Di¨¢logo filos¨®fico en la Red
ESTE LIBRO es el fruto de un intercambio de e-mails durante un a?o entre dos fil¨®sofos, lleno de inteligencia, saber y gracia por ambas partes. Se inicia con una pregunta de inter¨¦s biogr¨¢fico de Pardo por "un perfecto ejemplar" de intelectual comprometido con la vida p¨²blica, como es Savater, que, sin embargo, defiende el "amor propio" y no cree en ning¨²n tipo de trascendencia. ?ste ha de desplegar toda su gran sabidur¨ªa de vida para mostrarnos c¨®mo supera, en principio, una aparente contradicci¨®n y, en definitiva, c¨®mo afronta la falta de recursos para fundamentar el sentido ¨²ltimo de la convivencia o de cualquier otra cosa. A lo primero responde: "Quiero padecer lo menos posible y me hacen sufrir los que sufren"; y a lo segundo: "Creo que casi todo lo que hacemos los hombres tiene sentido, menos la pregunta absoluta por el sentido".
Palabras cruzadas. Una invitaci¨®n a la filosof¨ªa
Fernando Savater, Jos¨¦ Luis Pardo.
Pre-Textos. Valencia, 2003.
136 p¨¢ginas. 10 euros.
De alg¨²n modo, estas dos frases resumen el esp¨ªritu de todo el di¨¢logo, que acaba (m¨¢s bien, se corta) justamente ah¨ª, en los l¨ªmites del sentido: en las grandes cuestiones del ser, la muerte, etc¨¦tera, para las que faltan respuestas trascendentes y las dem¨¢s no valen de nada. Hablar de cosas trascendentes le pone un tanto nervioso a Savater: "Por tu culpa, por tu grand¨ªsima culpa", le espeta cari?osamente a Pardo por arrastrarle sutilmente a esas cuestiones que Savater considera inevitables, pero sin respuesta absoluta. Pardo, a su vez, acepta la feliz culpa de haber "ido por ti". De alg¨²n modo, tambi¨¦n, esta dial¨¦ctica personal resume el tono del di¨¢logo, a lo largo del cual se despliegan otros muchos matices, desde luego.
Este libro es una invitaci¨®n a la filosof¨ªa en cuanto ¨¦l mismo es una muestra inmediata del filosofar: dos interlocutores que hablan de asuntos de hoy desde un punto de vista "filos¨®fico", dif¨ªcil de categorizar si no es en el propio acto de ponerlo en pr¨¢ctica. Cuando ellos mismos hablan de qu¨¦ sea la filosof¨ªa se entiende menos qu¨¦ es, aunque se agradezca que se?alen su camino. "Yo creo que filosofar es contribuir en la medida de lo posible al mejoramiento y profundizaci¨®n del di¨¢logo p¨²blico", dice Savater. La filosof¨ªa es algo as¨ª como "la mirada de la ciudad sobre s¨ª misma", dice Pardo. Y es que el reino de libertad de conciencia pero de responsabilidad p¨²blica de la filosof¨ªa no tiene m¨¦todo claro: ni cient¨ªfico, ni literario. Y acercarlo, con Unamuno, al de la gran poes¨ªa, tampoco es decir mucho.
Filosofamos a partir del desenga?o de la madurez (aunque sin perder la ingenuidad del asombro infantil, como insin¨²a Pardo). Filosofamos desde la perspectiva de la muerte, desde un cuerpo humillado, maltrecho ("el cuerpo sano y pujante no piensa porque tiene demasiado que perder", dice Savater). La filosof¨ªa es pensar la realidad con nosotros dentro, desde nuestra frustraci¨®n e inconsistencia constitutivas. No s¨®lo la filosof¨ªa, concluye Savater, sino nosotros mismos, los humanos, somos los que no servimos para nada. Bien porque no se sabe exactamente para qu¨¦, o bien porque servimos para cualquier cosa. ISIDORO REGUERA
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