La burbuja de la supremac¨ªa de Estados Unidos

Mientras las tropas estadounidenses e inglesas se preparan para invadir Irak, la opini¨®n p¨²blica de esos pa¨ªses no apoya una guerra sin la autorizaci¨®n de la ONU. El resto del mundo est¨¢ abrumadoramente en contra de la guerra. Sin embargo, a Sadam Husein se le considera un tirano al que hay que desarmar, y el Consejo de Seguridad de la ONU aprob¨® por unanimidad la resoluci¨®n 1.441, que exig¨ªa que Sadam se deshiciera de sus armas de destrucci¨®n masiva. ?Qu¨¦ fue lo que provoc¨® esta desconexi¨®n? Irak es el primer caso en el que se est¨¢ aplicando la doctrina de Bush y est¨¢ provocando una reacci¨®n al¨¦rgica. La doctrina de Bush se basa en dos pilares: en primer lugar, EE UU har¨¢ todo lo que est¨¦ en su poder para conservar su incuestionable supremac¨ªa militar y, en segundo lugar, EE UU se atribuye el derecho de la acci¨®n preventiva. Estos pilares soportan dos clases de soberan¨ªa: la soberan¨ªa estadounidense, que tiene precedencia sobre los tratados y las obligaciones internacionales, y la soberan¨ªa de todos los dem¨¢s Estados. Esto recuerda a la Rebeli¨®n en la granja, de George Orwell: todos los animales son iguales, pero algunos son m¨¢s iguales que otros. Pero naturalmente, la doctrina de Bush no est¨¢ formulada de una forma expl¨ªcita, sino enterrada en un lenguaje orwelliano que encierra un doble sentido. El doble sentido es necesario porque la doctrina contradice los valores estadounidenses.

La Administraci¨®n de Bush cree que las relaciones internacionales son relaciones de poder. La legalidad y la legitimidad son simplemente decorativas. Esta creencia no es falsa, pero exagera un aspecto de la realidad excluyendo los dem¨¢s. El aspecto que resalta es el poder¨ªo militar. Pero ning¨²n imperio pudo nunca mantenerse unido por el poder¨ªo militar exclusivamente. Sin embargo, ¨¦sa es la creencia que gu¨ªa a la Administraci¨®n de Bush. El primer ministro Sharon, de Israel, la comparte y miren ad¨®nde le ha llevado. La idea de que la fuerza equivale al derecho no se puede conciliar con la de una sociedad abierta. De ah¨ª la necesidad del doble sentido orwelliano. Pero nadie posee la verdad definitiva. Quienes as¨ª lo afirman est¨¢n abocados a equivocarse en ocasiones, de modo que s¨®lo pueden imponer sus opiniones por medio de la coacci¨®n y la represi¨®n. Bush no tiene en cuenta la posibilidad de que pueda estar equivocado y no tolera ning¨²n desacuerdo. Si no est¨¢is con nosotros, est¨¢is con los terroristas, afirma.

Por supuesto, la presencia de opiniones extremistas en la rama ejecutiva no convierte a Estados Unidos en un Estado totalitario. Los principios de la sociedad abierta est¨¢n plasmados en la Declaraci¨®n de Independencia y las instituciones de la democracia estadounidense est¨¢n protegidas por la Constituci¨®n. Hay controles y equilibrios y el presidente tiene que obtener el apoyo del pueblo. Sin embargo, la doctrina de Bush podr¨ªa provocar da?os indecibles antes de que sea abandonada (y acabar¨¢ si¨¦ndolo). Encuentros paralelos entre la b¨²squeda de la supremac¨ªa estadounidense de la Administraci¨®n de Bush y un proceso de alza/baja, o burbuja, en el mercado de renta variable. Las burbujas no surgen de la nada. Tienen una base s¨®lida en la realidad, pero un concepto falso distorsiona la realidad. En este caso, la posici¨®n dominante de EE UU es la realidad y la b¨²squeda de la supremac¨ªa estadounidense, el concepto falso.

Durante un tiempo, la realidad refuerza el concepto falso, pero al final el abismo entre la realidad y la idea falsa se vuelve insalvable. Durante la fase de consolidaci¨®n, el concepto falso puede ser puesto a prueba, y cuando pasa la prueba con ¨¦xito se ve ratificado. Eso agranda el abismo y acaba provocando un cambio radical. Cuanto m¨¢s tarde llega ¨¦ste, m¨¢s devastadoras son las consecuencias. Parece haber algo de inexorable en esto, pero un proceso de alza/baja puede ser interrumpido en cualquier etapa. La mayor¨ªa de los periodos alcistas se interrumpen mucho antes de alcanzar los extremos del ¨²ltimo mercado al alza. Cuanto antes suceda, mejor. As¨ª es como veo la b¨²squeda de la supremac¨ªa estadounidense por parte de la Administraci¨®n de Bush.

El Gobierno de Bush lleg¨® al poder con una ideolog¨ªa basada en el fundamentalismo de mercado y la supremac¨ªa militar. Antes del 11-S no pudo hacer muchos progresos a la hora de llevar a la pr¨¢ctica esa ideolog¨ªa porque carec¨ªa de un mandato claro y de un enemigo definido. El terrorismo le proporcion¨® el enemigo ideal porque es invisible y nunca desaparece. Al declarar la guerra contra el terrorismo, el presidente Bush obtuvo el mandato nacional que le hac¨ªa falta. Pero sus pol¨ªticas ya han causado una serie de consecuencias no premeditadas. La UE y la OTAN est¨¢n divididas. EE UU es percibido como un gigantesco mat¨®n que presume de su fuerza. Afganist¨¢n ha sido liberado, pero la ley y el orden no se han establecido m¨¢s all¨¢ de Kabul. De hecho, el presidente Karzai debe ser protegido por guardaespaldas estadounidenses. Y el conflicto palestino-israel¨ª est¨¢ cada vez m¨¢s enconado.

M¨¢s all¨¢ de Irak acecha una amenaza a¨²n m¨¢s peligrosa en Corea del Norte, una crisis que el presidente Bush precipit¨® en su af¨¢n de romper con lo que considera el apaciguamiento de Clinton. Bush repudi¨® la pol¨ªtica de acercamiento que introdujo el presidente Kim Dae Jung, de Corea del Sur, e incluy¨® a Corea del Norte en el eje del mal.

Una victoria r¨¢pida en Irak con pocas p¨¦rdidas humanas podr¨ªa generar un cambio dram¨¢tico en el conjunto de la situaci¨®n. Los precios del petr¨®leo podr¨ªan caer, los mercados de renta libre podr¨ªan echar las campanas al vuelo, los consumidores podr¨ªan comenzar a gastar de nuevo y las empresas podr¨ªan acelerar el gasto de capital. EE UU pondr¨ªa fin a su dependencia del petr¨®leo saud¨ª, el conflicto palestino-israel¨ª podr¨ªa hacerse m¨¢s manejable y se podr¨ªan iniciar negociaciones con Corea del Norte sin p¨¦rdida de prestigio. Bush cuenta con eso. Pero la victoria r¨¢pida en Irak es la parte f¨¢cil. Lo que viene despu¨¦s es lo que hace vacilar. En un proceso de alza/baja, el pasar una prueba en los primeros momentos tiende a reforzar el concepto falso que lo desencaden¨®. Eso es lo que hay que temer aqu¨ª.

No es demasiado tarde para evitar que el proceso de alza/baja se salga de control. La ONU podr¨ªa acceder a la petici¨®n de varios meses que ha hecho el jefe de los inspectores, Blix, para concluir las inspecciones. Podr¨ªa reducirse la presencia militar de EE UU en la regi¨®n, pero podr¨ªa incrementarse de nuevo si Irak se echa atr¨¢s. La invasi¨®n podr¨ªa llevarse a cabo a finales del verano. Eso constituir¨ªa una victoria para la ONU y para EE UU, cuyo hostigamiento hizo que el Consejo de Seguridad actuara con firmeza. Eso es lo que proponen los franceses, pero no es lo que va a suceder. El presidente Bush ya ha declarado pr¨¢cticamente la guerra. Es de esperar que la conquista de Irak sea r¨¢pida y relativamente indolora. Expulsar a Sadam es algo bueno, pero es necesario oponerse a la forma en que lo est¨¢ haciendo el presidente Bush. A la larga, la sociedad abierta no puede sobrevivir a menos que la gente que vive en ella crea en ella.