Berlusconi intenta conciliar el apoyo a Bush con la ONU y la UE
El primer ministro italiano intenta ahora pasar a segundo plano
La posici¨®n italiana en la crisis de Irak ha entrado en una esfera nebulosa que nadie acierta a penetrar. El propio Berlusconi, que se declar¨® hace un par de semanas en total sinton¨ªa con halcones como Tony Blair y Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, ha calificado despu¨¦s de "nefasta" una guerra sin el aval de la ONU. Lo que desde fuera se percibe como ambig¨¹edad es, sin embargo, m¨¢xima coherencia, seg¨²n el portavoz de Forza Italia, Sandro Bondi. "El Gobierno intenta lograr una soluci¨®n pac¨ªfica en el ¨¢mbito de la ONU, sin dejar de lado la solidaridad entre Europa y EE UU". Un loable esfuerzo que aclara poco, dada la actual divisi¨®n en el Consejo de Seguridad y en la UE. Lo que obliga a repetir la misma pregunta: ?de qu¨¦ lado est¨¢ realmente el Gobierno de Roma?
La oposici¨®n de centro-izquierda reclama in¨²tilmente "luz y taqu¨ªgrafos" y acusa al Gobierno de no ser "ni carne, ni pescado", como dice el presidente de los Dem¨®cratas de Izquierda, Massimo D'Alema, que apoy¨® sin rechistar la guerra de Kosovo en 1999, cuando era primer ministro. "No quieren disgustar a los estadounidenses, ni tampoco a los sondeos. Pero ha llegado el momento de tomar partido. Porque si no, se termina por no ser invitado ni por Bush ni por Europa", a?ade. Con la opini¨®n p¨²blica contraria a la guerra y unas elecciones municipales y regionales en puertas (el 25 de mayo), el Ejecutivo parece c¨®modo en esta tierra de nadie. "Es normal adoptar cierta cautela en pol¨ªtica exterior", opina el ministro de Relaciones Comunitarias, Rocco Buttiglione. "Hay intereses que defender, como una posici¨®n geogr¨¢fica dif¨ªcil, y luego se aproxima el semestre de presidencia de la UE". Berlusconi sue?a con que se firme en Roma la nueva Constituci¨®n Europea y teme que una guerra unilateral le estropee la fiesta.
S¨®lo el ministro de Defensa, Antonio Martino, se ha declarado a favor de un ataque a Irak, aunque las malas lenguas dicen que pensando en su candidatura a la secretar¨ªa general de la OTAN. Italia apura su margen de maniobra, pero cada vez la presi¨®n de los que quieren saber d¨®nde est¨¢ su pa¨ªs se hace m¨¢s insistente. "Es necesario elegir entre las dos ¨²nicas opciones", escrib¨ªa ayer el editorialista de Il Corriere della Sera, Paolo Franchi. "La primera es la de desafiar valientemente a la impopularidad (les ocurre a los verdaderos estadistas) y reafirmar la plena solidaridad con los EE UU"; la segunda, a?ad¨ªa, es "decir con claridad (tambi¨¦n esto les ocurre a los verdaderos estadistas) que Italia no est¨¢ de acuerdo con una guerra sin el mandato o el aval de la ONU".
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