Intelectuales, con Bush

"Estoy a favor de la guerra en Irak", se?alaba rotundo Gyorgy Konrad, el padre de las letras h¨²ngaras, c¨¦lebre disidente y una de las pocas grandes autoridades morales que quedan en Hungr¨ªa. Y lo argumentaba como otros muchos centroeuropeos cuyas biograf¨ªas est¨¢n marcadas por las tiran¨ªas, la nazi y la comunista, y que consideran fueron liberadas de ambas por la decisi¨®n de brit¨¢nicos y norteamericanos y en ning¨²n caso por una Francia que consideran ego¨ªsta y que siempre los abandon¨® a los pies de los caballos de las dictaduras.

Los franceses perdieron todo derecho a dirigir Europa cuando en 1938, en M¨²nich, y en 1939 se negaron a ayudar a sus aliados. Hoy sus intentos de erigirse en l¨ªder pol¨ªtico del continente no son m¨¢s que fruto de su frustraci¨®n y vocaci¨®n de dinamiteros antiamericanos. En estos t¨¦rminos se manifestaba hace d¨ªas el siempre apacible historiador, ex disidente y ex ministro de Asuntos Exteriores polaco, Bronislaw Geremek. La indignaci¨®n de los intelectuales de Europa central y oriental hacia los pa¨ªses que han bloqueado una nueva resoluci¨®n del Consejo de Seguridad, que amparara, m¨¢s all¨¢ de la 1.441, una intervenci¨®n en Irak tuvo su cenit cuando el presidente Jacques Chirac les dijo a los pa¨ªses candidatos al ingreso en la UE que "se callaran", despu¨¦s de que todos ellos firmaran una carta de apoyo a la pol¨ªtica de desarme forzoso de Irak. "Francia, al fin y al cabo, est¨¢ en el Consejo de Seguridad como vencedor de la guerra s¨®lo por obra y gracia de los anglosajones".

"Francia est¨¢ en el Consejo de Seguridad s¨®lo por obra y gracia de los anglosajones"

El de Espa?a es quiz¨¢ un caso ¨²nico, porque incluso en Francia hay voces disidentes

El escritor y periodista Vetton Surroi, que fue testigo directo de las matanzas en Bosnia y su Kosovo natal y estuvo cinco a?os suplicando a los europeos que intervinieran militarmente para frenar a los serbios, tiene a¨²n peor concepto del pacifismo oficial de Francia y Alemania. "Si fuera miembro de la oposici¨®n iraqu¨ª sentir¨ªa lo que sent¨ª oyendo, sobre todo a los europeos, que no hab¨ªa que utilizar la fuerza contra Milosevic".

Y Adam Michnik, con el difunto Andrei Sajarov probablemente el disidente m¨¢s c¨¦lebre del este de Europa y hoy director del diario Gazeta Wyborzca, ha reunido a 15 ex presidentes y ex ministros europeos, en su mayor¨ªa del este de Europa, como comisi¨®n asesora del Comit¨¦ de Liberaci¨®n de Irak, que urge a una r¨¢pida intervenci¨®n armada contra el r¨¦gimen de Sadam.

En Espa?a parece no haber intelectuales que se declaren favorables a una intervenci¨®n militar contra el r¨¦gimen iraqu¨ª. El "No a la guerra" es el lema contundente, pleno de rotundidad y convicci¨®n, que ha tomado las calles y corean socialistas y comunistas, sindicatos, actores, escritores y pensadores. Quiz¨¢s pueda haber alguno y prefiere callar, ya que ser tachado hoy de "belicista" por la masa de la ciudadan¨ªa estigmatiza y convierte incluso al dubitativo o perplejo en "aznarista", cuando no en "fascista" o "asesino" con las manos manchadas de sangre, como espet¨® Llamazares a la mayor¨ªa del Parlamento espa?ol.

Es el de Espa?a quiz¨¢s un caso ¨²nico porque incluso en Francia, donde la inmensa mayor¨ªa de la poblaci¨®n, desde los comunistas a Le Pen y la mayor¨ªa de los intelectuales siguen al presidente Jacques Chirac en su apuesta decidida por acaudillar Europa, hay voces disidentes muy claras, como la de Andr¨¦ Glucksmann, que se pregunta "qu¨¦ hace Francia en alianza con (el presidente Vlad¨ªmir) Putin, que masacra a los chechenos, y con los l¨ªderes de China, que aplasta el T¨ªbet y son responsables de la matanza de Tiananmen, protegiendo de hecho a Sadam Husein". Y en Alemania, donde el canciller Gerhard Schr?der gan¨® las elecciones pasadas con un "No a la guerra" que, formulado as¨ª, suscribe casi el 90% de la poblaci¨®n, ha surgido con fuerza la voz de Wolf Biermann, escritor y cantautor, que ha criticado con su habitual fiereza al pacifismo alem¨¢n, "que se ha olvidado que debe su liberaci¨®n del r¨¦gimen de Hitler y tambi¨¦n su unidad nacional a los ej¨¦rcitos aliados". "Pacifistas honestos se juntan con cuadros del SED (partido comunista de la RDA), viejos sesentaiocheros, camaradas socialdem¨®cratas, cristianodem¨®cratas, punkies y skinheads. Realmente se ha unido todo lo que debe estar unido en el peor de los sentidos". "La pol¨ªtica de apaciguamiento de Schr?der es peor que un error, es un crimen. Alemania y Francia est¨¢n llenas de gentes que jam¨¢s perdonar¨¢n a los americanos que los liberaran".

En Europa central y oriental tambi¨¦n hay una mayor¨ªa de la opini¨®n p¨²blica en pr¨¢cticamente todos los pa¨ªses que dice "No a la guerra". Pero los intelectuales m¨¢s destacados que dirigieron la resistencia contra las dictaduras comunistas cuando las mayor¨ªas callaban por miedo han alzado su voz recordando c¨®mo polacos en 1945, h¨²ngaros en 1956 y checoslovacos en 1968 sufrieron una terrible decepci¨®n por la pasividad de Occidente ante el aplastamiento de sus movimientos democr¨¢ticos bajo el Ej¨¦rcito sovi¨¦tico. Y aquello, en unas condiciones muy distintas, cuando el invasor era una potencia nuclear. Como recuerdan la fatal pol¨ªtica de no intervenci¨®n de las democracias europeas en la Guerra Civil espa?ola. Por no hablar de Kosovo, donde cinco a?os de titubeos europeos costaron 250.000 muertos y al final todos pidieron la intervenci¨®n, que tuvo que llevar a cabo Estados Unidos.