Juegos de integraci¨®n en el 'cole'
Chavales con discapacidades ps¨ªquicas comparten una jornada con estudiantes de primaria y secundaria
?lvaro, Lara y Roberto saben que son especiales, aunque ellos no se sientan muy diferentes del resto de chavales de su edad. Los tres sufren una discapacidad ps¨ªquica que les impide estudiar al mismo ritmo que otros chavales, pero sus aficiones no son distintas de las de otros chicos y chicas. Lara, de 16 a?os, se vuelve loca con la m¨²sica rap, sobre todo con la de Eminem. ?lvaro, de 11, dice que le encantan los animales. Roberto, de 20 a?os, en cambio, prefiere divertirse con el f¨²tbol del Real Madrid y la m¨²sica de David Bustamante. Estos tres chicos (los nombres de todos ellos no son reales para respetar su intimidad), junto a otros 13 chavales discapacitados ps¨ªquicos, estudian en el centro p¨²blico de educaci¨®n especial La Quinta, en El Pardo (Fuencarral-El Pardo). El jueves pasado, todos participaron en los Juegos de Convivencia que por noveno a?o consecutivo organiza el Ayuntamiento de Madrid para integrar a chavales de centros especiales con estudiantes de primaria y secundaria.
"Al principio, la situaci¨®n fue tensa porque no se conoc¨ªan, pero luego todo ha marchado muy bien"
As¨ª, de 11.00 a 16.00, los chavales de La Quinta se mezclaron con 18 alumnos de sexto de primaria del colegio p¨²blico Monte de El Pardo. El centro especial La Quinta tiene en total unos 60 alumnos que sufren, entre otras deficiencias, autismo, s¨ªndrome de Down o problemas de adaptaci¨®n debido a un entorno familiar conflictivo.
La cita fue en el polideportivo municipal del barrio del Pilar y los chavales s¨®lo tuvieron que llevar tres cosas: el ch¨¢ndal, el ba?ador y muchas ganas de divertirse. Todos llegaron juntos en el mismo autob¨²s, que fue a recogerlos a los respectivos centros. A su lado, para que nadie se desmadrase, estuvieron profesores de ambos colegios y monitores del Instituto Municipal de Deportes (IMD). "Estas jornadas suponen mucho esfuerzo para los profesores, pero siempre repiten al a?o siguiente porque la experiencia les gusta", explica Rosa Mozota, del ¨¢rea de Educaci¨®n del Ayuntamiento.
D¨ªas antes de la jornada en el polideportivo, los dos centros tuvieron un primer contacto. Un d¨ªa, los alumnos de La Quinta fueron al otro colegio de visita y otro d¨ªa fue al rev¨¦s: los del Monte de El Pardo conocieron d¨®nde dan clase los chicos del centro especial. En esas jornadas se pusieron de acuerdo para organizar los grupos y los juegos en el polideportivo. Y tambi¨¦n limaron asperezas. "Al principio, la situaci¨®n fue un poco tensa porque no se conoc¨ªan y los chavales ten¨ªan un poco de rechazo a lo desconocido, pero despu¨¦s todo ha marchado muy bien e incluso se han hecho regalos entre ellos", se?al¨® Victoria Garc¨ªa, profesora de Educaci¨®n F¨ªsica del colegio p¨²blico Monte de El Pardo.
El jueves por la ma?ana lleg¨® el momento de poner en pr¨¢ctica toda la teor¨ªa. La lluvia impidi¨® que los grupos pudiesen jugar en las canchas deportivas exteriores, as¨ª que todas las actividades se hicieron dentro del polideportivo. Los chicos se tiraron por el suelo del gimnasio, jugaron a la gallina ciega, al rat¨®n y el gato y a la pelota. Otros prefirieron tirar a una canasta de baloncesto o saltar a la comba. Algunos chicos del centro especial le lanzaron los tejos a algunas de las chicas del otro colegio y, en menos de una hora, ya proclamaban que se hab¨ªan echado una novia. Jos¨¦, de 12 a?os, no se separ¨® de una bonita ni?a de pelo largo y rubio. El chaval, con el pelo muy corto de punta, tiene problemas de adaptaci¨®n por culpa de haber sufrido malos tratos en su entorno familiar, pero gracias a su desparpajo se convirti¨® en una de las estrellas del d¨ªa. "Mira, me lo ha regalado Alberto", dec¨ªa mientras se?alaba orgulloso un colgante en forma de b¨²ho que pend¨ªa de su cuello. "Lo gan¨¦ en una feria, pero me ha ca¨ªdo tan bien que se lo he querido regalar", explicaba su nuevo amigo, alumno del colegio Monte de El Pardo.
Despu¨¦s de la actividad en el gimnasio, todos pasaron a la piscina del polideportivo, donde ocuparon dos calles para chapotear ayudados por flotadores bajo la vigilancia de los profesores. "As¨ª, la gente que usa normalmente estas instalaciones tambi¨¦n se acostumbra a ver a los discapacitados como usuarios normales", destac¨® Mozota.
El d¨ªa acab¨® con una comida compartida entre los dos grupos. La lluvia impidi¨® que se hiciera fuera, en el merendero. Los chavales devoraron bocadillos de cinta de lomo y at¨²n con tomate y echaron unas partidas en el futbol¨ªn de la cafeter¨ªa del polideportivo. Luego, los responsables de las jornadas entregaron a cada participante un diploma y un regalo.
"Me he hecho amiga de todos"
M¨¢s de 1.000 alumnos, acompa?ados por unos 200 profesores y monitores, participar¨¢n en los Juegos de Convivencia en los pr¨®ximos tres meses para integrar a chavales de centros especiales con estudiantes de primaria y secundaria. En total, se han inscrito en esta actividad 32 centros, de los que 15 son centros de Educaci¨®n Especial, 14 de Primaria y tres de Secundaria.
Las jornadas las acoger¨¢n el polideportivo del barrio del Pilar (Fuencarral) los jueves y el de Palomeras los viernes. Dos colegios del distrito Fuencarral-El Pardo inauguraron las jornadas el jueves pasado. La relaci¨®n entre los participantes no termin¨® ese d¨ªa. Muchos intercambiaron tel¨¦fonos. Algunos se ver¨¢n en El Pardo porque son vecinos. Y todos volver¨¢n a coincidir en junio cuando los alumnos del centro de educaci¨®n especial p¨²blico La Quinta representen para sus nuevos amigos una obra de teatro con muchos n¨²meros de baile. "La primera vez que conoc¨ª a los del centro especial estaba inc¨®moda, pero luego me lo pas¨¦ muy bien, incluso mejor que con mis amigas", cuenta Irene, de 11 a?os. "Yo me he hecho amiga de todos ¨¦stos", dec¨ªa Lara, que sufre una deficiencia, mientras su dedo hac¨ªa un gran arco sobre un grupo de chavales.
Rosa Mozota, del ¨¢rea de Educaci¨®n del Ayuntamiento, explicaba: "Gracias a estas jornadas conseguimos que los chicos de los centros ordinarios se den cuenta de que pueden hacer cosas normales con los chavales discapacitados. Hubo un caso en el que los alumnos de dos centros muy cercanos y que se llevaban a matar, ahora se han hecho ¨ªntimos despu¨¦s de participar en este proyecto".
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