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Columna
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No permitiremos que nos llamen ambiguos

La ilegalizaci¨®n de Batasuna (ex HB) supone "un grave atropello a una libertad fundamental como es el derecho de asociaci¨®n, y amputa una parte importante del cuerpo electoral vasco", seg¨²n manifest¨® el pasado lunes el portavoz del PNV, Joseba Egibar. El mismo que el 16 de julio de 1997, d¨ªas despu¨¦s del asesinato del concejal del PP Miguel ?ngel Blanco, le dec¨ªa a I?aki Gabilondo en la Cadena Ser: "HB es una organizaci¨®n dirigida por ETA; cada uno dentro del mundo radical interpreta su papel, pero la direcci¨®n pol¨ªtica y militar es de ETA. Y, por tanto, las acciones de HB son de aut¨¦ntica sumisi¨®n".

Para casar ambas afirmaciones ser¨ªa preciso demostrar que ya no hay sumisi¨®n o bien sostener que el hecho de que Batasuna est¨¦ dirigida por ETA no es causa suficiente para su ilegalizaci¨®n. Lo que ha cambiado es la estrategia del partido de Egibar. Ahora aspira a seguir gobernando gracias a los votos de Batasuna. Para ello no le viene mal la ilegalizaci¨®n de esa formaci¨®n, siempre que sea con su voto en contra. El PNV ya pas¨® en su d¨ªa de defender la dispersi¨®n de los presos de ETA a anunciar que recurrir¨ªa ante el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo contra esa medida, y de denunciar que ETA nombraba al director de Egunkaria a calificar la actuaci¨®n judicial contra ese diario de ataque a la lengua vasca. Como le dijo Egibar a Gabilondo, "no vamos a permitir que nos tachen de ambiguos". Ese objetivo puede darse por alcanzado.

M¨¢s informaci¨®n
PSE y PP critican el apoyo del Gobierno vasco a Batasuna tras su ilegalizaci¨®n

El Gobierno vasco opina que la ilegalizaci¨®n vulnera la libertad de asociaci¨®n y el derecho al pluralismo, y que no servir¨¢ para acabar con el terrorismo ni para garantizar la libertad de los amenazados. Es absurdo negar que prohibir un partido, aunque sea antisistema, constituye una limitaci¨®n a la expresi¨®n del pluralismo; pero tambi¨¦n lo es ignorar el papel de tal partido como parte de un entramado que busca la eliminaci¨®n de sus rivales pol¨ªticos mediante el acoso y el asesinato. Afirmar, con el lehendakari (Cinco D¨ªas, 17-3-03), que "debe ser la sociedad la que ilegalice o legitime" a Batasuna con sus votos ?significa que un amplio apoyo electoral convierte en legal a un partido dirigido por un grupo armado que se financia mediante la extorsi¨®n y que considera "objetivo militar" a los actos y sedes de los partidos no nacionalistas?

La ilegalizaci¨®n de Batasuna no garantiza el fin del terrorismo, pero hay iniciativas que se justifican no tanto por los efectos positivos que se esperan de ellas como por evitar los negativos de no tomar ninguna. Adem¨¢s, hay razones para pensar que pueden ser favorables a medio plazo. La afirmaci¨®n de la ley frente a la impunidad es un factor socializador (civilizatorio) entre los sectores juveniles en los que recluta ETA. La violencia callejera se ha reducido dr¨¢sticamente, y no parece imposible que el resultado del pulso que ahora se inicia entre ese mundo y los tribunales en torno a los intentos de lanzar una plataforma pol¨ªtica que sustituya a la formaci¨®n prohibida sea la aparici¨®n, dentro de algunos a?os, de un partido independentista pero desligado de ETA.

En Alemania, el viejo Partido Comunista (KPD), sucursal del que gobernaba en Alemania del Este, fue ilegalizado en 1956. En 1968, en plena ostpolitik, reapareci¨® con las siglas DKP. Aunque su n¨²cleo dirigente era muy pr¨®ximo al del viejo partido, y seguramente tambi¨¦n sus fidelidades m¨¢s ¨ªntimas, y mantuvo como objetivo pol¨ªtico el de la sociedad socialista, se atuvo estrictamente a la legalidad, descart¨® la v¨ªa revolucionaria y acept¨®, al igual que los otros partidos comunistas occidentales, el principio de alternancia de las democracias parlamentarias. Tal vez los sucesores de Otegi necesitaban pasar por la experiencia de la ilegalizaci¨®n para emanciparse de ETA. De momento, la plataforma AuB lanzada por los amigos de Otegi en v¨ªsperas de la prohibici¨®n ha protestado en¨¦rgicamente contra la "manipulaci¨®n" de los medios que la han considerado "sustituta de Batasuna para las pr¨®ximas elecciones". Incluso si fuera cierto que es un mero se?uelo para despistar, algo as¨ª habr¨ªa sido impensable antes de la demanda de ilegalizaci¨®n.

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