Nuha Al-Radi describe en 'Los diarios de Bagdad' la rutina de la guerra
La pintora iraqu¨ª publica sus notas diarias
La pintora y escultora iraqu¨ª Nuha Al-Radi comprendi¨® en enero de 1991, cuando los misiles estadounidenses ca¨ªan sobre Bagdad, que "todo era demasiado horrible para pintar". Decidi¨® entonces anotar diariamente lo que les ocurr¨ªa a ella y a su familia. Exiliada en Beirut por el embargo, sus notas de los ¨²ltimos 10 a?os, Los diarios de Bagdad, se publican ahora en castellano y catal¨¢n.
"Bombardean en nombre de la democracia, pero es un verdadero crimen, puesto que s¨®lo buscan la ocupaci¨®n del pa¨ªs", asegura la pintora. Nuha Al-Radi lleva una orqu¨ªdea prendida en los cabellos, porque ella nunca ha renunciado a las plantas, ni siquiera cuando escaseaba el agua y arreciaban las bombas alrededor de su casa de campo en Bagdad en 1991. Esta pintora y escultora iraqu¨ª, de 52 a?os, busc¨® entonces l¨¢piz y papel "para mantener un registro minucioso" de lo que les pasaba cada d¨ªa a ella y a su extensa familia.
Cortes de luz, cielo negro, insomnio, ladridos desesperados de su perro Salvador Dal¨ª, pero tambi¨¦n el cari?o y apoyo que toda la familia se ofreci¨® en esos momentos. En Los diarios de Bagdad hay espacio tambi¨¦n para el humor y la diversi¨®n en esa extra?a rutina que supone sufrir una guerra. Forzada al exilio en Beirut por el embargo, esta hija de diplom¨¢tico, criada en la India y formada como artista en el Reino Unido, no ha dejado de escribir en los ¨²ltimos 10 a?os. Los diarios de Bagdad, redactados en ingl¨¦s y publicados por Lumen y Rosa del Vents en castellano y cat¨¢l¨¢n, respectivamente, han sido actualizados para las sucesivas ediciones en distintas lenguas.
La artista asegura que s¨®lo conf¨ªa en un desastre natural para parar la guerra. Pagana, aunque musulmana de nacimiento y educada en un convento -"?d¨®nde est¨¢n los valores de humanidad que all¨ª me ense?aron?"-, reza porque se produzcan tormentas de arena. "Sadam nunca se ir¨¢", dice. "Creo que est¨¢ siendo m¨¢s duro vivir la guerra desde fuera. Mi madre, de 86 a?os, decidi¨® volver. Llevo d¨ªas sin poder hablar con ella". Nuha mantiene la mirada, enmarcada en un firme trazo de kohl, serena mientras habla con vehemencia de las razones de la guerra. "?Por qu¨¦ no dejaron a los inspectores continuar con su trabajo? Quieren el petr¨®leo y ganar dinero con la reconstrucci¨®n". Se considera optimista, aunque no ve ning¨²n futuro para Irak -"si alguien queda vivo"-. "La ¨²nica esperanza es la gente, no los pol¨ªticos megal¨®manos que dominan el mundo".
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