'Zigor', celebraci¨®n de la ¨®pera vasca
Un poquito de todo ha dosificado la ABAO en sus festejos. I?aki Gabilondo presentar¨¢ el d¨ªa 9 un libro del competente historiador y periodista Carlos Bacigalupe sobre la historia de la asociaci¨®n, y est¨¢ prevista adem¨¢s una exposici¨®n hist¨®rico-documental, comisionada por Emilio Sagi, que se inaugurar¨¢ el 1 de abril en la sala de cultura de la BBK, lugar donde tendr¨¢n lugar durante varias semanas proyecciones de algunas de las ¨®peras m¨¢s significativas vistas en Bilbao. El actual director art¨ªstico del Teatro Real de Madrid es asimismo el encargado de la puesta en escena de Zigor, con Antonello Allemandi al frente de la Sinf¨®nica de Bilbao y un reparto vocal, con Ana Mar¨ªa S¨¢nchez, Pavlo Hunka, Christopher Robertson, Alfonso Echeverr¨ªa, Marta Ubieta, Maite Arruabarrena, Ignacio Encinas y Mabel Perelstein, entre otros.
La ¨®pera Zigor surgi¨® por
encargo de la ABAO en 1957. El compositor la termin¨® a finales de 1962, pero el estreno, en versi¨®n de concierto e incompleta en sus actos intermedios, no tuvo lugar hasta el 4 de octubre de 1967 en el Coliseo Albia de Bilbao, con la Orquesta Sinf¨®nica de Austria, liderada por Wilhelm Loibner, y con un coro de 114 personas reclutado entre agrupaciones de Ondarroa, Bilbao, Bergara, Mondrag¨®n y Llodio. En el programa de mano del estreno se reproduc¨ªa un friso del artista Agust¨ªn Ibarrola dedicado a la obra: ay, qu¨¦ tiempos aquellos. La ¨®pera vasca recal¨® a continuaci¨®n en los teatros Real de Madrid, Gayarre de Pamplona, Guridi de Vitoria y Victoria Eugenia de San Sebasti¨¢n. Al a?o siguiente se represent¨® esc¨¦nicamente en La Zarzuela de Madrid. La ABAO la incorpor¨® a sus temporadas en versi¨®n esc¨¦nica en 1981. En Bilbao se volvi¨® a escuchar en concierto en 1984, y desde entonces permanec¨ªa en silencio. Zigor est¨¢ ambientada en el Pirineo navarro en el siglo IX. El libreto, elaborado por Manuel de Lecuona y el propio Escudero, est¨¢ inspirado en un relato sobre el primer rey de Navarra, Sancho Garc¨¦s, de Arturo Campi¨®n.
No es la primera vez que la ABAO programa una ¨®pera de tema vasco. T¨ªtulos como Mendi Mendiyan, de Usandizaga; Mirentxu, de Guridi, y Oleskari Zarra, de Olaizola, por ejemplo, se han incorporado a sus temporadas, pero Zigor es, en cualquier caso, la ¨®pera vasca por antonomasia: un s¨ªmbolo. De ah¨ª quiz¨¢ su elecci¨®n para la commemoraci¨®n del cincuentenario de la ABAO. La especialidad de la asociaci¨®n bilba¨ªna es, sin embargo, la ¨®pera italiana y, en particular, Giuseppe Verdi, con 18 t¨ªtulos diferentes y 169 representaciones, seguido por Donizetti, Puccini, Bellini y Rossini. M¨¢s a¨²n, las dos ¨®peras m¨¢s frecuentadas por la ABAO en estos cincuenta a?os de existencia han sido Rigoletto y El trovador. Vamos, que no se han andado con medias tintas, lo cual no ha impedido una apertura hacia el repertorio alem¨¢n -Wagner y Strauss, sobre todo-, que ha culminado hace unos meses con la ¨²ltima jornada de El anillo del Nibelungo. Y la cosa no queda ah¨ª. El pr¨®ximo a?o, las fronteras geogr¨¢fico-oper¨ªsticas se ampl¨ªan con Leos Jan¨¢cek y Benjam¨ªn Britten. En el arco temporal, la ¨®pera m¨¢s antigua representada en la ABAO ha sido Alcina, de Haendel, en una brillante representaci¨®n dirigida por Christophe Rousset musicalmente y David McVicar esc¨¦nicamente, el pasado mes de febrero. Pero el XIX italiano ha dominado las inquietudes de la ABAO desde sus comienzos. En 1953 se programaron Tosca, Aida, Rigoletto, El trovador y La favorita. Las intenciones, evidentemente, estaban claras desde los primeros compases.
La ¨®pera en Bilbao ha sido, por encima de cualquier otra consideraci¨®n, un para¨ªso para las voces. No es casual que la villa del Nervi¨®n se convirtiese en el "trampol¨ªn art¨ªstico" de Alfredo Kraus, como ha se?alado Nino Dentici en un libro sobre la vinculaci¨®n del tenor canario al Pa¨ªs Vasco. Y tampoco es casual la espectacular lista de cantantes de primer¨ªsima fila en su mejor momento que han pasado por Bilbao, desde Maria Callas a Carlo Bergonzi. A algunos de ellos, como Alfredo Kraus, Mirella Freni o Ettore Bastianini, la ABAO les ha concedido su medalla de oro y brillantes, una distinci¨®n que comparten junto a los Reyes de Espa?a, don Juan Carlos y do?a Sof¨ªa, y junto a todos los presidentes de la ABAO anteriores al actual. El pr¨®ximo 5 de abril se incorporar¨¢ a la honor¨ªfica lista Antonello Allemandi, un director musical con 25 t¨ªtulos diferentes y 76 representaciones de ¨®pera en Bilbao, casi nada.
Cuenta en la actualidad la ABAO con m¨¢s de 6.300 socios. La asociaci¨®n forma parte de las se?as de identidad de Bilbao, como en otro sentido, y sin salirnos del terreno musical, figuran la Sociedad Filarm¨®nica o la Sociedad Coral. La ABAO cuenta con un grado extraordinario de fidelidad y credibilidad entre sus asociados. La historia juega a su favor. Su carta de presentaci¨®n es, precisamente, su espectacular listado de repartos. En su adaptaci¨®n a los tiempos actuales, con una mayor atenci¨®n a aspectos orquestales y esc¨¦nicos, act¨²a con prudencia, en un depurado equilibrio entre los valores de la tradici¨®n y las concesiones a una modernidad sin excesos. Lo fundamental es que hacen las cosas sabiendo el terreno que pisan e incorporando grandes dosis de entrega y generosidad. Los resultados est¨¢n a la vista. Las explicaciones sobran.
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