La dif¨ªcil libertad
Los dos lamentables episodios registrados en Barcelona, de que han sido v¨ªctimas sucesivamente Fernando Savater y Gotzone Mora, tienen un denominador com¨²n, la creciente oposici¨®n por parte de grupos sectarios a que los vascos ejerzan la libertad de expresi¨®n cuando no son nacionalistas, pero su significado no se agota aqu¨ª. Ambos sucesos han tenido como marco ideol¨®gico un catalanismo al que tradicionalmente consider¨¢bamos como variante nacionalista identificada con la tolerancia, en tanto que el segundo, de modo particular, constituye una llamada de atenci¨®n acerca del papel restrictivo que sobre este tema crucial, la defensa de la paz en Euskadi, vienen desempe?ando distintas autoridades acad¨¦micas, y de modo particular algunos rectores de universidad, de los que Joan Tugores es el ¨²ltimo, pero no el ¨²nico exponente.
La incidencia en Catalu?a de la radicalizaci¨®n del nacionalismo vasco explica la actitud de rechazo frontal, por parte de gentes hasta hace poco razonables, a todo lo que dentro y fuera de Euskadi pueda representar defensa de la Constituci¨®n y cr¨ªtica a las posiciones pol¨ªticas del Gobierno vasco y del PNV. Cada vez es m¨¢s generalizada la admiraci¨®n hacia esos vascos que muestran el camino de la liberaci¨®n nacional, y correlativamente, la desconfianza respecto de las actitudes cr¨ªticas, desechadas en toda ocasi¨®n por espa?olistas. Todo lo que viene de los abertzales es bueno, hasta los polit¨®logos a la violeta, y ninguna muestra m¨¢s clara que el masivo apoyo prestado a ciegas y sin reservas a las acusaciones planteadas en la plaza p¨²blica, que no ante los tribunales, por el director de Egunkaria. De ah¨ª a coincidir con la equiparaci¨®n brutal formulada por Arzalluz entre ETA y ?Basta Ya! hay s¨®lo un paso, y puestas las minor¨ªas activas a imitar, ?por qu¨¦ no seguir la eficaz pauta fascista, tan fielmente aplicada en medios abertzales, de impedir por la fuerza que el otro hable? Aquellos que como Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n se recrean lanzando denuestos anticentralistas en Avui debieran ser conscientes de que el patio est¨¢ en su tierra listo para que tales polvos produzcan escasamente deseables lodos.
Lo del rector de la Universidad de Barcelona respecto de la conferencia de Gotzone Mora, al prohibirla primero y explicar luego tal decisi¨®n en forma peregrina, es un paso m¨¢s en dicha direcci¨®n. No es la primera vez que un rector interviene discutiblemente, cercenando el posible desarrollo de un movimiento pacifista contra el terror, como le ha sucedido en la Aut¨®noma de Madrid a Manos Blancas por dos veces y con dos "magn¨ªficos" sucesivos, o adoptando una postura de equidistancia que de hecho supon¨ªa indefensi¨®n para aquellos atacados desde las trincheras abertzales: cuando, miembro por sorteo de un tribunal en la UPV -el que otorg¨® la c¨¢tedra a Edurne Uriarte-, vi textos de mis informes internos reproducidos en Kale Gorria, publicaci¨®n del entorno etarra, ped¨ª amparo al rector y ¨¦ste ni se dign¨® contestarme. No faltan quienes ni siquiera reciben a sus profesores al ser ¨¦stos amenazados. Tales ejemplos muestran los penosos residuos de un tiempo peor observables a¨²n hoy en el comportamiento de un tipo de autoridad acostumbrada, por encima de las ideolog¨ªas de sus portadores, a actuar de forma discrecional, ignorando muchas veces la propia normativa a que debiera ajustar sus actuaciones, a sabiendas de lo costoso que resulta la restauraci¨®n del derecho para las v¨ªctimas de la decisi¨®n arbitraria.
En el plano simb¨®lico, la carta abierta del rector Tugores tras prohibir la conferencia, titulada nada menos que Elogio de la superioridad moral, ilustra hasta el l¨ªmite esa pretensi¨®n de ejercer una preeminencia natural, proporcionada sin duda por el cargo. Tugores se permite dar lecciones a las "gentes de bien", mostr¨¢ndoles el grave error de actuar y hablar de forma similar a como lo hacen "los violentos" (decir terroristas ser¨ªa sin duda grosero), y que para el caso resultan ser quienes critican a los nacionalistas o a ¨¦l mismo (como Ibarretxe, en tercera persona, a "este rector"). Hay, pues, "una espeluznante y dram¨¢tica simetr¨ªa" en el discurso sobre Euskadi -?entre Savater y Otegi?-, nos dice sin ruborizarse este fino analista que de este modo intenta encubrir su contribuci¨®n a la estrategia que dentro y fuera del territorio vasco intenta silenciar a quienes se oponen al terrorismo y censuran las complicidades y encubrimientos que por desgracia son el pan de todos los d¨ªas en el nacionalismo democr¨¢tico. Unos boicotean y golpean, otros proh¨ªben o ignoran: perfecta complementariedad moral.
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