Nueva York estrena la prohibici¨®n de fumar en los bares
Habr¨¢ un antes y un despu¨¦s del domingo 30 de marzo de 2003 en Nueva York. Ayer entr¨® en vigor una ley que proh¨ªbe fumar en bares, restaurantes y discotecas, una medida que extra?amente no ha despertado tanta controversia en la llamada ciudad que nunca duerme. La medida, aprobada por un ex fumador, el alcalde Michael Bloomberg, ha provocado sin embargo cierta inquietud entre los neoyorquinos, que temen cada vez m¨¢s parecerse al resto de Estados Unidos. "Esto es el final de una era", comentaba Bruce Snyder, el propietario del m¨ªtico Club 21, "fumarse un puro o un cigarillo con una copa de oporto despu¨¦s de la cena es tan civilizado. No puedo imaginarme Nueva York sin eso".
Y las cosas van a empeorar. El Estado de Nueva York acaba de aprobar una ley a¨²n m¨¢s estricta. A partir de julio, tampoco se podr¨¢ fumar en las escasas excepciones que hab¨ªa permitido la alcald¨ªa: los bares donde s¨®lo trabajan los due?os y las habitaciones especiales que los locales pod¨ªan acondicionar para sus adictos m¨¢s recalcitrantes. Ya s¨®lo se podr¨¢ encender un cigarillo legalmente en algunos bares especializados en puros.
Los fumadores tendr¨¢n un mes para acostumbrarse a su nuevo estatus. La medida, que se aprob¨® a finales del a?o pasado, pretende proteger a los empleados de los locales nocturnos de los efectos del tabaco. Unas 400 ciudades de EE UU ya han adoptado estas restricciones, pero nadie pens¨® que podr¨ªan aplicarse a la capital de la vida nocturna.
"Nos estamos convirtiendo en un suburbio. La historia de las ideas siempre se ha articulado en torno a conversaciones de caf¨¦. No puedes sentarte en un bar y no fumar", protestaba en las p¨¢ginas de The New York Times la escritora Fran Lebowitz.
M¨¢s barato fumar porros
The New York Post calcul¨® hace unos d¨ªas que ahora es m¨¢s barato y m¨¢s seguro fumar porros que fumar tabaco. Si un cliente viola la ley, el propietario debe pagar la multa: de 200 a 400 d¨®lares la primera vez, 500 la segunda y de 1.000 a 2.000 la tercera, con el riesgo de que le cierren el local si las infracciones se repiten. Por un porro, completamente ilegal en el Estado de Nueva York, el consumidor deber¨¢ abonar, en el caso de que le pille la polic¨ªa, 100 d¨®lares la primera vez y 200 la segunda.
Los propietarios est¨¢n inquietos, temen perder clientes en uno de los peores momentos de recesi¨®n en la ciudad, todav¨ªa marcada por los atentados del 11-S. "Si tengo un buen cliente que se acaba de gastar 1.000 d¨®lares en bebidas, cosa que pasa con frecuencia, y me dice que quiere fumar, ?qu¨¦ hago? ?Llamo a la polic¨ªa? ?Los echo y perjudico mi negocio? Esto es completamente absurdo" se quejaba David Rabin, presidente de la Asociaci¨®n de la Vida Nocturna de Nueva York. En California, donde se adoptaron restricciones hace a?os, se asegura que las p¨¦rdidas en los negocios han sido peque?as.
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