El debut de Christopher Cross
Christopher Cross (1979) fue una extraordinaria anomal¨ªa. El debut de un cantante-compositor tejano cuya m¨²sica, atenci¨®n, era la apoteosis del pop envasado al vac¨ªo en los estudios californianos con la marca de f¨¢brica de los m¨¢s caros m¨²sicos de Los ?ngeles. El elep¨¦ vendi¨® millones de copias y barri¨® en los Grammy de 1980: mejor disco, mejor canci¨®n (Sailing), mejor ¨¢lbum y mejor nuevo artista. EL PA?S publica ma?ana, viernes, este disco, sexto de la colecci¨®n de 25 ¨¢lbumes de referencia en la historia del rock internacional, que se podr¨¢ adquirir en los quioscos durante una semana al precio de 5,95 euros.
De verdadero nombre Christopher Geppert (San Antonio, 1951), Cross tuvo muy claras las razones de su ¨¦xito: "Antes de que yo llegara, hab¨ªa estado la disco music, a la que sigui¨® el punk rock de sierra mec¨¢nica. La gente que compra mis discos estaba un poco cansada de eso, pensando 'me gustar¨ªa escuchar de vez en cuando una canci¨®n de verdad'. Yo no soy un letrista pol¨ªtico o intelectual. La gente tiene ya demasiadas obligaciones en sus vidas. Yo s¨®lo intento darles un poco de disfrute y relajaci¨®n".
Detr¨¢s de esos razonamientos, una carrera curiosa. Hijo de militar, Cross escandaliz¨® a su familia debutando en los escenarios al frente de un grupo de rock duro, Flash. Cansado de desga?itarse sin resultados, pas¨® por una crisis de confianza y decidi¨® estudiar medicina. Al poco, reingres¨® en la m¨²sica con lo que all¨ª llaman una cover band, fotocopiando los ¨¦xitos del momento en bares y fiestas universitarias. A partir de 1975, empez¨® a maquetar canciones propias que enviaba a diversas compa?¨ªas. Tres a?os despu¨¦s, con un m¨¢nager persistente, consegu¨ªa que el principal cazatalentos de Warner Bros. Records viajara a Austin, para un showcase, un concierto exclusivo que result¨® convincente.
A finales de 1978, Cross y sus m¨²sicos tejanos se instalaban en Los ?ngeles. Bajo la direcci¨®n del productor Michael Omartian, las canciones tomaron formas opulentas con el a?adido de vocalistas de lujo (Nicolette Larson, Don Henley, J. D. Souther, Michael McDonald... y la primera divisi¨®n de los session men de la ciudad). M¨¢s duro fue empaquetar aquella cremosa colecci¨®n de melod¨ªas. Viendo que Cross no resultaba fotog¨¦nico, se opt¨® por la t¨¢ctica Dire Straits: no ense?arle en la portada. Que llevaba un flamenco, retomando la idea de un antiguo miembro de la banda; el ave zancuda se convertir¨ªa en su emblema, apareciendo en casi todos sus lanzamientos.
Como se ha contado, Christopher Cross despach¨® cinco millones de copias s¨®lo en Estados Unidos, potenciado por cuatro pelotazos: Sailing, Never be the same, Say you'll be mine y Ride like the wind. Esta ¨²ltima, dedicada a Lowell George, el desaparecido guitarrista de Little Feat, reaparecer¨ªa regularmente en las listas en diferentes versiones, incluyendo lecturas chunda chunda (Cross atesora una interpretaci¨®n en directo del mism¨ªsimo Frank Zappa). Tuvo otro momento de gloria en 1981, al cantar el tema principal de Arthur, el soltero de oro, composici¨®n firmada por ¨¦l y tres veteranos (Burt Bacharach, Carole Bayer Sager y Peter Allen) que se llev¨® el Oscar a la mejor canci¨®n.
Piensa Cross que su trayectoria fue torpedeada por el impacto de MTV, que gir¨® el mercado hacia los artistas m¨¢s visuales. Tras cuatro discos para Warner, se encontr¨® con que no ten¨ªa sello en EE UU para Rendezvous, que s¨®lo se vendi¨® en Europa y Jap¨®n. El siguiente, Window, sali¨® en una compa?¨ªa que desapareci¨® r¨¢pidamente.
Su ¨²ltima entrega es el doble Walking in Avalon (1998), luego disponible en dos discos sueltos: Red room y Greatest hits live. Cross contin¨²a actuando en directo, combinando sus cl¨¢sicos con raciones de blues-rock al estilo Tejas. Lo lleva bien: bromea con los 15 minutos de fama que le tocaron en suerte y se compara positivamente con la maldici¨®n de uno de sus pol¨ªticos favoritos, el reverendo Jesse Jackson, eterno candidato a las primarias del Partido Dem¨®crata de su pa¨ªs.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.