Datos
El mismo d¨ªa en el que nos llegaba la foto de la ni?a iraqu¨ª sin pies, Ana Palacio se congratulaba de que, gracias a la guerra, hubiera bajado el precio de la gasolina y hubieran subido las bolsas. "Eso son datos", a?adi¨® para contrarrestar el peso de la demagogia reinante. La demagogia reinante del d¨ªa era la foto de una ni?a cuyos tobillos, en vez de prolongarse en un par de pies, se prolongaban en unos sucios pingajos de tejido d¨¦rmico o muscular, cualquiera sabe. Por no saber, no sabemos ni el nombre de la ni?a: en ese lado todos son iguales. Suponemos que Aznar, que odia las fotos demag¨®gicas, se indignar¨ªa justamente al ver aparecer esta instant¨¢nea electoralista el mismo d¨ªa en el que los bombardeos comenzaban a producir beneficios econ¨®micos palpables.
Y es que la realidad no tiene verg¨¹enza. La realidad debe ser un invento de izquierdas, de otro modo no se comprende la provocaci¨®n de la ni?a sin vida y sin nombre, aunque tambi¨¦n sin pies, en los brazos de un ¨¢rabe que no sabe d¨®nde colocar el cad¨¢ver. Quiz¨¢ por eso, porque la realidad es demag¨®gica, las autoridades iraqu¨ªes y las norteamericanas han decidido suprimirla hasta nueva orden. De hecho, si uno s¨®lo dispusiera de la informaci¨®n aparecida en los medios controlados por Sadam, creer¨ªa que el ej¨¦rcito angloamericano ha mordido el polvo y est¨¢ ya a punto de rendirse con armas y bagajes. En Estados Unidos, por su parte, se censuran las im¨¢genes en las que aparecen soldados norteamericanos muertos o detenidos y acaban de prohibir tambi¨¦n las canciones en cuyas letras aparezca la palabra guerra, que es un t¨¦rmino realista.
La realidad es una activista radical. Lo ¨²ltimo que se le ha ocurrido a la realidad es dejar sin agua a los habitantes de Basora. Si la agresi¨®n humanitaria de Trillo no llega a tiempo, que parece que no, podr¨ªan empezar las epidemias de un momento a otro. Est¨¢ en juego la vida de cien mil ni?os, cada uno de ellos con un pie al final de cada tobillo. Hay que silenciar la sed de estos ni?os reales porque, adem¨¢s de ser demag¨®gica, oculta los datos, y los datos son, en palabras de la beata Ana Palacio, que "ya los ciudadanos pagan unos c¨¦ntimos menos por la gasolina". Viva Dios.
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