Los municipios destinan a servicios que no les corresponden el 32% del presupuesto
Los ayuntamientos m¨¢s peque?os dedican a gastos no obligatorios casi la mitad del dinero que ingresan
Los ayuntamientos catalanes destinan el 32% de su presupuesto a proporcionar servicios que no son de su competencia y que las administraciones central y auton¨®mica desatienden, a pesar de lo que establece la ley. Este esfuerzo es a¨²n mayor en los municipios que no superan los 5.000 habitantes, donde el gasto no obligatorio supone m¨¢s del 43% del desembolso total, seg¨²n datos de un estudio reciente de la Diputaci¨®n de Barcelona.
Si se tiene en cuenta la distribuci¨®n de la poblaci¨®n de Catalu?a, el 82% de los municipios no podr¨ªa contar con servicios fundamentales como bibliotecas, guarder¨ªas o seguridad de no ser porque los ayuntamientos asumen estas competencias que no les corresponden y, adem¨¢s, sin m¨¢s recursos financieros que los que les otorga la ley.
El diputado de R¨¦gimen Interior y Hacienda de la Diputaci¨®n de Barcelona, Joan Rangel, considera que los datos evidencian la "necesidad de legislar lo que desde hace a?os es ya una realidad: el reconocimiento formal de unas competencias que te¨®ricamente tendr¨ªan que estar asumidas por otras administraciones". Esto se resume en "dotar de m¨¢s financiaci¨®n a los ayuntamientos", a?ade Rangel. ?ste considera que la reciente reforma de la Ley de Haciendas Locales, impulsada por el PP y aprobada por las Cortes, no soluciona la situaci¨®n financiera, a su juicio "cr¨ªtica", de la mayor¨ªa de entidades municipales. Las competencias de los consistorios se recogen en la Ley Reguladora de las Bases del R¨¦gimen Local de 1985, donde se fijan los servicios municipales en funci¨®n del n¨²mero de habitantes de cada municipio.
Gasto cultural
El estudio revela que en el a?o 2000 los ayuntamientos catalanes se gastaron 216,25 euros por habitante en servicios sobre los que no tienen competencias. Esta cantidad representa el 32,2% del gasto total liquidado, que fue de 671 euros por habitante. La principal partida de este desembolso extra, con el 19,8% del gasto, es la de actividades culturales (en especial, promoci¨®n de la cultura popular y tradicional y del deporte), seguida de la de seguridad y protecci¨®n civil (19,6%). Y eso, cuando la seguridad se ha convertido en una prioridad declarada de los pol¨ªticos de casi todo el espectro ideol¨®gico desde las distintas administraciones. Le siguen, con el 13,2% del gasto, funciones educativas (conservatorios de m¨²sica y guarder¨ªas), de vivienda (10,4%) y de promoci¨®n social, b¨¢sicamente de empleo, con el 8,6%.
El br¨ªo del gasto no obligatorio es mayor en los municipios peque?os, no s¨®lo por lo que tiene que soportar cada habitante, sino porque no todos los consistorios est¨¢n obligados a prestar los mismos servicios. As¨ª, mientras que los m¨¢s peque?os destinaban 349 euros por habitante en 2000 (el 62% por encima de la media), los m¨¢s poblados destinaban 202,7 euros (el 6% por debajo de la media). Rangel advierte de que el deterioro de la financiaci¨®n municipal puede acabar obligando a los ayuntamientos a abandonar estas prestaciones en perjuicio de los ciudadanos.
El diagn¨®stico empeora con el tiempo, al menos en Barcelona. Un estudio realizado tambi¨¦n por la Diputaci¨®n hace casi dos a?os, referido ¨²nicamente a los municipios de esta provincia, en el que por primera vez se evaluaba el gasto de las administraciones locales, refleja que el gasto por habitante destinado a actividades que no son de su competencia ha aumentado tres puntos en un a?o, ya que en 1999 supon¨ªa el 29,8% del desembolso.
La repercusi¨®n de estos at¨ªpicos en las haciendas locales se est¨¢ traduciendo en un aumento del gasto corriente (el 88,4% del total), principalmente en remuneraciones (42,7%), hasta el punto de que 4 de cada 10 euros que salen de las arcas municipales se destinan a la prestaci¨®n de servicios no obligatorios. Asimismo, m¨¢s de la mitad de las transferencias corrientes (subvenciones) est¨¢n vinculadas a actividades que tampoco les competen. Las inversiones reales suponen s¨®lo el 11,3% del gasto no obligatorio, mientras que las cargas financieras son ¨ªnfimas, el 0,3%.
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