Lo que no somos
No somos "compa?eros de viaje" de Sadam: pero el pueblo que le sufre no debe ser adem¨¢s castigado por nosotros (ellos). No somos terroristas: odiamos todas las formas de terror, y ahora el de los tres mil proyectiles que van a caer sobre Irak. No somos pacifistas (yo, s¨ª); creemos que hay guerras de defensa, resistencias. No somos islamistas: muchos advierten por primera vez el peligro general de las religiones y su papel en las guerras. No somos cr¨¦dulos: no creemos que Irak tenga ocho toneladas de virus, ni ninguna otra arma de "destrucci¨®n masiva", sobre todo despu¨¦s del informe de Blix. No creemos en Bush: no es ¨¦l quien mantiene el "ardor guerrero", ni Rumsfeld, ni Powell ni Condoleezza: es una maquinaria pol¨ªtica y econ¨®mica que mueve los hilos de estos personajes. No somos rojos (yo, s¨ª) a los que acusar de destruir el orden mundial, debilitar a Occidente, hacer caer el capitalismo. No somos fascistas (ellos, s¨ª). No creemos que haya comenzado una nueva era con el bombardeo de Nueva York y la respuesta de un hombre heroico llamado George B. No somos aznaristas ni siquiera desde que apareci¨® en el horizonte, aunque algunos creyeron que nos iba a salvar del separatismo, la delincuencia y la emigraci¨®n, porque era un hombre de "mano dura", de esas que dicen que necesita Espa?a (?vamos, vamos!).
No somos antiamericanos. Yo nac¨ª en clima de antiamericanismo por el asunto del Maine y la intervenci¨®n en Cuba, pero yo cre¨ªa, con mi madre, que ven¨ªa de all¨ª, que Espa?a fue cruel en ¨¦sa y en otras colonizaciones. Entend¨ª mejor que representase la verdadera democracia, con Francia, en declaraciones paralelas de derechos del hombre y de independencia; y su gran literatura, su gran cine. No creemos que Estados Unidos sea esto, que va a seguir matando inocentes por millares; no creemos que los ingleses sean esto, y menos los laboristas, que quitaron de en medio al conservador Churchill con la guerra a¨²n sin terminar. No somos c¨¢ndidos, ingenuos, tonta gente que no sabe mirar cuando el Eje del Mal se apresta a devorarnos con sus alfanjes de ¨¢ntrax. No somos m¨¢s que un mont¨®n de personas, un pa¨ªs entero, que se despierta de un largo conformismo y dice no a la guerra. Somos los que dijimos no a Franco, a Hitler. No a Bush.
Ayer sali¨®, al comenzar la columna "No hay escuelas ateas en el XIX y el XX hasta que los cat¨®licos se lanzaron sobre ellas"; quise escribir "No hay escuelas ateas: las hubo...". L¨¢stima.
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