y Dick Gephardt, ambos aspirantes a la presidencia, limitaba mucho el alcance de las cr¨ªticas de la oposici¨®n a Bush.
Los dem¨®cratas hab¨ªan encontrado, sin embargo, el tal¨®n de Aquiles del presidente en su torpe gesti¨®n de la diplomacia. "Si la mayor¨ªa de la gente en el mundo cree que Estados Unidos representa para la paz un peligro mayor que Sadam Husein, es que algo va muy mal en nuestra pol¨ªtica exterior", declar¨® el propio Lieberman.
El senador Tom Daschle lament¨® que Bush hubiera "logrado un aislamiento casi total" de la hiperpotencia en un momento cr¨ªtico. Su compa?ero Ted Kennedy record¨® que las provocaciones de Corea del Norte iban en aumento y acus¨® al presidente de estar "obsesionado" con Irak.
Les serv¨ªa incluso la comparaci¨®n con el padre del actual presidente, George Bush, que antes de la guerra de 1991 envi¨® repetidas veces a su secretario de Estado, James Baker, a Oriente Pr¨®ximo, para tejer una coalici¨®n s¨®lida contra Irak. Colin Powell, en cambio, no se molest¨® en visitar un pa¨ªs como Turqu¨ªa, cuyo Parlamento sorprendi¨® a la Casa Blanca con su negativa a autorizar, al menos por el momento, un despliegue de tropas estadounidenses que el Pent¨¢gono consideraba muy necesario.
![Un soldado norteamericano se dispone a probar su <b><i>swing</i></b><b>, ayer, a bordo del portaaviones </b><b><i>Kitty Hawk</i></b><b>.</b>](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/EFNZEPYA6FG5GL5HEQMB6CWNFA.jpg?auth=904a3f48481ad945269b76d7618cd28c8f4bd8335d955d939b2f0e2f78ec71b3&width=414)
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