No tenemos miedo
TRES COMPA?EROS de EL PAIS han sido v¨ªctimas de un atentado terrorista contra la libertad. Este peri¨®dico sale hoy a la calle porque quienes lo hacemos -trabajadores, empleados, periodistas y sociedad editora- sabemos que es nuestra obligaci¨®n combatir el terror con la palabra y enarbolar la bandera del di¨¢logo sobre la de la provocaci¨®n. Pero tambi¨¦n, y sobre todo, porque cientos de miles de lectores apoyaron desde el principio nuestro intento sincero de sumarnos a la defensa de las libertades. EL PAIS naci¨® para esto, y cuantos trabajamos en ¨¦l nos sentimos razonable y justamente orgullosos de nuestra contribuci¨®n a la construcci¨®n de la democracia espa?ola. Desde esa perspectiva y en ese ¨¢nimo queremos agradecer el plebiscito de solidaridad que hemos recibido en momentos tan dif¨ªciles como los que atravesamos. Porque por encima de la indignaci¨®n y del dolor prevalece nuestra convicci¨®n de que la Constituci¨®n que hoy se aprueba en las Cortes es el fruto de la voluntad com¨²n de nuestro pueblo y no debe ser acallada la alegr¨ªa de su promulgaci¨®n por el eco de la dinamita. Por desgracia somos ya uno m¨¢s en la lista de El Papus, Jos¨¦ Mar¨ªa Portell, Diario 16 y tantos otros hombres y medios de la informaci¨®n v¨ªctimas de la amenaza terrorista. De nuevo han sido compa?eros de los servicios administrativos quienes tuvieron que sufrir en sus propias carnes la violencia asesina. Carlos. Andr¨¦s y Juan Antonio trabajan para una causa de todos. En su defensa han ca¨ªdo su juventud y su entusiasmo por saber que tambi¨¦n de ellos, y hasta qu¨¦ punto, depend¨ªa la construcci¨®n de una Espa?a moderna y libre. Pero no ha de evitarnos el dolor y el derecho que reclamamos a la expresi¨®n de nuestra ira, un an¨¢lisis sereno -si la serenidad no nos ha abandonado del todo- de los hechos. Aunque las reivindicaciones del atentado son todav¨ªa confusas, parece que no existe duda sobre sus motivaciones pol¨ªticas. Este pa¨ªs tiene derecho a vivir en paz y a trabajar por su prosperidad. Y es cierto que son muchos los problemas que le atenazan. pero estamos convencidos de que el futuro Y el tiempo nos dar¨¢n la raz¨®n. El atentado contra la vida de nuestros compa?eros -realizado de una manera tan cobarde como vil- lo es contra la vida de todos los hombres de bien. Por eso. ante los cuerpos destrozados de estos trabajadores de EL PAIS hacemos hoy m¨¢s firme nuestra decisi¨®n de seguir trabajando por la causa de la libertad. Desde el comienzo de la transici¨®n, y coincidiendo con cada hito significativo de la democracia, los profesionales del asesinato pol¨ªtico han venido asolando a nuestro pa¨ªs y reg¨¢ndolo de sangre inocente. La contribuci¨®n de los hombres de la prensa a la n¨®mina de las v¨ªctimas debe ser contemplada tambi¨¦n junto con la de otros trabajadores, miembros de las fuerzas del orden y oficiales del ej¨¦rcito, empresarios e industriales, que han sido igualmente perseguidos y asesinados por procedimientos similares en su cobard¨ªa. Si la prensa es hoy atacada es porque la prensa es el reflejo y el motor de un cuerpo social vivo, de un pa¨ªs en marcha hacia la conquista de sus libertades y de sus derechos. ?Podemos decir hoy que a pesar de todo estamos convencidos de la irreversibilidad del proceso democr¨¢tico, de lo in¨²til a medio plazo de esta alocada violencia que nos consume y de la decisi¨®n palpable de nuestras fuerzas sociales representativas para seguir adelante? No va a ser la libertad segada a tiros, porque no tenemos miedo y mantenemos la fe en el ser humano. El terrorismo es, sin duda, un mal de nuestro tiempo, obedece a causas y or¨ªgenes siniestramente contrapuestos y es manejado por fuerzas inaprensibles y misteriosas. Sabemos que es dif¨ªcil acabar con ¨¦l, pero resulta imposible tambi¨¦n acabar con la democracia a golpes de bomba s¨ª la respuesta ciudadana no se deja amedrentar por la amenaza.
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