La regeneraci¨®n pol¨ªtica en Espa?a
Corren tiempos dif¨ªciles para los que creemos que la coherencia con las ideas, valores y el sentido com¨²n, deber¨ªan imperar en la praxis pol¨ªtica. Por delante de disciplinas de partido e ideolog¨ªas de una u otra tendencia, cada vez m¨¢s, los ciudadanos le exigen a la clase pol¨ªtica en general que no s¨®lo gestionen el patrimonio p¨²blico y cuiden del bienestar social; sino tambi¨¦n que se conviertan en adalid de aquellos principios ¨¦ticos y valores fundamentales para la convivencia en sociedad. Entre ellos, la libertad y la igualdad, pero sobre todo la protecci¨®n de la vida y de la dignidad humana.
La mayor¨ªa de los que de una manera o de otra estamos en pol¨ªtica, a menudo olvidamos estos principios, demasiado obsesionados con la apariencia, la proximidad de eventos electorales, el miedo a que por unas declaraciones sinceras podamos ser censurados por nuestra jerarqu¨ªa superior y quiz¨¢ defenestrados. En definitiva, el pavor generalizado a "perder el sill¨®n", por ser demasiado "progre" en el Partido Popular, demasiado "reaccionario o liberal" en los partidos de "izquierda". Y todo ello, adem¨¢s, con una inexplicable necesidad de negar todo aquello que aunque evidente pueda da?ar los posibles resultados de unos comicios electorales, sin m¨¢s premisa que la ocultaci¨®n de la verdad a cualquier precio.
Adem¨¢s, estamos los pol¨ªticos inc¨®modos, que por suerte tenemos poca dependencia del oficio pol¨ªtico
Y luego, adem¨¢s, estamos los pol¨ªticos "inc¨®modos", aqu¨¦llos que por suerte tenemos poca dependencia del oficio pol¨ªtico o un censor interior que nos impide tolerar la iniquidad y la injusticia premeditadamente. Y no es que nos consideremos mejores, es que si no, no podemos dormir tranquilos. Gente, por ejemplo, como Manuel Pimentel, que a muchos nos abruma cada vez que da una lecci¨®n magistral de este bello arte; en sus palabras, "la pol¨ªtica en estos tiempos es necesaria", pero aqu¨¦lla regida por los principios anteriormente expuestos y no por el ejemplo de mediocridad que todos vemos al observar perplejos a unos defendiendo a cualquier precio el sill¨®n, y a otros dispuestos a pactar con el diablo para obtenerlo.
Por todo ello, los ciudadanos claman por una reflexi¨®n y un cambio, eso es lo que los peque?os pol¨ªticos, los que estamos a pie de calle palpamos d¨ªa a d¨ªa, la gente que te exige que hagas lo que un d¨ªa con su voto pidieron, trabajar por ellos y por un mundo mejor y no s¨®lo por unas siglas; a algunos nos ha costado caro, tras muchos a?os de creer en el gran proyecto del Partido Popular, en mi caso, por desgracia te das cuenta de que te has alejado tanto de lo que considerabas fundamental para tu gente, para tu tierra, que acabas pensando en tirar la toalla. Incluso conoces el lado oscuro, el descr¨¦dito p¨²blico de los compa?eros, algunos buenos amigos, gente que a¨²n no ha visto la hipocres¨ªa de un partido alejado de sus votantes y de la cordura pol¨ªtica. Pero en ese momento hay que decir "no", no a la injusticia, no al sufrimiento humano, no a la inmundicia de la guerra, al instrumento de aquellos poderosos que a toda costa quieren serlo m¨¢s. Porque "no" les asiste la raz¨®n, porque contribuyen a vulnerar derechos internacionales que cost¨® sangre y penas consolidar, porque, adem¨¢s, algunos creemos que si Dios cre¨® la vida, s¨®lo ?l puede quitarla.
Y a todo esto, habr¨¢ quienes dir¨¢n que esto es un berrench¨ªn, o un "rebote", como decimos en mi pueblo, pero a¨²n recuerdo a mi secretario general, Javier Arenas, felicit¨¢ndome afectuosamente por la presentaci¨®n de una enmienda a su ponencia en el ¨²ltimo congreso regional en Granada, titulada La regeneraci¨®n de la ¨¦tica y la moral en la pol¨ªtica; entonces pareci¨® estar orgulloso de todas estas reflexiones. Pues ha llegado el momento de aplicarlas y restaurar la justicia para con la gente que nos vot¨® y quienes no lo hicieron. Por ¨²ltimo, y como peque?a muestra de apoyo y admiraci¨®n personal, somos muchos los que esperamos que gente como Manuel Pimentel permanezcan en pol¨ªtica para luchar por aquello que quiz¨¢s sea dif¨ªcil, pero merece la pena, la dignificaci¨®n de la pol¨ªtica en Espa?a.
Jes¨²s Mar¨ªa Redondo Rodr¨ªguez es concejal del Ayuntamiento de Almonte y ex portavoz del Partido Popular.
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