El hombre de las fallas de San Juan
Jos¨¦ Mart¨ªn llev¨® la fiesta valenciana a la localidad onubense y se encarga de fabricar y vestir los mu?ecos
Cuando Jos¨¦ Mart¨ªn P¨¦rez, de 78 a?os, natural de San Juan del Puerto (Huelva), march¨® a Valencia en 1964 para conocer las fiestas de las Fallas no pod¨ªa imaginar el valor que tendr¨ªa ese viaje para su vida. A su regreso se convirti¨® en El hombre de las fallas. Para Jos¨¦ Mart¨ªn P¨¦rez, en principio, aquella excursi¨®n fue una evasi¨®n para olvidar el dolor por la muerte de su madre, recientemente fallecida. De las fiestas de Valencia, lo que m¨¢s llam¨® la atenci¨®n de Jos¨¦ Mart¨ªn fueron los gigantescos mu?ecos y la perfecci¨®n con la que hab¨ªan sido fabricados.
"Cada falla es una cr¨ªtica a alg¨²n aspecto de la sociedad. Recuerdo que ese a?o la que m¨¢s me impresion¨® fue una que satirizaba el aceite, que deb¨ªa ser por entonces, en pleno franquismo, de muy mala calidad para el consumo. La representaba una madre con un ni?o en su regazo que ten¨ªa la barriga hinchada. La madre le frotaba al ni?o el vientre con el aceite. Esa figura fue indultada en esas fiestas y ahora est¨¢ en el museo", explica.
A Jos¨¦ Mart¨ªn aquella figura de la madre y del hijo comenz¨® a darle vueltas en la cabeza. Durante el viaje de regreso a Huelva pens¨® en montar unas fallas a peque?a escala en su pueblo. Esa idea se fragu¨® en 1966, cuando se quemaron las primeras fallas que se conocen en San Juan del Puerto. En la localidad se les llama Las Fallas de San Jos¨¦, porque se festejan el 19 de marzo d¨ªa de San Jos¨¦. Jos¨¦ Mart¨ªn es el ¨²nico que fabrica los mu?ecos de la falla. Puede elaborar en menos de un a?o medio centenar de figuras sin que nadie le ayude. ?l solo.
Al principio, compart¨ªa esa afici¨®n con su empleo de mantenedor en una f¨¢brica en San Juan. Posteriormente, tras un accidente que casi le cuesta la vida, dej¨® su trabajo, y a ra¨ªz de ah¨ª se dedic¨® de lleno a la elaboraci¨®n de las fallas, lo que m¨¢s le apasiona en el mundo, seg¨²n asegura. "Hay que emplear los 365 d¨ªas del a?o", dice. Las fallas de 2003 est¨¢n integradas por 40 figuras, que se queman hoy domingo.
Este a?o est¨¢n dedicadas a Roc¨ªo Jurado y a Crist¨®bal Col¨®n, por ser el 510? aniversario del regreso de las carabelas a Huelva tras el descubrimiento de Am¨¦rica en 1492. En la cabecera de la falla est¨¢n Roc¨ªo Jurado y su marido, el torero Antonio Ortega Cano. "La cabeza del torero est¨¢ metida entre los impresionantes pechos de Roc¨ªo Jurado", afirm¨® con iron¨ªa Jos¨¦ Mart¨ªn.
El hombre de las fallas confecciona los mu?ecos en su propia casa. A las figuras las llaman en el pueblo Los mu?ecos de Zapatito. La casa de Jos¨¦ Mart¨ªn es la casa de un artista: hay brochas, papeles, pinturas, cabezas y brazos gigantes de los mu?ecos que est¨¢n a medio hacer. "Aunque vivo solo desde hace tiempo, tengo la impresi¨®n de estar acompa?ado. En definitiva son como mis propios hijos, o mis amigos. Yo los he creado".
Jos¨¦ Mart¨ªn es autodidacta. Ha aprendido a base de mucho empe?o y voluntad. Solo. "No me ha ense?ado nadie. Fui una vez a Valencia y ha sido suficiente para saber c¨®mo hab¨ªa que fabricarlos", precisa. "Muchas veces me vuelvo loco. Apenas s¨¦ contar y tengo que llamar a mi vecina para que me diga cu¨¢ntos metros necesito", explica.
Los materiales son b¨¢sicamente papel y cart¨®n, pero cada figura requiere un trabajo laborioso. Hay que fabricar el cuerpo del mu?eco y vestirlo. "Al principio s¨®lo hac¨ªa las cabezas, los brazos y las piernas. El resto era de tela. Camisas y pantalones que me ofrec¨ªa la gente del pueblo. Ahora lo hago todo de papel y cart¨®n. Yo mismo confecciono los trajes", indica.
Jos¨¦ Mart¨ªn pasea ahora orgulloso por la calle de San Jos¨¦, de San Juan, donde est¨¢n expuestas las dos fallas que se quemar¨¢n a las 22.00 de hoy. "Para m¨ª, el hecho de que todo el trabajo de un a?o sea devorado por las llamas no es una tragedia. Es un motivo de alegr¨ªa. La gente disfruta con lo que has hecho", afirma.
La epidemia de viruela y el vaticinio del mendigo
Las figuras de Jos¨¦ Mart¨ªn tienen las mismas medidas de su creador. "Como estoy solo, tomo mis medidas. Las manos de todos los mu?ecos, ya sean hombres o mujeres, son las m¨ªas. Las coloco sobre el cart¨®n y voy perfilando cuidadosamente mis dedos", dice. Para confeccionar las cabezas sopla un globo, lo cubre de papel y lo deja secar el sol. Cuando se seca pincha el globo y permanece la cabeza s¨®lida sobre la que coloca los ojos, la boca y la nariz. A las chicas les tiene reservadas unas hermosas pesta?as confeccionadas con papel higi¨¦nico.
Cuando hace buen tiempo es habitual ver en el callej¨®n del Zapatito, como se conoce la calle donde vive Jos¨¦ Mart¨ªn, numerosos mu?ecos descuartizados esperando que la mano de su creador les d¨¦ vida, como hac¨ªa el padre de Pinocho. "Lo que m¨¢s me llama la atenci¨®n es el respeto que los ni?os del pueblo tienen a mi trabajo. Jam¨¢s se han llevado nada", afirma.
Las fallas de San Jos¨¦, que se celebran en San Juan del Puerto cada 19 de marzo desde hace m¨¢s de 30 a?os encierran una misteriosa leyenda. Esa historia fue adem¨¢s el motivo por el que Jos¨¦ Mart¨ªn decidiera quemar sus fallas el d¨ªa de San Jos¨¦. Seg¨²n cuenta la tradici¨®n, hace muchos a?os, hubo una epidemia de viruela en el pueblo. "La gente se mor¨ªa de la noche a la ma?ana. Hab¨ªa incluso gente enferma a la que trasladaban al cementerio antes de morir para que no extendiera el virus. Una cosa terrible", cuenta Jos¨¦ Mart¨ªn. En la calle San Jos¨¦ viv¨ªa una mujer enferma a la que un un mendigo que sol¨ªa pedir en esa calle vaticin¨® que ella no morir¨ªa. Y el pron¨®stico se cumpli¨®. "Los vecinos del pueblo hicieron una fiesta y una gran hoguera para celebrarlo. Yo vi entonces un buen momento para celebrar las fallas", relat¨®.
Jos¨¦ Mart¨ªn comenta en el momento de las fotograf¨ªas que a ¨¦l no le gusta el jaleo. Pero es el responsable de un gran estr¨¦pito cada a?o, la persona que en San Juan del Puerto enciende la hoguera de la fiesta.
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