La estrategia de Sadam
El estratega brit¨¢nico Liddell Hart dec¨ªa que "la estrategia militar es el arte de distribuir y hacer actuar los medios militares para alcanzar los objetivos de la pol¨ªtica". El objetivo de Sadam es mantenerse en el poder, resistir el ataque de las fuerzas estadounidenses y brit¨¢nicas hasta que la presi¨®n pol¨ªtica internacional, la opini¨®n p¨²blica occidental y sobre todo la de EE UU y Reino Unido obliguen al presidente George W. Bush a ordenar la retirada del suelo iraqu¨ª.
?De qu¨¦ medios dispone para lograr este objetivo? El Ej¨¦rcito de Tierra cuenta con unos 400.000 hombres, de los que 100.000 pertenecen a la Guardia Republicana, integrada por voluntarios reclutados en colegios y universidades entre j¨®venes de 16 a 18 a?os. Estos soldados profesionales firman un contrato de 25 a?os y se forman en dos escuelas situadas en las ciudades Kut y Baquba. De la Guardia Rep¨²blicana forman parte los 30.000 hombres de las unidades especiales que constituyen su ¨¦lite.
Husein sabe que la forma de ganar el tiempo que necesita es llevar el combate a las ciudades
Los soldados de la Guardia Republicana son reclutados entre j¨®venes de 16 a 18 a?os
El Ej¨¦rcito del Aire apenas cuenta con 130 aviones de combate, muchos de ellos con dificultades para operar por falta de repuestos, y la Armada iraqu¨ª es insignificante. Nadie mejor que Sadam y sus oficiales del Estado Mayor conocen las capacidades y la forma de actuar de la m¨¢quina militar estadounidense. Por eso, el l¨ªder iraqu¨ª sabe que, a pesar de que su n¨²mero de soldados es muy superior, la diferencia tecnol¨®gica no permite la comparaci¨®n num¨¦rica.
La opci¨®n de defender la mayor parte del territorio implicar¨ªa aceptar el combate en campo abierto basado en las unidades acorazadas en combinaci¨®n con los helic¨®pteros y con el apoyo de la aviaci¨®n. ?sta fue la estrategia de Sadam Husein en la anterior guerra del Golfo y todos conocemos el resultado. El potencial del Ej¨¦rcito iraqu¨ª sufri¨® un desgaste del 40% en sus sistemas de armas durante la citada guerra y, a pesar de que en los ¨²ltimos a?os ha tratado de reconstruirlo mediante el programa Nadaa El-Kaid, no parece que haya logrado grandes resultados.
Las Fuerzas Armadas estadounidenses s¨ª han mejorado su tecnolog¨ªa en los ¨²ltimos a?os. Sirva de ejemplo que desde 1997, el Ej¨¦rcito estadounidense se ha estado equipando con el helic¨®ptero AH-64D m¨¢s conocido como Apache Longbow. Este aparato es cuatro veces m¨¢s letal que su antecesor. Es capaz, en 30 segundos, de clasificar 128 objetivos y seleccionar los 16 m¨¢s peligrosos para, a continuaci¨®n, lanzar sus misiles Hellfire. Estos misiles son del tipo dispara y olvida, capaces de perseguir el objetivo hasta alcanzarlo sin la intervenci¨®n de los tripulantes del helic¨®ptero. Por el contrario, los iraqu¨ªes disponen del helic¨®ptero de ataque MI-24 de origen ruso que, a diferencia del anterior, s¨®lo puede seleccionar un objetivo. Sus misiles tienen un sistema de guiado semiautom¨¢tico (Raduga), que obliga a uno de los tripulantes a dirigir el misil hasta su blanco, condicionando el vuelo durante ese tiempo. Adem¨¢s, es impensable ganar un combate terrestre en campo abierto cuando todos los aviones que vuelan en el teatro de operaciones son del enemigo.
Una estrategia posible es que las fuerzas iraqu¨ªes realicen un repliegue r¨¢pido sobre zonas clave para la defensa. Entre ¨¦stas est¨¢ Bagdad, la cabeza del pa¨ªs, con las principales infraestructuras de mando y medios de comunicaci¨®n, sin olvidar sus 4,5 millones de habitantes, que suponen un buen escudo humano para los prop¨®sitos de Sadam. Esta estrategia implica entregar a las tropas estadounidenses y brit¨¢nicas gran parte del pa¨ªs sin combatir, con el riesgo de que sean recibidas como libertadores y esta sensaci¨®n se propague al resto de la poblaci¨®n.
Otra posibilidad es realizar una maniobra retardadora, que trate de desgastar a los estadounidenses y brit¨¢nicos en su avance hacia Bagdad, obstaculizando su progresi¨®n, mediante la destrucci¨®n de puentes, quema de pozos de petr¨®leo, minado de zonas de paso y acciones de bombardeo por la artiller¨ªa. La divisi¨®n del territorio en cuatro zonas militares, bajo el mando de generales de absoluta confianza de Sadam, parece corresponderse con esta estrategia. Se intentar¨ªa evitar el efecto desmoralizador que supone perder el enlace con el mando supremo, que es uno de los primeros objetivos de los bombardeos aliados.
El l¨ªder iraqu¨ª es consciente de que la mejor forma de ganar el tiempo que necesita su estrategia es llevar el combate a las ciudades, donde la tecnolog¨ªa del armamento estadounidense pierde parte de su capacidad. Tratar¨ªa de crear un ambiente de guerrilla urbana, en el que en lugar de evacuar a la poblaci¨®n civil se la utilizar¨ªa, sabedor de que en la opini¨®n p¨²blica occidental las muertes de civiles provocan un efecto multiplicador. En este ambiente, donde los soldados estadounidenses pueden verse obligados a entrar casa por casa, las posibilidades de sufrir bajas son mayores. Para aumentar este efecto, Sadam ha distribuido armamento ligero entre la poblaci¨®n af¨ªn al Partido Baaz. Las fuerzas aliadas tratar¨¢n de doblegar la voluntad iraqu¨ª antes de tener que entrar en Bagdad. Esta ¨²ltima opci¨®n parece que es la que mejor se adapta a los objetivos y las posibilidades de Sadam y podr¨ªamos catalogarla como la m¨¢s probable. El hipot¨¦tico uso, por parte de Sadam, de armas de destrucci¨®n masiva, que muy probablemente tiene, pondr¨ªa a toda la opini¨®n p¨²blica internacional en su contra, incluso a los que ahora dudan, da?ando as¨ª su propia estrategia.
Sin embargo, iraqu¨ªes y estadounidenses buscar¨¢n la sorpresa estrat¨¦gica, lo que les puede llevar a realizar lo m¨¢s inesperado. El estratega chino Sun Tzu dec¨ªa que "as¨ª como el agua no tiene forma permanente, no existen en la guerra formas estables".
Frente a esta estrategia, la coalici¨®n deber¨¢ tener en cuenta que la victoria militar por s¨ª misma no tiene sentido, s¨®lo es v¨¢lida si sirve para ganar la paz, lo que implica alcanzar un escenario mejor y m¨¢s estable que el que hab¨ªa originalmente. Por eso, las fuerzas aliadas tienen un importante condicionante en sus acciones: deben evitar causar grandes da?os a la poblaci¨®n civil. Esto desaconseja los bombardeos masivos, aplicando el principio de econom¨ªa de medios para lograr rendiciones sucesivas. Tienen que actuar como liberadoras de un pueblo sometido a la dictadura de Sadam.
Miguel ?ngel Ballesteros es teniente coronel jefe del Departamento de Estrategia de la Escuela Superior de las Fuerzas Armadas.
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