La otra cara de la reforma fiscal
El autor describe el malestar del colectivo de inspectores fiscales que preside, APIFE, y cuestiona la reforma aprobada por el Gobierno, que, en su opini¨®n, favorece a las rentas profesionales y del capital frente a las del trabajo, que se benefician en menor medida.
"Hacienda somos todos", rezaba el lema de una campa?a publicitaria "... aunque unos m¨¢s que otros", apostillaba un amigo m¨ªo.
La Asociaci¨®n Profesional de Inspectores de Hacienda del Estado (APIFE) ha entablado contactos en los ¨²ltimos tiempos con las m¨¢s altas instancias del Ministerio de Hacienda y de la Agencia Tributaria. El objetivo es manifestar la situaci¨®n de descontento y malestar que reina en el colectivo ante la actitud de desprecio y arrogancia de que hacen gala los m¨¢ximos responsables de su organizaci¨®n.
Se prescinde sistem¨¢ticamente de la opini¨®n de uno de los grupos m¨¢s cualificados de empleados de los que dispone. Se menosprecia la competencia t¨¦cnica de funcionarios con larga trayectoria y experiencia en la Administraci¨®n. Se excluye, en definitiva, la participaci¨®n de sus funcionarios en el proceso de elaboraci¨®n de las reglas del juego que luego van a tener que aplicar.
La reforma esconde renglones que benefician escandalosamente a los m¨¢s poderosos
En cambio, se valora muy positivamente el recorrido de ex funcionarios o de funcionarios excedentes en la empresa privada para nombrarlos al frente de los principales organismos p¨²blicos. Se cuida al detalle las relaciones con el sector privado, especialmente con las multinacionales, que tienen como punta de lanza a las antiguas empresas p¨²blicas. Para elaborar la reforma fiscal, se escucha m¨¢s a los grandes despachos de abogados y a las asociaciones profesionales de asesores fiscales y economistas que a sus propios t¨¦cnicos... ?De qu¨¦ lado estamos?
En este contexto, los Inspectores de Hacienda no sabemos muy bien el papel que desempe?amos. Tripulamos un barco cuyo rumbo desconocemos, y por eso no nos dejan de sorprender algunos aspectos, a¨²n poco difundidos, de la ¨²ltima reforma fiscal.
Se ha anunciado a bombo y platillo el pago de 100 euros por hijo menor de tres a?os a las madres trabajadoras. Se hacen campa?as para dar a conocer entre jubilados y minusv¨¢lidos las ventajas que la reforma fiscal les ofrece. Se insiste, como se hace en la exposici¨®n de motivos de la ley de reforma del IRPF, en que el peso de las rentas del trabajo va a ser cada vez menor...
Es cierto que la tarifa del impuesto se ha reducido, seg¨²n nos cuentan, alrededor del 11% de media. Que se ha reducido el tipo marginal m¨ªnimo al 15% y el m¨¢ximo al 45%. Que se dan determinadas d¨¢divas en forma de mayores reducciones en la base imponible a determinados colectivos y en determinados casos. Pero no es menos cierto que la reforma esconde, en su letra peque?a, renglones que benefician escandalosamente a los m¨¢s poderosos: a los grandes patrimonios, a los profesionales prestigiosos, a los millonarios artistas y deportistas, a los directivos de las grandes empresas...
Pongamos ejemplos, que siempre son m¨¢s clarificadores. Primero y principal: la supresi¨®n del r¨¦gimen de transparencia fiscal. Un aut¨¦ntico misterio para el gran p¨²blico. Una persona que tenga un gran patrimonio mobiliario y/o inmobiliario. Hasta ahora, si constitu¨ªa una sociedad para albergar su patrimonio y tributar al tipo fijo del 30-35% vigente en el Impuesto sobre Sociedades, la norma les sacaba tarjeta roja y les mandaba a tributar al IRPF a, normalmente, el tipo marginal m¨¢ximo del 48%. Ahora tributar¨¢n a un tipo fijo del 40% en el Impuesto sobre Sociedades. Pero m¨¢s a¨²n: Si vend¨ªan alg¨²n elemento de una antig¨¹edad superior a un a?o, la plusval¨ªa tributaba antes al tipo marginal del IRPF (es decir, hasta el 48%), y ahora va a tributar al 15%. A esto le llaman los expertos "neutralidad" fiscal.
Segundo: artistas, deportistas y profesionales. Si ten¨ªan ingresos millonarios e interpon¨ªan sociedades a las que imputaban todas sus rentas (y todos sus gastos, por cierto, frecuentemente de muy dudosa aceptaci¨®n: el coche, la casa, el servicio...), se les llevaba tambi¨¦n al IRPF a tributar al tipo marginal correspondiente (normalmente, el 48%) Ahora no se les obliga a "transparentar" sus rentas societarias a la persona f¨ªsica, sino que nos conformamos con que tributen al tipo fijo del Impuesto sobre Sociedades (35%). Suculenta rebaja fiscal, muy por encima del 11% de media (27,08%, exactamente).
Adem¨¢s, expl¨ªcitamente desaparece para las sociedades profesionales una cautela que imped¨ªa que el profesional facturase a la sociedad por sus servicios como le diera la gana: la valoraci¨®n a precios de mercados de esas operaciones vinculadas. Ahora se da carta de naturaleza para que el profesional elija el precio de la operaci¨®n, con el ¨²nico requisito de que la sociedad cuente con una m¨ªnima organizaci¨®n de "medios personales y materiales". Y una vez imputada la renta a la sociedad, la reparta a trav¨¦s del dividendo entre sus hijos, esposa, etc., con un escaso o nulo coste fiscal por el juego de la deducci¨®n por doble imposici¨®n.
Imaginemos a un abogado que va a facturar este a?o 50 millones de pesetas (trescientos mil euros). Puede decir que lo hace a trav¨¦s de una sociedad que crea con su mujer e hijos. Por el servicio que le presta a la sociedad, el abogado puede cobrar dos millones de pesetas sin que Hacienda pueda entrar a discutir esa valoraci¨®n si se acredita que es la "contraprestaci¨®n efectivamente satisfecha"... El profesional declarar¨¢ en IRPF por dos millones, como rentas del trabajo o de la actividad econ¨®mica, y la sociedad por cuarenta y ocho, renta que, despu¨¦s de impuestos, se distribuir¨¢ cuando se quiera o cuando convenga entre los distintos miembros de la unidad familiar. A esto se le llama splitting de rentas y se hace para atenuar la progresividad de la tarifa de IRPF. Y constituye una verdadera e indiscutible f¨®rmula de "econom¨ªa de opci¨®n".
Y nosotros nos preguntamos: ?Habr¨¢ tenido algo que ver en todo esto el que hayan participado activamente en la reforma los representantes del mundo profesional y alguna de sus grandes figuras?
Por ¨²ltimo, analicemos una, en apariencia, intranscendente modificaci¨®n: ?qui¨¦n se beneficia realmente con el aumento hasta diez veces del l¨ªmite de la exenci¨®n en la entrega de acciones gratuitas por las empresas a sus empleados? El l¨ªmite ha pasado de un mill¨®n de pesetas m¨¢ximo en cinco a?os a dos millones al a?o. ?A qu¨¦ trabajador le pagan en especie, entre otros conceptos, m¨¢s de dos millones de pesetas (12.000 euros) al a?o s¨®lo con la entrega de acciones gratuitas de su empresa? ?A cualquier empleado de una peque?a, mediana o gran empresa? ?No ser¨¢ a sus cuadros directivos? ?O a los miembros de sus consejos de administraci¨®n?. Mientras tanto, para el resto de trabajadores menos cualificados se incrementa la reducci¨®n por rentas del trabajo en la "friolera" de entre 150 y 500 euros (en base imponible, ?no en cuota!) y se crean nuevas desgravaciones "por prolongaci¨®n de la actividad laboral" y "por movilidad geogr¨¢fica"... Curiosa forma de entender la "justicia tributaria".
No queremos ser malpensados, pero es que hay datos que nos hacen serlo. Todos los ofrecidos hasta ahora ponen de manifiesto que, si bien la reforma disminuye la tributaci¨®n de las rentas del trabajo (a algunos m¨¢s que a otros, como hemos visto), tambi¨¦n lo hace, y en mayor medida, respecto a las rentas profesionales y del capital. Eso s¨ª: no se ha hecho ninguna campa?a publicitaria con el lema "interponga una sociedad en su vida". Esta "otra reforma fiscal" se ha hecho con menos parafernalia medi¨¢tica. Probablemente porque ya la conoc¨ªan aquellos a quienes favorece.
Ignacio Fad¨®n es presidente de la Asociaci¨®n Profesional de Inspectores de Finanzas del Estado (APIFE)
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