Los 'halcones' acechan a Powell
Los ultraconservadores preparan nuevos objetivos despu¨¦s de Irak
Los halcones de Washington vuelan alto estos d¨ªas. La estrategia dise?ada en 1998 por Donald Rumsfeld, Paul Wolfowitz, Richard Perle y otros altos cargos del Pent¨¢gono se ha desarrollado, cinco a?os despu¨¦s, exactamente como deseaban: la ONU ha sido marginada, las tropas estadounidenses avanzan por territorio iraqu¨ª y el presidente George W. Bush encarna un nuevo siglo americano de poder unilateral casi ilimitado. Y el gran enemigo de los halcones, el diplom¨¢tico Colin Powell, vuelve a escuchar peticiones de dimisi¨®n. En su momento de triunfo, los estrategas del Pent¨¢gono piensan ya en los siguientes pasos y hablan, entre otras cosas, de reducir la ONU a una funci¨®n puramente simb¨®lica y de transformar Ir¨¢n y Siria.
Unos cuantos veteranos del Proyecto para el Nuevo Siglo Americano, la asociaci¨®n ultraconservadora convertida en fuerza ideol¨®gica dominante en el Gobierno de EE UU, celebraron el viernes un desayuno-debate en el Instituto de la Empresa Americana, el think tank del que emergieron todos ellos. El presidente del Consejo Asesor del Pent¨¢gono, Richard Perle, el discreto cerebro que nutre de ideas al secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, y al subsecretario Paul Wolfowitz, bajo el patrocinio del vicepresidente Dick Cheney, exultaba satisfacci¨®n. La inevitable ca¨ªda de Sadam Husein, dijo, proporcionar¨ªa "inspiraci¨®n" a los iran¨ªes deseosos de librarse de los ayatol¨¢s. "Me siento optimista y creo que asistiremos a un cambio de r¨¦gimen en Ir¨¢n sin que sea necesario utilizar la fuerza militar de EE UU", coment¨®.
En su opini¨®n, la teor¨ªa del domin¨®, o de la onda expansiva, empezar¨ªa pronto a funcionar: despu¨¦s de asistir al ejemplo de Irak, otros pa¨ªses de la regi¨®n se ver¨ªan forzados a buscar buenas relaciones con la hiperpotencia. El error de la primera guerra del Golfo, en 1991, fue permitir que Sadam Husein siguiera en su puesto, apunt¨® William Kristol, editor de la revista Weekly Standard. Eso result¨® en una disminuci¨®n del necesario temor que los dirigentes ¨¢rabes deb¨ªan sentir hacia Washington.
Dos d¨ªas antes, Richard Perle, conocido desde hace a?os como El pr¨ªncipe de las tinieblas por su aspecto f¨ªsico, su tendencia a actuar en un segundo plano y su extremismo ideol¨®gico, hab¨ªa participado en un seminario organizado por la sociedad financiera Goldman Sachs con un enunciado muy sugerente: Implicaciones de una guerra inminente. Irak ahora. ?Corea del Norte despu¨¦s? El mi¨¦rcoles a¨²n no se hab¨ªan desatado las hostilidades en Irak. El viernes, con la guerra en marcha, Perle se aventur¨® m¨¢s all¨¢ en el futuro. Sugiri¨® que hab¨ªa "pasado ya la ¨¦poca" en que la ONU se ocupaba de cuestiones de seguridad y que era necesario reformarla y reducir su funci¨®n, limit¨¢ndola a asuntos como "salud, mantenimiento de la paz y misiones humanitarias". En opini¨®n de los halcones, el Consejo de Seguridad carec¨ªa de futuro. La legalidad internacional s¨®lo pod¨ªa emanar de Washington.
Michael Leeden, que fue alto funcionario de la Administraci¨®n de Ronald Reagan, calific¨® de "asquerosas" las manifestaciones por la paz y opin¨® que el actual conflicto formaba parte de una guerra "m¨¢s amplia" destinada a afectar sustancialmente a los Gobiernos "filoterroristas" de Ir¨¢n y Siria. William Kristol consider¨® que uno de los objetivos del Departamento de Estado deb¨ªa consistir, en adelante, en "separar" a Francia y Alemania, atrayendo a Berl¨ªn hacia las tesis estadounidenses y aislando a Par¨ªs, con lo que se castigar¨ªa la oposici¨®n francesa de los ¨²ltimos meses y se debilitar¨ªa sustancialmente a la Uni¨®n Europea.
Mientras los halcones hablaban sobre el futuro, Colin Powell reflexionaba sobre el suyo. El secretario de Estado cargaba con el fracaso de Estados Unidos en la ONU, con el fiasco de la falta de cooperaci¨®n militar de Turqu¨ªa y con las acusaciones de que apenas hab¨ªa viajado para forjar una coalici¨®n amplia. En realidad, no se hab¨ªa movido de Washington por miedo a que, en su ausencia, los halcones se hicieran con el control total de la Casa Blanca. El s¨¢bado, el art¨ªculo de fondo de las p¨¢ginas de opini¨®n de The New York Times reclamaba su dimisi¨®n, desde un punto de vista liberal. Los medios ultraconservadores le rechazan desde hace tiempo. En los ¨²ltimos d¨ªas ha tenido que negar por dos veces que piense abandonar. Su posici¨®n, como en v¨ªsperas del 11-S, parece fr¨¢gil.
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