Pasi¨®n objetiva
En nada sorprender¨¢ a los seguidores de Dar¨ªo Villalba (San Sebasti¨¢n, 1939) que el ciclo que centra esta nueva muestra madrile?a del pintor se instaure a partir de un en¨¦simo giro en la reordenaci¨®n estrat¨¦gica de las coordenadas de su trabajo, como que ese hecho, que testimonia la tan tensa como constante permeabilidad que mantiene frente a las inflexiones del debate, derive una vez m¨¢s en un proceso de asimilaci¨®n que lleva el juego hasta el centro mismo de su terreno. En esa cadencia de cambio voraz, Villalba impulsa impert¨¦rrito la excavaci¨®n horadada desde siempre en su andadura en torno al eje vertebral de una po¨¦tica distintiva de inequ¨ªvoca estirpe tr¨¢gica.
Y menor sorpresa todav¨ªa causar¨¢ el relevo que la fotograf¨ªa asume aqu¨ª frente a los collages objetuales y mat¨¦ricos que presidieron su muestra anterior en la misma galer¨ªa, dada su condici¨®n de precursor absoluto en el empleo del medio fotogr¨¢fico, ya desde los a?os sesenta, dentro del contexto de la pl¨¢stica espa?ola. Realizado a partir de im¨¢genes tomadas durante su estancia en Par¨ªs la pasada primavera, el ciclo edifica, en torno al desdoblamiento serial de un motivo fragmentario, un conjunto de impactantes pol¨ªpticos en los que Dar¨ªo Villalba teje, sobre percepciones microc¨®smicas, una revelaci¨®n especular de la entra?a dram¨¢tica del escenario urbano.
DAR?O VILLALBA
Galer¨ªa Metta
Villanueva, 36. Madrid
Hasta el 30 de abril
De un lado, la fragmentaci¨®n enfatiza el car¨¢cter abstracto de la secuencia ic¨®nica, tal como la fotograf¨ªa impone un filtro de distanciamiento objetivo a la percepci¨®n del motivo. Pero, en un sesgo inequ¨ªvoco del hacer de Dar¨ªo Villalba, ese doble mecanismo de enfriamiento emotivo en nada merma, antes bien al contrario, el desgarro latente que acecha a la mirada en la contemplaci¨®n de estas piezas. Desde su suntuosa monumentalidad aristocr¨¢tica, los frescos desplegados aqu¨ª por el pintor donostiarra desvelan, con diamantina e implacable claridad, la pasi¨®n objetiva que enturbia el reflejo proyectado por el destino de nuestra especie sobre el azogue espectacular de la ciudad.
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