Preocupaci¨®n empresarial
Las empresas francesas no esperan gran cosa de la reconstrucci¨®n de Irak. Tras 10 a?os de colaboraci¨®n con el Ministerio del Petr¨®leo iraqu¨ª, durante los cuales ha obtenido del r¨¦gimen de Sadam Husein una "opci¨®n" sobre dos grandes campos petrol¨ªferos, el grupo TotalFinalElf no dispone de verdaderos contratos, en el sentido jur¨ªdico del t¨¦rmino, dada la prohibici¨®n de inversiones extranjeras en el sector petrol¨ªfero que la ONU decidi¨® en su momento.
"No hay raz¨®n alguna para que las empresas europeas, y desde luego TotalFinaElf, sean descartadas", clam¨® recientemente el ministro franc¨¦s de Econom¨ªa, Francis Mer, en referencia a la posguerra iraqu¨ª. Pierre Tercian, director de la revista especializada P¨¦trostrat¨¦gies, se muestra mucho menos pol¨ªtico: "El que controla las v¨ªas del petr¨®leo tiene una potencia de negociaci¨®n enorme en relaci¨®n con los dem¨¢s". Seg¨²n sus informaciones, representantes de BP y de Shell han pedido garant¨ªas al Gobierno brit¨¢nico de igualdad de oportunidades respecto al petr¨®leo de Irak en la posguerra: "Los brit¨¢nicos tendr¨¢n sus razones para estar preocupados", argumenta.
La postura oficial de Francia es que s¨®lo el Consejo de Seguridad puede levantar las sanciones impuestas en su d¨ªa a Irak. "En tanto que eso no ocurra, nadie est¨¢ autorizado a explotar las riquezas de Irak, salvo que el derecho internacional quede reducido a cenizas", argumenta un diplom¨¢tico franc¨¦s de alto rango.
Una hip¨®tesis construida sobre la base de que, si bien los estadounidenses se quedar¨¢n con la mayor parte del pastel, otra parte deber¨ªa permanecer en manos europeas. "Todas las exportaciones francesas a Irak s¨®lo suponen el 0,3% de nuestro comercio exterior", recalca Ernest Antoine Seilli¨¨re, presidente de Medef (la principal organizaci¨®n patronal), colaborando al argumento gubernamental de que su posici¨®n nada tiene que ver con intereses econ¨®micos directos.
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