Uteco en su 60 aniversario
Uteco del Campo de Valencia cumpli¨® sesenta a?os de existencia ayer viernes, 28 de marzo. ?C¨®mo es posible, pues, que una Uni¨®n impuesta dentro del verticalismo, cuatro a?os despu¨¦s de finalizada la guerra civil, haya mantenido su nombre y proporcionado, en todo momento, un estimable servicio a las cooperativas agr¨ªcolas? La respuesta la sugiri¨® en los momentos iniciales de la transici¨®n pol¨ªtica el historiador catal¨¢n Albert P¨¦rez Bar¨®, en el coloquio de su conferencia en la Facultad de Ciencias Econ¨®micas de Valencia. Sin vacilar, al comentario de un asistente que dudaba de la utilidad del cooperativismo, contaminado por el franquismo en su opini¨®n, P¨¦rez Bar¨® afirm¨® que las cooperativas hab¨ªan servido en todo caso como plataformas de convivencia y de democratizaci¨®n del pa¨ªs.
Gracias a una organizaci¨®n basada en la persona y su voto, Uteco se anticip¨® a la sociedad civil en los planteamientos democr¨¢ticos, con excepciones como los colegios de licenciados de Ciencias y Agr¨®nomos
Ciertamente que hubo mucho m¨¢s, aunque fuera decisivo que los representantes de las cooperativas contemplaran a Uteco de Valencia como algo propio. Claro que en esto ¨²ltimo habr¨ªa que reconocer su dosis de m¨¦rito a quienes presidieron la entidad por designaci¨®n pol¨ªtica, el primero de los cuales fue Julio de Miguel y Mart¨ªnez Bujanda. En cierta medida se dejaron cautivar por el sector, creyendo en las posibilidades del cooperativismo. Algo que sucedi¨® a Jos¨¦ Luis del Arco, que particip¨® en la Ley de Cooperativas de 1942, que supuso la expulsi¨®n de Espa?a de la Alianza Cooperativa Internacional. Pero, tras su contacto con los antiguos l¨ªderes de los sindicatos agrarios, saltando de su c¨®moda situaci¨®n de notario en Madrid, impuls¨® la inquietud cooperativa que fue reclamando sucesivas parcelas de libertad.
Buena sorpresa debi¨® llevarse el agrio gobernador civil de Valencia, Enrique Oltra Molt¨®, popularmente conocido como "ultra" Molt¨®, despu¨¦s de intervenir a tope en las primeras elecciones democr¨¢ticas, convocadas en vida de Franco, para impedir en vano que el autor de este art¨ªculo alcanzara la presidencia de la Uni¨®n en diciembre de 1975. Sorpresa porque, adem¨¢s, cont¨® con la ayuda del actual delegado del Gobierno en Madrid, entonces delegado de Sindicatos, Francisco J. Ansu¨¢tegui, personaje que incluso visit¨® y advirti¨® a numerosas cooperativas de la ideolog¨ªa de izquierdas de la persona vetada.
Confieso que la emoci¨®n pol¨ªtica personal m¨¢s grande de mi vida ocurri¨® meses m¨¢s tarde al ser designado como portavoz de las fuerzas pol¨ªticas y sindicales, tras la manifestaci¨®n por La Libertad, la Amnist¨ªa y el Estatuto de Autonom¨ªa del 10 de julio de 1976. Esta circunstancia anim¨® a las propias cooperativas a celebrar tambi¨¦n su manifestaci¨®n despu¨¦s de un verano agr¨ªcolamente nefasto. Pero Uteco no permaneci¨® vi¨¦ndolas venir porque, en la l¨ªnea de su participaci¨®n, se recogieron 30.000 firmas, una a una, cooperativa a cooperativa, celebr¨¢ndose asambleas que despertaron el inter¨¦s de los medios de difusi¨®n. Aquel verano, con adelanto a los Pactos de la Moncloa, se plante¨® a trav¨¦s de Uteco, de abajo arriba, la nueva pol¨ªtica agraria.
Es indudable que, gracias a una organizaci¨®n basada en la persona y su voto, Uteco se anticip¨® a la sociedad civil en los planteamientos democr¨¢ticos, con excepciones como las de los colegios profesionales de licenciados de Ciencias y Agr¨®nomos. Pero, insistiendo en las sorpresas, celebradas las primeras elecciones democr¨¢ticas de 1977, los analistas de la UCD se quedaron perplejos al comprobar la correlaci¨®n entre el voto progresista y la existencia de una cooperativa agr¨ªcola en la poblaci¨®n que se tratara.
Uteco no era desde hac¨ªa tiempo una organizaci¨®n otorgada a las cooperativas, como cre¨ªa Fernando Abril Martorell, muy criticable en su vertiente valenciana, pues en las mencionadas elecciones orden¨® a la televisi¨®n p¨²blica no realizar la menor entrevista a su presidente. En consecuencia puede entenderse que cuando la legislaci¨®n permiti¨® la libertad de asociarse, pudiendo dinamitar la Uteco o simplemente cambiar su nombre, las cooperativas decidieran mantener su unidad que ellas mismas hab¨ªan purificado de la contaminaci¨®n verticalista con su participaci¨®n y actitud.
Uteco, coincidiendo con su aniversario celebra un congreso que analizar¨¢ la actual crisis y decidir¨¢, en su caso, las medidas a tomar como organizaci¨®n y proponer a quienes tienen poder de decisi¨®n. El cooperativismo agrario es posiblemente el sector empresarial mejor vertebrado de nuestra Comunidad Valenciana. Habiendo colaborado Uteco de Valencia con la democratizaci¨®n, adelant¨¢ndose a las organizaciones agrarias gracias a su realidad y capacidad de an¨¢lisis, fue generosa dando un paso atr¨¢s en cuanto ¨¦stas, la Uni¨®n de Llauradors y AVA, iniciaron su actividad. Pero ser¨ªa err¨®neo pensar que la aparente pasividad y el mantenimiento de los principios democr¨¢ticos, dejando a las puertas de la cooperativa la ideolog¨ªa personal, no influyen en las decisiones pol¨ªticas de la sociedad. Las cooperativas, empresas de amplia base social, valoran libremente cuanto acontece e influye en sus vidas, inclinando al amplio entorno que las rodea, sin necesidad de influencias directas, hacia los cambios pol¨ªticos que ofrece el juego democr¨¢tico.
Luis Font de Mora es doctor ingeniero agr¨®nomo.
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