Barber¨¢ conf¨ªa en que la guerra acabe "con el m¨ªnimo sufrimiento"

La alcaldesa de Valencia, Rita Barber¨¢, estableci¨® ayer una estrategia para impedir que el pleno municipal acabase en un esc¨¢ndalo como el registrado en las ¨²ltimas sesiones plenarias de las Cortes Valencianas por la negativa de su partido a discutir sobre la guerra de Irak. Barber¨¢ recondujo la situaci¨®n con un minuto de silencio por cualquier v¨ªctima y una moci¨®n en la que se pide que la guerra acabe con el "m¨ªnimo sufrimiento".

Barber¨¢ no se mostr¨® ayer dispuesta a pasar un bochorno como el de la presidenta de las Cortes, Marcela Mir¨®, en sus ¨²ltimos plenos. As¨ª, procur¨® que los balcones del pleno municipal estuviesesn llenos de simpatizantes del PP, seg¨²n indicaron los socialistas; convirti¨® la petici¨®n de un minuto de silencio por las v¨ªctimas de la guerra que solicitaba la oposici¨®n en un minuto de silencio en memoria "de todas las v¨ªctimas de la guerra de Irak, del terrorismo y de cualquier agresi¨®n en cualquier contexto"; y sustituy¨® la propuesta de los grupos de la oposici¨®n de condena a la guerra por otra moci¨®n en la que se expresa "el deseo y la esperanza de que la guerra de Irak concluya con el m¨ªnimo sufrimiento y con las menores p¨¦rdidas humanas posibles". En el pleno, la alcaldesa permiti¨® el uso de la palabra a un portavoz del Sindicato de Estudiantes, que pese a las protestas de los simpatizantes del PP pudo colocar una pancarta, y a un representante de la plataforma Cultura contra la Guerra.

Al acabar el pleno, Barber¨¢ calific¨® el debate de ejemplar y muestra de "respeto institucional". Por la tarde, realiz¨® declaraciones a las televisiones antes de acudir a la inauguraci¨®n del rehabilitado Mercado de Col¨®n -para evitar que all¨ª se filtrasen los gritos de la gente contra la guerra- y anunci¨® que pedir¨¢ a los alcaldes del PP que env¨ªen ayuda humanitaria a Irak. Una iniciativa a la que se adelant¨® el Consell del PP al anunciar que destinar¨¢ 120.000 euros a esta idea.

Por otra parte, anoche volvieron a o¨ªrse caceroladas contra la guerra en el centro de la ciudad, desde los balcones y calles.