El Valladolid y el Sevilla se acomodan

El Valladolid y el Sevilla despacharon su cita de ayer en Zorrilla con un partido insufrible, apropiado para los fines de ambos, la permanencia, porque cada uno se llev¨® un punto y a estas alturas de la temporada lo ¨²nico que les importa a los equipos de este pelo es sumar. El Valladolid regres¨® a sus peores versiones, no a las que le hicieron golear a la Real Sociedad o empatar en el Camp Nou. Regres¨® a ¨¦sas en las que es un grupo de futbolistas trabados, sin ninguna fluidez, porque no tienen nadie que se la d¨¦, y con una potencial ofensivo escas¨ªsimo. Tan pobre que Mor¨¦ cambi¨® de delantero centro en el descanso en la continuaci¨®n de su indecisi¨®n entre Pach¨®n y Aganzo, que dura desde el inicio de la temporada. Adem¨¢s, ayer ten¨ªa enfrente a la defensa menos goleada, a un equipo que le oprimi¨® desde el primer momento, que, poco a poco, fue sac¨¢ndole de su campo y que termin¨® por ser el due?o del partido.

Ni Mor¨¦ ni Caparr¨®s variaron en nada sus esquemas. Lo que s¨ª modificaron fue su mentalidad porque los mano a mano entre quienes pelean por alejarse de las zonas bajas tienen estas cosas y los dos equipos se enfrascaron muy r¨¢pido en una pelea que ten¨ªa m¨¢s el objetivo de no ceder un palmo de su terreno que de ganar el del rival. En eso sali¨® victorioso el Sevilla, no sin que antes el Valladolid tuviese una oportunidad espl¨¦ndida con una volea de Sales que Notario despej¨®. Fue el ¨²ltimo rastro de la ofensiva vallisoleta. A partir de ah¨ª, el Valladolid avanzaba, pero perd¨ªa el bal¨®n demasiado lejos de la porter¨ªa de Notario, para que lo engancharan Reyes y Anto?ito y comenzaran a esprintar entre los centrales, y rematar siempre a las manoplas de Bizarri. Hasta en tres ocasiones se repiti¨® la misma escena de frustraci¨®n.

Sin embargo, cuando todo parec¨ªa caminar hacia un empate sin goles y sin m¨¢s historia el Valladolid volvi¨® a golpear con un cabezazo de ?scar Gonz¨¢lez que se fue al larguero. El equipo se envalenton¨® y se decidi¨® a acorralar al Sevilla, pero, justo cuando mejor estaba el Valladolid, Mustaf¨¢ vio la segunda tarjeta amarilla. Adem¨¢s, Sales, que comenzaba a ser una pesadilla para su par, se dej¨® alg¨²n m¨²sculo en una arrancada y abandon¨® el campo y el Valladolid firm¨® la paz que el Sevilla le hab¨ªa ofrecido tiempo atr¨¢s.

Eso s¨ª: antes de dejar el campo, Reyes se qued¨® solo, otra vez, frente a Bizarri. Pero el portero desvi¨® el tiro.